¡Sí, sí, sí, la Habilitante sí!
Por Venezuela Real - 29 de Enero, 2007, 12:09, Categoría: Política Nacional
Olga K
www.elgusanodeluz.com 25 de Enero ded 2007 No quiero sonar presuntuosa, pero ante el zaperoco por la Habilitante, me siento como aquel personaje de Saramago que conserva la visión cuando el resto del mundo está ciego. Y ojo, que no es algo que celebre. Simplemente estoy impresionada por los ríos de tinta y de adrenalina teñidos mas de sorpresa que de motivación ante la habilitante por 18 meses. Sí, sé que es inconstitucional. Sí, ssé que es abusiva, exagerada, arbitraria. Sí, sé que abarca materias que no están contempladas en ninguna parte. Pero esta habilitante llega y me parece absolutamente natural. Como ver salir el sol por el este. Como comer cotufas en el cine o regocijarme con las caricaturas de Rayma. ¿Qué es lo que no ven? Yo no se si nuestro problema es de corta memoria o de la incapacidad de relacionar sucesos… O ambos. A ver: aquí la abstención consideró un triunfo dejar la Asamblea Nacional en manos del chavismo. Para muchos –los opositores que les gusta oír que los califiquen de radicales- significó sus 15 minutos de gloria y con grandielocuencias decimonónicas catalogaron de gesta heroica el suceso. Todo ello-que conste en acta-, estrictamente en la pantalla de tv y entrevistas radiales sin un sólo gesto práctico que sacara provecho al evento. El propio polvo de gallo pues... Entonces debía yo ser la ciega porque nunca le vi heroísmo y mucho menos practicidad al asunto. Pasaron esos 15 minutos de alborozo; nos sumergimos en el diciembre de 2005 y cambiamos la celebración electoral por la navideña. Igualito que este diciembre después del 3D. Nuestros patrones de conducta, al igual que los del régimen, no varían. Cuando insistimos en repetir estrategias equivocadas, ¿cómo podemos esperar resultados acertados? ¿Qué es lo que no ven? Cuando los nuevos “legisladores” asumieron sus cargos en 2006 , ¡Demóstenes! las pobres almas no tenían ni la más peregrina idea del asunto. Muchos, la mayoría de ellos se habían candidateado sólo para llenar huecos y ni en sus más alocadas fantasías habían soñado cubrir el puesto y mucho menos generar las leyes para conducir el país. La ignorancia y la incompetencia no tardaron en hacerse patéticas. En medida desesperada, Maduro, Cilia y Desiree , intentaron enderezar el entuerto con aquel curso rápido de “técnicas legislativas” para esos buenos revolucionarios (¿) pero pésimos diputados. El resultado de ese curso para hacer diputados instantáneos, fue el mismo de todo producto instantáneo: parecen pero no son. ¿Qué es lo que no ven? El parlamentarismo de calle como medida de distracción resultó muy buena e incluso sirvió en términos de propaganda, pero nunca tuvo intención de pasar de allí. Las cosas siempre se han cocinado en otra parte. Maduro –antes de ser canciller- nos confesó directamente que esa Asamblea roja, era aburrida (sic). Y más importante aun, nos dijo que extrañaban el alimento de los sólidos resúmenes de Blyde y el debate serio que ofrecía la reducida, pero activa fracción opositora. Nos dijo también que aquella, a diferencia de la actual, era enriquecedora (sic). La asamblea, ahora roja, tenía tanto sabor como un helado de yuca. Así las cosas, con todas las instituciones sometidas voluntariamente al Ejecutivo por devoción de los revolucionarios designados y con la asamblea nacional de levanta-manos, entregada en festivo autosuicidio por obra y (des)gracia de la oposición abstencionista, ¡¿cómo puede extrañar a alguien la habilitante?! ¡¡¡¿Qué es lo que no ven?!!! Es que no se trata de pasar por encima de los diputados, ni de doblegar a los díscolos, ni de acallar disidencia alguna en el seno de la asamblea. ¿Cuál