¡Si quiere huevos…haga cola!
Por Venezuela Real - 16 de Mayo, 2007, 16:22, Categoría: Dimensión Social
Alexander Guerrero
El Universal 16 de mayo de 2007 …lo mismo para carne, leche, azúcar, aceites, y muchos bienes de consumo masivo. La escasez, las colas y la inflación también afectan a voceros oficiales, pero de otra manera. Un ministro, ante esa la evidencia de escasez, inflación y colas sugiere que ello es producto del incremento en el consumo, es decir, para él, el vaso está medio lleno, para el resto de los mortales, el vaso está medio vacío. Pero, en lo que la economía no se equivoca, es que la oferta no alcanza para satisfacer la demanda, y ello es obvio ocurre porque sobre la oferta -producción nacional o importada- operan mecanismos restrictivos, desde el debilitamiento de los derechos de propiedad, hasta la caída de la inversión privada, descapitalización del aparato productivo, cierre de empresas, controles de precios y cambio, discurso político invasivo y atemorizante, configurando estrechos cuellos de botella que hace imposible, por ejemplo, que se pueda adquirir carne a las 3 de la tarde, a esa hora ha desaparecido literalmente; al menos que Ud. desee comerse un bistec de chocozuela o una hamburguesa de patas de cochino molida. Escasez, inflación y colas: el síndrome de los socialismos están acá Para el Gobierno, no hay escasez, sino una conspiración mediática, pero no es así, el gobierno lo sabe, que de la escasez y la inflación el es el único responsable. Las razones están en la propia esencia del socialismo del siglo XXI, ejecutada en leyes punitivas contra la producción y políticas publicas cargadas de mecanismos represivos a la producción y distribución de bienes y servicios, control de precios. A través de ello han logrado cruzar dos fenómenos económicos que afectan de modo perverso el cuerpo económico: escasez e inflación y las colas; construyéndose entre ellas una letal causalidad originada por un fenómeno que englobamos en un solo concepto: "mal gobierno". Este síndrome de escasez con inflación y largas colas para acceder a bienes y servicios esenciales, es característico de todos los socialismos, y no se centra sólo en bienes para la cesta alimentaría, sino alcanza la provisión de insumos -y servicios- a vastos sectores de la economía, en la producción y en la distribución. En ese orden agregamos decretos -controles de precios y de cambio- malas leyes dirigidas a "confiscar" el producto económico de la gente; de ellas la del acaparamiento, por ejemplo -que el TSJ impugnó por inconstitucional, pero donde seguramente privó algo de sentido común porque esa ley es un catalizador causante directo de escasez crónica- y una red de mecanismos punitivos tributarios y de protección al consumidor resumidos en amenazas a los sectores productivos, relacionados entre otros con los precios de los servicios médicos y otros servicios públicos, conociendo que los precios en esos servicios son consecuencia directa de los "cuellos de botella" que afectan las importaciones e inversión en esos sectores. El discurso político y el marco legal e institucional de la escasez Sumamos, en ese orden, la retórica perversa en el discurso político contraproductivo hasta del propio jefe del Estado y otros altos voceros oficiales; cambios en las reglas cambiarias en Cadivi, donde la discrecionalidad en cuanto a la regulación de quien puede -y cuánto- optar al "dólar preferencial" y que empuja la demanda de dólares hacia el mercado no controlado por Cadivi, donde la devaluación del tipo de cambio alcanza el 85%; todo esto incorporado a los riesgos institucionales por los cambios legislativos que coloca en manos de la cabeza del Poder Ejecutivo la legislación de asuntos de naturaleza privada, derechos económicos, garantías y libertades económicas, configurando un espeso manto de riesgo sobre la propiedad privada, y otros cambios institucionales que tejen una red de políticas públicas, decretos y leyes que configuran un poder autoritario en materia de libertades y garantías económicas. Agenda socialista: escasez, inflación y colas sobre el cadáver de la propiedad privada. El desiderátum de todo esto, inflación y escasez, ya no como consecuencia de mal diseño e inoportunismo de políticas públicas, sino que ello es parte de la agenda política dirigida a la construcción del socialismo del siglo XXI, que se sabe se "construye" sobre los restos del "capitalismo" y la empresa privada, derechos y garantías económicas de los individuos y sus empresas. La cruzada contra la propiedad privada del propio jefe del Estado, que emana su propia arenga política, ahora se cose en una legislación "habilitante" que se ha constituido en el grotesco marco institucional de leyes y decretos leyes dirigidos a afectar la economía de la propiedad privada. En ese particular, los socialismos y comunismos, en todas sus variantes, producen los mismos males, el origen de esos males subyace en el núcleo de las estructuras del socialismo; a saber, debilitamiento de los derechos de propiedad, enormes riesgos jurídicos por legislaciones y políticas públicas lesivas de la propiedad privada y sus economías. |
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