Tiempo de palabra - El poder se derrama
Por Venezuela Real - 13 de Mayo, 2007, 10:55, Categoría: Política Internacional
Carlos Blanco
El Universal 13 de mayo de 2007 Chávez acelera sus cinco motores para salir del atasco pero sólo consigue hundirse más Todos los que se han dedicado al poder lo saben. El poder no se tiene como se tiene una mandarria; es más fluido que eso, es como una represa que se alimenta de más poder, aguas arriba, y que se pierde por las compuertas, aguas abajo. Cuando llueve en las cabeceras de los ríos, se llena el reservorio; pero, ¡ay del verano! En las democracias existe un ciclo: los presidentes son todopoderosos desde el momento en el cual son electos hasta pocos meses después del inicio de su ejercicio; más adelante sólo les queda administrar el deterioro y cuando comienza la campaña electoral para escoger al próximo Presidente se convierten en espectros; los más afortunados tienen una segunda y última oportunidad. Los que salen del poder no pueden huir de ese patético escenario y hasta el final tienen que tragar papel de lija, sapos vivos y bolas de pelos. Su último día es el momento de gloria del nuevo Presidente. En las autocracias militaristas como la de Chávez, el poder también llega y se va, pero sus códigos son otros porque el relevo, aunque es seguro, tiene incierta fecha. La Cúspide del Poder. Chávez ya pasó el cenit de su poder. No es que no tenga todavía derechos que rebanar, ciudadanos a los cuales vejar, autoridades a las que someter, potestades a las que ningunear. Existen medios que no bajan la cerviz, periodistas que no tascan frenos, alcaldes respondones, aliados ariscos, militares encolerizados y ciudadanos alzados, todos los cuales podrían ser terreno apetitoso para el mandamás. Sin embargo, a pesar de que Chávez podría teóricamente tener más poder del que tiene; también lo comienza a perder a mayor velocidad. Véase la experiencia del partido único. Chávez da el peligroso paso de deshacerse de aliados para fundar un partido, capaz de garantizar la idoneidad ideológica y política de su marcha hacia el socialismo. Sin embargo¿ El partido revolucionario, que iba a ser el émulo del glorioso partido bolchevique de la revolución rusa, se convirtió, por obra de los duendes, en un remedo bochornoso de las Agrupaciones Cívicas Bolivarianas del general López Contreras o del PPG, Partidarios de la Política del Gobierno, partido fundado por el general Medina; posteriormente convertido en PDV y salvado para la Historia por su "ala luminosa". El partido revolucionario y bolivariano que decía necesitar Chávez, es un solitario aparato gobiernero, cuyas inscripciones fueron signadas por el absentismo. Sólo la máquina de contabilidad de Jorge Rodríguez Gómez, cuya proverbial eficacia es conocida cuando se trata de hacer que los ectoplasmas se manifiesten, puede haber producido los cientos de miles que llenan las planillas fantasmales del nuevo PPG. El problema de esas inscripciones es que pueden inventar lo que quieran, pero no ciudadanos inexistentes; y, ya se sabe, que ni la tos ni el dinero ni tampoco la abstención pueden ocultarse. La era estaba a punto de parir un corazón y sólo alcanzó a parir un ratón. "Quien está en contra del PSUV está en contra de Chávez", dijo el jefe y parece que es verdad. Lo más insólito es que la inmoral presión sobre los empleados públicos, de lo cual hay centenas de testimonios, pretende ser convertida en la base de un partido revolucionario. Hasta Guillermo García Ponce, a quien no se le agua el ojo a la hora de justificar cualquier cosa, tuvo que declarar que ése no era un procedimiento conveniente. Un partido hecho desde el gobierno, con el ejercicio del terror oficial sobre los empleados públicos, con la exclusión de los aliados que sólo querían discutir, jamás será instrumento de algo que pretenda llamarse revolución. Los Militares. El Presidente anunció que habían arrestado a oficiales que repartían panfletos dentro de instalaciones militares. Se sabe que un solo palo no hace montaña y que un oficial con mentalidad democrática, preso es menos útil que uno en libertad. Con frecuencia hay reportes de ese tipo de protesta dentro de los cuarteles y parece ser la respuesta a la envilecida consigna de "patria, socialismo o muerte", ignominioso emblema de sumisión política dentro de la FAN, con el acuerdo siempre impreciso, vago y elíptico, de los jefes, que solicitan a los oficiales repetir ese gritico innoble. Frente a la ofensiva dentro de la Fuerza Armada Nacional lo más natural por parte de la oficialidad institucional es el repliegue y la resistencia, pero este solo hecho es catastrófico para Chávez, el cual alcanzó el pico de su poder interno y ahora lo que le toca es la erosión; no sólo porque perdió a muchos desde hace tiempo, sino también por la cadena de humillaciones a las que somete a quienes lo han acompañado en esta marcha hacia ninguna parte. El síntoma de la erosión del poder está en pretender el control de las unidades militares por la vía de las rotaciones interminables. Los oficiales no terminan de calentar la silla de su cargo cuando ya tienen que irse a otra; toda reunión es sospechosa; y el espionaje es masivo. Tales acciones producen temor, pero jamás provocarán lealtad; los institucionalistas podrán retroceder, pero Chávez pierde terreno. Pdvsa. La petrolera es otro ejemplo de lo que ocurre con el poder bolivariano. Pdvsa y su entorno de negocios aparecen como ineficientes y podridos. Dentro de las filas gubernamentales y, por supuesto, en la disidencia democrática, hay conciencia cabal del desastre económico, financiero, gerencial y moral en que se ha convertido "la nueva" Pdvsa. Cuando la gerencia interna saca un video antiguo en el cual Chávez hace reconocimientos a Rafael Ramírez, es que éste siente que él, la corte familiar y amistosa que lo acompaña, y los que se han hecho ricos, ya no tienen solidez en sus posiciones. So pretexto de cumplir las tareas sociales asignadas por el Presidente, la empresa ha sido batuqueada como nunca, y es la fuente predilecta para financiar a la nueva élite ricachona. La protección que han logrado sobre la base de alinearse militantemente dentro de la empresa, como buque insignia de la revolución, es la cobertura para las barbaridades que se han denunciado. Pdvsa está allí, es lo más poderoso que existe dentro del Estado, pero está en un curso de hundimiento inexorable; empresa exhausta que se desintegra en un inmerecido naufragio. Se trancan las ruedas La maquinaria del poder se ha vuelto pesada y lenta. En las palancas fundamentales hay deterioro; Chávez puede recurrir a la represión, a medidas desesperadas, a crear un conflicto internacional, a descubrir una gigantesca conspiración, a denunciar un nuevo intento de magnicidio. Sin embargo, la inmensa locomotora bolivariana, de acero bolchevique, ha caído en un arenero gigantesco. Chávez acelera sus cinco motores para sacarla del atasco y sólo consigue que se hunda más. Y qué triste irse a morir en los arenales de una playa solitaria. |
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