Del verde al rojo oliva
Por Venezuela Real - 25 de Abril, 2007, 18:57, Categoría: Temas Militares
MARIO VILLEGAS
El Mundo 25 de Abril de 2007 "Sería absurdo que alguien se acercara a la institución armada para hacer política de partido, para realizar proselitismo en el más descarnado sentido del término. Si el socialismo lo hiciera estaría no sólo incurriendo en la violación de normas legales, sino también en una solemne tontería". Comparto esta expresión, pero no me pertenece. Es de mi apreciado José Vicente Rangel. Hoy día, cuando el presidente de la República cuestiona la llamada institucionalidad de la Fuerza Armada y, de espaldas a la Constitución sancionada en votación popular en diciembre de 1999, compromete a los hombres y mujeres de uniforme con la consigna "Patria, socialismo o muerte", vienen al dedillo algunos conceptos emitidos tiempo atrás por quien hasta hace poco ejerció la vicepresidencia de la República. Corría el año 1975. En el diario Punto, vocero del Movimiento al Socialismo, un ya maduro José Vicente salía al paso a denuncias de Rómulo Betancourt sobre presuntos "susurros" de la izquierda a oficiales de las Fuerzas Armadas. Rangel reclamaba el derecho del liderazgo socialista a explicar su política a las Fuerzas Armadas, a difundir a través de los cauces legales sus concepciones sobre la sociedad venezolana, sus programas y sus ideas sobre la institución castrense. Hablaba de establecer una legítima relación con el sector militar sin ánimo aventurero, subversivo, octubrista "y sin ánimo de sacar a las FAN del ámbito institucional, sólo en función de recabar un derecho que tiene el socialismo en Venezuela, como lo tiene Copei o lo tiene AD, de que por vía democrática se conozcan dentro de la institución armada las ideas y proyectos de la alternativa socialista". Se preguntaba: "¿Es que acaso dentro de ese orden democrático y constitucional existen privilegios y diferencias que debemos aceptar?" Y con razonable lógica concluía: "Si no es criticable lo que el ex presidente Betancourt hace por vía de la política militar, de sus diarios contactos con hombres de las FAN y sus constantes apariciones en los actos castrenses, lo cual luce normal y lógico, tampoco puede ser motivo de especulaciones y capciosas interpretaciones que el socialismo, democráticamente y respetando la legalidad, realice una seria y responsable política con relación a las Fuerzas Armadas. Como dice el refrán, lo que es igual no es trampa". Según estos conceptos, los opositores de hoy tienen perfecto derecho a exponer su política ante los hombres y mujeres que componen la Fuerza Armada. Supongo que Rangel mantiene sus mismos criterios de ayer, por lo que sería bien pertinente una opinión suya sobre este proceso de arbitrario sometimiento de la institución armada al proyecto político del todavía presidente del Movimiento Quinta República y jefe supremo del naciente Partido Socialista Unido de Venezuela. Hace poco, en vísperas de las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, el gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, en su condición de candidato presidencial de la oposición, solicitó formalmente una reunión con el alto mando militar para exponerle la vocación democrática de su fórmula electoral y solicitar de la institución castrense imparcialidad ante los comicios presidenciales. La sola posibilidad de este encuentro fue objetada por el alto gobierno, encabezado por el presidente Hugo Chávez, entonces candidato a la reelección, y por eso no se efectuó. El vicepresidente en ejercicio era, nada menos y nada más, que mi amigo José Vicente.
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