disidencia si todos son revolucionarios?. Es, casi-casi, un acto de caridad para con esas 165 almas perdidas. Es liberarlas de la presión de tener que tomar la palabra porque ya es difícil inventar más jalabolismo, más servilismo…y porque ninguno de ellos tiene nada que aportar. ¿Qué es lo que no ven? La habilitante es un acto de honestidad del régimen, el único quizás. Y créanme que no hay una gota de ironía en la frase. Para todos los revolucionarios, parlamentarios o no, es además un acto de nobleza del líder, un gesto humanitario. Esos diputados están, pero no son. Esta habilitante no es tampoco para darle en las narices a los cuatro millones de opositores. Y es tan cierto lo que digo, que a la velocidad del rayo, esos diputados instantáneos han decretado que debe ser concedida además con carácter de urgencia. Es fácil imaginar los argumentos: El diputado práctico: -Pana, dale esa vaina rápido… El diputado realista: -Si vale, dale play que esto es muy peluo’ El diputado romántico: -Esto es un avance mas de la revolución, ¿dónde firmo? El diputado despistado: ¿Y qué es una habilitadora? El diputado pesetero: ¿Cuánto hay p’eso? El diputado idólatra: Nuestro presidente sabe lo que hay que hacer. “Mande Comandante, nosotros obedecemos” La Habilitante es un simple proceso de ahorro. Es darle el vestido legal a una revolución que tiene una sola voz y una sola cabeza y que para llegar a ello, individualidades, partidos, pensamientos y tendencias, aun revolucionarias, han sido pasadas por la guillotina a paso de vencedores. Con la Habilitante no va a suceder nada que no venga pasando exactamente igual desde el 4D de 2005 cuando la abstención proyectó a grado supersónico la velocidad del propósito totalitario. ¿Qué es lo que sorprende por todos los cielos? ¿Qué es lo que escandaliza? Ahora bien, ante esta realidad quedan dos opciones. La primera, seguir derrochando papel, tinta y saliva en repetir lo que está sucediendo que no es nada distinto a lo que venía pasando de manera mas taimada. La segunda: revertir decididamente el enfermizo y repetitivo patrón de comportamiento opositor que, a grandes rasgos sufre , entre otros, los siguientes males: 1.-Factores de oposición atacándose y saboteándose entre sí en lugar de combatir efectivamente el régimen más allá de actitudes declarativas y convocatorias ya risibles en Altamira. 2.-Pedir a gritos un líder, para inmediatamente crucificarlo. 3.-Seguir pensando que las soluciones vendrán de fuera (marines, OEA, militares decentes (!) 4.-Caer torpemente en la calculada estrategia oficialista de la proliferación de issues para dispersar atención y esfuerzos 5.-Satanizar la negociación en aras de discursos floridos , aplausos fáciles y resultados nulos. 6.-Seguir hablándole a los convencidos manteniéndonos en una suerte de caminadora que agota, pero no avanza un centímetro en la construcción de una mayoría. 7.-Continuar anclados en la celebración patológica de la automutilación reflejada en los espacios que hemos dejado vacíos: desde la AN hasta los Consejos Comunales pasando por todos los intermedios. Dicho esto, añado que doy la bienvenida a la habilitante. No por su ilegalidad, arbitrariedad o inconstitucionalidad. Le doy la bienvenida a un juego de cartas abiertas y sin careta. Agradezco la liberación de fantasías, condicionales y supuestos insostenibles para enfocar un combate eficiente con el pensamiento libre de pajaritos preñados. Si para el régimen la Habilitante representa un ahorro para nosotros también puede serlo. Sólo si lo queremos ver. La cosa es, siempre fue, con Hugo. El detalle ha sido el “cómo”. Es hora de cambiar nuestro patrón de conducta. ¿Qué es lo que no ven? |
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