Carga mortal
Por Venezuela Real - 13 de Mayo, 2007, 14:52, Categoría: Dimensión Social
Giuliana Chiappe
El Universal 13 de mayo de 2007 En fábricas artesanales reforman los camiones para que puedan transportar más peso del que mecánicamente pueden soportar y más del que la ley permite Aún se desperezaba el nuevo año, en la mañana de ese 9 de enero, cuando a Omar Primera y a Oriana, su pequeña de quince meses, se les fue la vida sobre la acera de la avenida Principal de El Llanito, en un accidente que ocasionó un camión volteo con la inscripción "Mi loco", cargado de tierra y conducido por Iván Contreras, de 22 años de edad. El 7 de febrero, unos metros antes de llegar al túnel Los Ocumitos, en la autopista regional del Centro, una gandola empujó, con toda su fuerza, a un microbús que saltó la isla y cayó sobre un Toyota Corolla que marchaba en sentido contrario. Dos muertos: el conductor del automóvil, Allen Da Costa Díaz, de 46 años y el colector del autobús, Emerson de Jesús Chacón Moscou, de apenas 17. En la carretera Panamericana, entre los kilómetros 18 y 26, el 22 de marzo de 2007, un camión de carga arrasaba en el velocímetro y también sobre el asfalto: en medio del desastre de un frenazo brusco mató a Miguel González, de 29 años, sin defensas ante ese camión desbocado. Otro motorizado, Richard Carreño, de 32 años, sufrió contusión encefalocraneal. Un viernes tristísimo fue el del 27 de abril. Una sobrecarga de cerámica pudo más que la capacidad natural de los frenos de la gandola que manejaba Orlando Fuenmayor, a las seis y media de esa tarde, en la avenida Soublette de La Guaira. Su arrase mortal acabó con la vida de dos pequeños, José Antonio Vegas y Juan Antonio Arévalo, de seis años, quienes viajaban dentro de uno de los 18 vehículos destrozados, diecisiete automóviles y un microbús. Son sólo cuatro ejemplos, uno por cada mes, cada uno en una zona distinta, de muertes que no debieron ocurrir. Como ellos, han sido varios los fallecidos este año en accidentes causados por toneladas rodantes fuera de control. Las excusas son siempre las mismas: pérdida de frenos y fallas mecánicas. La frecuente realidad: imprudencia, exceso de velocidad y de carga. La imprudencia en las maniobras es la causa principal de ochenta por ciento de los accidentes de tránsito, según un estudio realizado por Francisco Javier Centeno, ex presidente del Instituto Nacional de Transporte y Tránsito Terrestre y magíster en Gerencia Empresarial. En segundo y tercer lugar de los choques, volcamientos y atropellos en general, están el exceso de velocidad (que también podría tipificarse como una forma de imprudencia) y los conductores con alto índice de alcohol en la sangre. En el caso de los accidentes en los que están implicados vehículos pesados, a la imprudencia -que también es la principal causa-, se le deben agregar tres factores de alto riesgo: la escasísima formación de los conductores, el deficiente mantenimiento mecánico de los vehículos y la alteración de las condiciones de fábrica de los camiones y gandolas que suelen ser reformados para que puedan transportar más carga. Esto, al decir de Centeno, altera por completo el punto de equilibrio original del camión, generando volcamientos, y rebasa la capacidad de los frenos. Peligroso aprendizaje empírico Conducir un vehículo de carga no es cosa fácil. Por algo requiere licencia de quinto nivel. Las capacidades y responsabilidad de un conductor deben ser mayores. Un camión mal manejado puede convertirse en un arma de muerte masiva. En Venezuela, cerca de 90% de los conductores con licencia de quinto grado son empíricos. Aprendieron a domar esas bestias de carga a través de rápidas enseñanzas de otros conductores que también fueron autodidactas. La falta de profesionalización es un problema que han detectado, de forma independiente, dos expertos: Francisco Javier Centeno y Beatriz de Albornoz, presidenta de la Fundación de la Educación y Seguridad