¿Y Chávez?
Por Venezuela Real - 21 de Abril, 2007, 22:18, Categoría: Política Internacional
EDITORIAL
EL PAÍS-URUGUAY 21 de abril de 2007 Varios observadores y columnistas han analizado el reciente viaje del Presidente Vázquez a Chile, extrayendo del mismo conclusiones de presunta reubicación internacional de nuestro país en el esquema político regional actual. Los referidos comentaristas hacen caudal de los discursos del Presidente, de los documentos firmados y aun del propio hecho de que el viaje permitiría atisbar un cambio en el rumbo político del Uruguay, vis a vis sus relaciones internacionales. Se estaría en presencia de un cambio en el camino seguido desde el inicio del gobierno del Frente Amplio, una reorientación de las prioridades en esa materia. Se parte de la opinión de que en los primeros meses o años de esta Administración, las preferencias en política internacional estuvieron marcadamente inclinadas hacia Cuba, Venezuela y en general con lo que estos países manifiestan y realizan. A partir del viaje del Dr. Vázquez a EE.UU. se iniciaría ese viraje, acentuado por los desaires del presidente Chávez a nuestro país en ocasión de la Cumbre Iberoamericana, precedida como se sabe, por una increíblemente acelerada ratificación del ingreso de Venezuela al Mercosur. Actitud no correspondida y agravada con la performance llevada a cabo en Buenos Aires, cuando la visita de Bush a nuestro país. Seguramente este análisis tiene muchos aspectos compartibles, sobre todo por ser el actual un gobierno que, por una parte, nunca marcó o informó de su propio rumbo internacional y, por otra, se vio enfrentado a una crisis con Argentina bastante imprevisible. No hay duda de que en un principio el gobierno actual sintió que el hecho de que gobernaran en los dos países vecinos y en algunos más lejanos, fuerzas políticas y personalidades de similar cuño ideológico, iba a ser un factor positivo para el Uruguay. Concepción que puede calificarse de ingenua, toda vez que los países no se mueven en función de otra cosa que de sus propios y exclusivos intereses y los aludidos no son una excepción. Pronto la realidad iba a indicar otra cosa muy diferente. Ni Brasil ni Argentina nos facilitaron nada. Es más, en cada instancia han actuado de consuno, las más de las veces en perjuicio de los mejores intereses del Uruguay. El caso más grave, la violación del tratado de Asunción por parte de quienes cortan los puentes del río Uruguay, dado que Brasil se alió con la Argentina y nos perjudicó, al opinar que el asunto era bilateral, cuando notoriamente es materia del referido instrumento internacional. Estos ingredientes se unieron a una especial atención de la política de los EE.UU., comparable a la preocupación del bombero que acude después de comenzado el fuego, respecto de América del Sur ante el surgimiento de gobiernos que le son hostiles. Ello, unido a la circunstancia de la fuerte presencia de las compras norteamericanas en nuestras exportaciones, ambientó un cambio de cierta visión oficial. El ejemplo de la eficacia de Chile, donde un gobierno de izquierda no vacila en adoptar políticas realistas y pragmáticas de libertad, comenzó a ganar adeptos dentro de nuestro gobierno y parece haber sido el motor del cambio que se comenta. Todo ello se encuentra dentro de lo posible y aun conveniente, para los intereses de nuestra patria. Los países pueden y deben de cambiar sus inclinaciones, variar la intensidad de sus relaciones según les convenga. Así funciona el mundo. Todo ello es posible en la medida que se sea lo más libre que se pueda, en materia de compromisos internacionales. Lamentablemente, nuestro país ha perdido gran parte de su capacidad de maniobra por erróneas decisiones políticas, que habrán de pagarse a costo alto. Efectivamente, nos hemos enredado institucionalmente. El Parlamento del Mercosur es un vínculo político que nos impedirá la soltura necesaria para movernos como nación totalmente independiente. La categoría de "socio político" creada a impulsos de coincidencias ideológicas y que introdujo a Venezuela en los asuntos del Río de la Plata, no será gratis. El propio Brasil debe ya estar lamentándose de semejante cambio geopolítico, de haber traído al Mercosur, a sus instituciones, la presencia de Chávez, que -como sabemos- está empeñado en una empresa de dominación continental inaceptable. Pero ya se han tomado decisiones institucionales de las que será difícil salir. La falta de visión y claridad en materia internacional se paga. Nuestro país se encuentra hoy atado a intereses ajenos. Los vientos estarían cambiando, el rumbo podrá ser otro, como se comentaba al principio, ¿pero qué se hace con Chávez? |
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