Democracia entrañable
Por Venezuela Real - 1 de Diciembre, 2006, 16:40, Categoría: Política Nacional
RAFAEL DEL NARANCO
El Mundo 01 de Diciembre de 2006 Quien no vote, guarde sus bramidos Hoy y mañana serán días de reflexión cara al gran arcano del domingo. Cada uno tiene, en la cavidad del esternón, su corazoncito, y sabrá el uso responsable que hará de la papeleta. El único testigo vital dentro del cubículo del centro electoral, es la propia conciencia, y eso impondrá un descomunal dilema moral a cada mujer y hombre venezolano. Existen momentos en la vida nacional -y el de la votación dominguera será uno de ellos- en que la responsabilidad debe ahuyentar toda indiferencia. Quién no deposite la papeleta en la urna, debería guardar, por decencia, sepulcral silencio en los venideros años. Decidir nos da derechos inviolables; no hacerlo, oprobios. Tal apreciación no debería ser olvidada en un tiempo tan crucial como éste, pues nadie es una isla,"y por consiguiente -decía el clérigo inglés John Donne-, nunca hagas preguntas por quién doblan las campanas: doblan por ti". Es decir por todos, y eso nos obliga a ser consecuentes con nuestras acciones hacia la sociedad de la que formamos parte irreversiblemente. Certera veracidad en unos momentos en que sentimos una insondable necesidad de decir a los compatriotas -de uno u otro signo políticola imperiosa urgencia de unir esfuerzos a favor de la convivencia diaria. Un pensador italiano, E. Berti, recordaba en tono poético la razón de que la historia humana, en cuando humana, es un camino a la democracia, hacia el poder del pueblo. El talante de Grecia y la Roma antigua nos llevaron al gremio y de ahí, - pasando por Agustín de Hipona, Marsilio de Padua, Tomás Moro, la misma Teresa de Ávila, etcétera- a Montesquieu con su tripartición de poderes, indivisos a partes iguales, entre el ejecutivo, legislativo y judicial, base de la sociedad igualitaria en deberes y obligaciones como apuntalara, en los albores del siglo XX, Friedrich Hegel, en su dialéctica y método racional. No deberíamos darle más vueltas al círculo ideológico en esta hora trascendental y única. La democracia y sus valores individuales deben ir unidos a la tolerancia, base de la convivencia, al contener esa virtud del espíritu, ella sola, la esencia de la naturaleza humana, ceñida en moldeable arcilla bajo un soplo divino. El lema a seguir el 3D por encima de las diferencias sembradas en los últimos años, es solamente uno en estos instantes cruciales: votar. Con esa sencilla acción ayudaríamos a construir el país de paz, sueños y libertades que tanto anhelamos y nuestros descendientes se merecen. |
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