Vial, Fesvial. "Son muchachos sin ninguna capacitación", dice Centeno. Una revisión a algunos de los conductores implicados en accidentes graves le da la razón: casi todos son jóvenes poco mayores de 20 años corriendo sobre ocho, doce o más ruedas intimidantes, encima de vías en pésimo estado y desconociendo las normas existentes. Otros elementos ayudan malsanamente a crear riesgo, como es el caso de los largos trayectos continuados que realizan los conductores y la impunidad en la violación de las leyes de tránsito. La falta de profesionalización de los conductores de carga pesada es tan grave que, hace dos años, varias instituciones se unieron para presentar al Gobierno un plan de acción que atacara el problema y redujera sustancialmente los accidentes con heridos y fallecidos. Fueron Fesvial, Concertra, la Cámara Nacional de Transporte, el Bloque Unido de Conductores y la Central de Cooperativas del Transporte. Albornoz explica que "la idea central del proyecto era establecer la obligatoriedad de un curso para conductores profesionales, para que con la técnicas del manejo defensivo y la buena conducción, se evitaran tantos accidentes. Se agregaba la obligatoriedad de la realización de los exámenes psicológicos para los conductores. Parte del curso estaba dirigido al mantenimiento de los vehículos porque esto incide fundamentalmente en los accidentes". No hubo respuesta gubernamental. Al menos hasta ahora. Por su cuenta, Fesvial y Concertra, intentan hacer lo suyo y han desarrollado cursos de preparación para conducir camiones de carga y de transporte que dictan al personal de diferentes empresas. Sin embargo, ante la falta de una política de Estado, el alcance de estos cursos sigue siendo mínimo. Toneladas sin control A Centeno le consta que la práctica es sobrecargar los transportes. Es más: reforman la estructura original para exponenciar su capacidad. Centeno detectó esta irregularidad in situ y a diario durante un año, después de salir del Inttt, trabajando como controlador de carga en Puerto Cabello. Asegura que los camiones sobredimensionados se notan a simple vista y que los transportistas, a pesar de que el límite máximo legal de carga es de 48 toneladas, cargan hasta 80. "Esto es fatal. Ocasiona accidentes, destruye vías, rompe puentes", afirma. Acusa falta de control en los puertos. La Cámara Venezolana de Distribuidores de Repuestos, Equipos Pesados y Agrícolas, Cavedrepa, también elaboró un estudio privado en el que denuncia esta falta de supervisión. Aboga porque se instalen las necesarias balanzas en los peajes, para controlar los pesos de los camiones. Entre otros varios problemas detecta algo muy grave: "La proliferación de fábricas artesanales de remolques, que, siguiendo diseños sin estudios de cargas, ponen en peligro el proceso de carga y transporte y la seguridad de las vías". Es cuando se genera el punto de desequilibrio que se convierte en descontrol mortal. Una gandola desbocada acaba con varios automóviles, por más protegidos, custodiados o blindados que puedan estar. Dos normas Covenin rigen los aspectos básicos del transporte de carga en el país, la 2402-97 y la 6148-97. La ley existe pero ambos expertos coinciden en que falta supervisión y sanción. Para Francisco Javier Centeno, los accidentes causados por transportes de carga que se reportan componen una cifra oculta. "Sólo se detectan cuando son imposibles de ocultar. Un camión volteado, por ejemplo, no se disimula y entonces se contacta a la autoridad de Tránsito. Pero ocurren muchos problemas con gandolas que no se conocen como frecuentes choques contra las defensas u otros objetos fijos. Los conductores no paran, siguen su curso". A su juicio, y aunque no dispone de cifras concretas, este tipo de accidentes ha aumentado en parte por la actitud agresiva del conductor, que maneja a alta velocidad y por el hombrillo o el canal rápido. |
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