Sin sindicatos no hay democracia
Por Venezuela Real - 16 de Mayo, 2007, 20:42, Categoría: Dimensión Social
Kenna Narváez M
Tal Cual 16 de Mayo de 2007 Julio Roberto Gómez, miembro titular del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo, reconoce que en el organismo hay preocupación por informaciones que advierten sobre una arremetida del gobierno contra las organizaciones laborales. Sostiene que los sindicatos no sobran. “Ese es un planteamiento neoliberal” El mundo laboral está en ebullición en todos los niveles del sistema productivo. Y Julio Roberto Gómez, miembro titular del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), percibe una tendencia a debilitar a las organizaciones sindicales. Esta situación la observa principalmente en países que no se caracterizan por ser democráticos o progresistas. Su criterio, en este sentido, es categórico: “Una democracia sin sindicatos y sin sindicalistas es una caricatura de democracia”. Desde el papel normativo que juega la OIT, como organismo que impulsa el equilibrio en las relaciones de capital y trabajo con los gobiernos, empresarios y trabajadores, sus integrantes están preocupados por la realidad venezolana. Gómez, por ejemplo, considera absurdo que el gobierno haya dejado a la Confederación de Trabajadores de Ven! ezuela fuera de la próxima reunión de la OIT en beneficio de la oficialista UNT. “Los gobiernos no deben involucrarse en decisiones sindicales ni los trabajadores se deben prestar para situaciones que desdicen de las actuaciones democráticas. Si este año le correspondía a la CTV, este es un acuerdo que debía respetarse. Incluso está contemplado en el propio reglamento de la OIT que en los países donde hay más de una confederación se debe rotar la representación, precisamente para evitar la hegemonía de un sector, sin consideraciones políticas”. Lo mismo ocurre con Fedecámaras. Considera que si realmente hay una expresión empresarial son bienvenidas las nuevas organizaciones. Pero recuerda que la Organización Internacional de Empleadores tiene historia y una cultura de participación, interlocución e! intercambio. ES NECESARIO ACLARAR Otro tema que inquieta en el organismo Internacional, refiere Gómez, es la afirmación que se atribuye al Presidente de la República en el sentido de que en un proceso revolucionario los sindicatos sobran. El representante de la OIT afirma que esto es un anuncio mesiánico, un absurdo absolutamente inaceptable, que desdice lo que es el estado social de derecho. Le parece inexplicable que un gobierno que proclama el patria, socialismo o muerte plantee lo mismo que los neoliberales. “Para ellos, el mejor sindicato es el que no existe. Entonces, ¿cuál es la diferencia? ¿Dónde está el respaldo a los trabajadores?”. Considera conveniente que se aclare la posición oficial con respecto a la organización sindical. Espera que el gobierno, de cara a la comunidad internacional, “se pare frente a los 184 países y explique cómo percibe la auto! nomía sindical”. Advierte que de ser cierta la versión que indica una predisposición del gobierno contra los sindicatos, esta situación no sólo es un golpe a los trabajadores venezolanos, sino a la clase trabajadora de todos los países del mundo. El representante de la OIT refiere que en muchos lugares existen pruebas de conductas antisindicales. Recuerda que en Colombia, Guatemala o Perú han asesinado sindicalistas y han liquidado sindicatos enteros. Pero asegura que es la primera vez, en sus 38 años de actividad sindical, que ha escuchado que algún gobierno haya dicho públicamente que los sindicatos son un estorbo para un proceso revolucionario. “Los trabajadores son un pilar fundamental para el sustento de la democracia”. Percibe la polarización que existe en el país como muy peligrosa, pues se sabe como comienza pero no como term! ina. Menciona el caso de su país, Colombia, que tiene y! a 50 a&n tilde;os de violencia. “La gente no tiene idea de lo que eso significa en cuanto a pérdida de vidas, tiempo y retraso del desarrollo”. CONSEJOS EN DUDA Julio Roberto Gómez ve con desconfianza la propuesta de crear consejos laborales. Asegura que si un gobierno se precia de ser revolucionario, debe saber que el bastión fundamental de ese proceso es la clase trabajadora, porque es la que produce y contribuye al desarrollo de un país. “Con decretos y verticalidades no se presenta ningún cambio, ninguna revolución”. Sin embargo, expresa que el Presidente de la República está en su legítimo derecho de hacer propuestas para el mundo laboral, como es la de los consejos laborales. Pero advierte que los trabajadores también están en el legítimo derecho de decir que quieren sus sindicato! s democráticos, con elecciones libres, que les permitan expresarse con toda la libertad, sin acosos, con capacidad de negociación y beneficios de contratación colectiva. Gómez es partidario del diálogo, de la negociación. Dice que de este modo se deben decidir asuntos sustanciales como el aumento del salario mínimo. Destaca que en la OIT se critica la verticalidad en el manejo de estos temas. No se explican cómo unilateralmente un gobierno decreta un incremento salarial en vez de llamar a las confederaciones y dialogar. Exige, como representante de la OIT, respeto a los trabajadores. “Lo lógico y lo inteligente es que los gobiernos reconozcan a la clase trabajadora y estimulen la unidad del movimiento sindical”. Gómez sugiere al presidente Chávez que se incline por la conciliación. “El mundo es diverso, plural. El trabajo de! be estar enfocado en lograr, entre todos, una construcción democrática a favor de los trabajadores y la sociedad”. |
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