Y ahora: las clínicas
Por Venezuela Real - 20 de Abril, 2007, 11:59, Categoría: Salud
ÁLVARO G. REQUENA
El Nacional 20 de abril de 2007 Regresó el discurso contra las clínicas privadas. Signo de que no se están cumpliendo las supervisiones legales que debe ejercer el Gobierno entre quienes prestan servicios en el área de salud. Si el Gobierno cumpliera con sus deberes de control y supervisión, esta situación, de lanzar a la calle miles de fiscales a escudriñar entre las clínicas privadas, no se estaría produciendo, pues sabrían de sobra cómo se bate el cobre de la prestación de salud en manos no estadales, y conocerían los costos, las inversiones, los precios y la calidad de la prestación. En el peor de los casos investigarían aquellas clínicas que mostrasen fallos en las declaraciones o resultados de su gestión. Las constituciones de todos los países consideran prioritaria la atención médica. La medicina privada es una forma de dar esta prestación que, por definición, no llega a toda la población. Hay clínicas privadas que reúnen servicios, aparatos y especialistas de alta capacidad profesional, cuyo costo es alto. Ahora bien, el problema no debe verse como que existen esos servicios y no están disponibles para otros que no sean quienes tienen el dinero para acceder a ellos, veámoslo más bien como que el Estado no ha sido capaz de organizar y disponer de esos recursos para la población. Nuestra obligación como médicos es la de atender a los pacientes con probidad y suficiencia de conocimientos, usando los recursos disponibles. La medicina moderna exige recursos muy costosos; debería ser el Estado el que los adquiriese y pusiese a la disposición de todos, incluyendo la medicina privada. Actualmente, la medicina privada adquiere aparatos y recursos costosos que, de repente, a alguien se le puede ocurrir que deben estar en manos del Estado. ¿Por qué amenazar a las clínicas y a los médicos en ejercicio privado? ¿No es más fácil supervisar y controlar los parámetros del servicio prestado, continuamente? ¿No es más eficiente mantener y mejorar los hospitales y clínicas del Estado? En medicina privada trabajamos bien, atendemos un volumen alto de ciudadanos con resultados excelentes. Quienes trabajan en medicina pública, cuando tienen la paz y los recursos necesarios, trabajan bien y atienden un volumen alto de ciudadanos con resultados excelentes. ¿Por qué, entonces, no nos dejan trabajar tranquilos, en paz y con recursos, a todos? Yo procuraré mis conocimientos y mis recursos. Al Estado le toca proporcionar la paz y los recursos a la medicina pública, no quitarme los míos para dárselos a otro o perderlos en la vorágine estatizadora. |
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