Prohibido no prohibir
Por Venezuela Real - 2 de Mayo, 2007, 18:17, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
MANUEL MALAVER
El Mundo 02 de Mayo de 2007 Creo que si fueran a ejecutar las prohibiciones que día a día, y al calor de sus discursos, expele el presidente Chávez, entonces el país hace tiempo que estaría congelado, detenido en alguna, o todas las órdenes que emanan de su función de gobierno. Claro, esto sin tomar en cuenta las que transmite a través de subalternos, intermediarios o personas interpuestas, que hablan de una Venezuela no ya paralizada, sino en estado catatónico, muerto. Por razones de espacio y tiempo voy a referirme exclusivamente a las que me han llamado la atención en los últimos días y semanas, algunas de las cuales, si bien no emanaron de su verbo tonante y mandante, si derivaron de sus políticas y le confieren una autoría tan inevitable, como inexcusable. Estoy pensando en las medidas que se traducen en un cobro excesivo de impuestos para los bingos, casinos y loterías y que lanzan a estos establecimientos, literalmente, al borde de la quiebra. Y que no buscan tanto procurarle recursos al Estado más rico de América Latina para que continúe su obra de expandir el liderazgo de Chávez por el Continente y el mundo, como dejar establecido que al Máximo Líder no le gustan los juegos, que los considera una actividad perversa y corruptora y deben, por tanto, espantarse, como la plaga. Lo que no sabe el Presidente es que, no por prohibirse, los juegos dejarán de existir, crecer, ganar adeptos, y que lo se logra prohibiéndolos, a lo sumo, no es sólo dejar sin empleo a más de 3.000 trabajadores, sino también reducir los ingresos del Estado central, las gobernaciones y alcaldías, mientras operadores al margen de la ley, y que harán alianzas con los grupos más podridos de la burocracia gubernamental, se enriquecerán como nunca. De modo que lo que se está promoviendo no es otra cosa que lo que antes se llamaba "capitalismo salvaje" y ahora "socialismo salvaje", como que, seguiremos tendiendo actividad lúdica, pero al margen del control del Estado, y, por eso mismo, oficiando a sus anchas, sin que ningún poder pueda controlarla, ni evitarla. Otra prohibición (sugerida, es verdad, pero sin duda que asomada para irla imponiendo poco a poco o de un trancazo, cuando vengan tiempos mejores), tiene que ver con la independencia del movimiento sindical que desde 1958, no sólo creaba sindicatos para ponerlos al margen del Estado y la patronal, sino igualmente de partidos e ideologías que interfirieran en lo que es su función básica: defender los salarios y el bienestar de los trabajadores. Pues bien, desde hace un mes más o menos, viene Chávez preguntándose qué es eso de la independencia del movimiento sindical, que estos existen para apoyar al gobierno revolucionario y que en una revolución los trabajadores tienen que apoyar "el proceso", antes de estar preocupándose del aumento de los salarios y del bienestar. Prédica que se detuvo por las críticas, no sólo del sector sindical ligado a la oposición, sino del oficialista y originó que Chávez anunciará el lunes un aumento del salario mínimo, pero que sin duda va regresar tan pronto entré en confianza de nuevo para reducir los sindicatos a la nada. Pero hay también órdenes para reducir el consumo y dirigirlo a tales y cuales ramos, no ver telenovelas sino documentales, no tomar alcohol ni otras bebidas espirituosas, inscribirse en un solo partido, discriminar algunos héroes de la historia nacional e internacional, y prescripciones sobre supuestos vicios, defectos, malos comportamientos y tantas cosas que se le pueden ocurrir a un padre que generalmente nunca está en casa, y si está, es para dar sermones y ordenar qué es bueno y qué es malo, bello o feo, justo o injusto. Como lo hacen el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad; el de Cuba, Fidel Castro y el de Corea, King Jon-il, tres ociosos tristemente célebres que lo único que hacen es fregarle la paciencia a los demás. |
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