Mi Negra: ¿populismo o poder para la gente?
Por Venezuela Real - 11 de Septiembre, 2006, 11:54, Categoría: Electorales
Ana Julia Jatar
El Nacional 11 de Septiembre de 2006 El candidato de la unidad nacional, Manuel Rosales, anunció la semana pasada que de ser electo presidente el 3 de diciembre, repartirá a través de una tarjeta de débito bautizada Mi Negra, 20% de la renta petrolera a los venezolanos. Aunque no se han dado a conocer muy bien los detalles, hay que estar atentos pues este programa representaría un cambio sin precedentes en la estructura de los derechos de propiedad sobre el petróleo en nuestro país y, por ende, en la distribución del poder político entre gobierno y el resto de la sociedad. ¿Es la dirección correcta? Yo creo que sí. Hace casi un año, concretamente el 26 de septiembre de 2005 escribí en esta misma columna un artículo en el cual proponía un mecanismo similar de dividendos petroleros para contener lo que llamé en ese momento la "doctrina fraternal" de nuestro Presidente. En otras palabras, para limitar la regaladera inconsulta de petróleo por parte del presidente Chávez a sus "hermanos" del mundo. El Estado venezolano, al ser el dueño del subsuelo, ha tenido la responsabilidad de distribuir la renta petrolera para promover el desarrollo del país. En este intento se han cometido en el pasado muchos errores, errores que se han exacerbado de manera grosera en este gobierno. Debido al control férreo que ejerce el actual presidente sobre la empresa petrolera nacional Pdvsa, él y su partido la han venido utilizando como arma para eternizarse en el poder y como caja chica para comprar votos en los organismos interna cionales. Por ello, quizás nos conviene de una vez por todas asumir un sistema que nos cure en parte de estos males y adoptemos un mecanismo mediante el cual los ciudadanos tengan acceso directo a la renta petrolera sin tener que pasar por las alcabalas del gobierno de turno. Esto ya lo han hecho en otras regiones petroleras. Ese es el caso de Alaska, por ejemplo, donde sus ciudadanos reciben desde 1982 un cheque con un porcentaje de la renta petrolera; o lo escogido por Noruega, donde la renta petrolera se utiliza para pagar las pensiones de sus ciudadanos. Hay quienes erradamente piensan que esta es una oferta populista pues temen que se convierta en más de lo mismo, es decir, repartir dinero sin ganárselo. El tema hay que verlo desde otra perspectiva. Recordemos que el petróleo es del Estado y el Estado somos todos: gobierno y gobernados. Hasta hoy hemos decidido como sociedad que la renta se reparta a través de servicios públicos colectivos. Sin embargo, lo que están haciendo otros países y lo que propone Rosales es que seamos dueños de una parte en colectivo y de otra parte a título individual. Con este mecanismo de repartición directa de la renta petrolera lo que se pretende, a mi juicio, es alterar la relación de poder entre el gobernante y los gobernados, con ello se logra "empoderar" a los ciudadanos con respecto a su gobierno y más bien limitar las tentaciones populistas de los gobiernos de turno. Además, al repartir de manera individual y directa un porcentaje de la renta, los derechos de los venezolanos sobre esa parte de los ingresos dejan de depender de cierto comportamiento político. Dejan depender del carnet del partido, o de ir a la marcha o de ponerte la boina roja o azul o verde. En cierto sentido, es sacar la manipulación política del petróleo y darle más libertad a los venezolanos. Por otro lado, el control colectivo sobre Pdvsa cambiaría, se tornaría más exigente tanto relacionado a su desempeño como a la transparencia de las cuentas. Imaginémonos por un momento la reacción de la gente si parte de sus dividendos de Pdvsa son regalados por el presidente de Venezuela a ciudadanos de otro país, sin siquiera consultarle. O si parte de la producción se regala a ciudadanos de otros países como ha sucedido con familias supuestamente más pobres en Estados Unidos, Londres, Cuba, las alcaldías sandinistas de El Salvador y ahora en Nicaragua. Imaginémonos igualmente cuales serían las decisiones con respecto a Pdvsa que contarían con mayor respaldo popular. Obviamente no sería la de disminución de la producción tal como la ha venido haciendo este gobierno, ni la de utilizar los recursos de manera inconsulta. En fin, la propuesta Mi Negra no sólo representa una forma de darle a cada venezolano individualmente lo que hasta ahora sólo ha sido una ilusión colectiva, expropiada por el partido político de turno, sino que transformará la forma como la sociedad venezolana exigirá que se administre su industria petrolera. |
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