Inseguridad y política
Por Venezuela Real - 21 de Mayo, 2007, 13:33, Categoría: Seguridad/Inseguridad
Beltrán Haddad
Ultimas Noticias 21 de mayo de 2007 Es imposible disociar el tema de la inseguridad de lo político. El ministro Carreño declara que la conducta asumida por algunos sectores forma parte de un plan pernicioso para la buena marcha del Estado y para la salud mental de los ciudadanos. Se refiere a ese discurso inquietante que viene de la oposición, de ciertos medios de comunicación y de factores de poder de la Iglesia cuando dan a entender una especie de "explosión" de la inseguridad. Por supuesto, es un debate político y mediático con discurso alarmador que demanda seguridad. Es aquella etiqueta de inseguridad que data de los tiempos de la "sociedad de riesgo" en que opera por primera vez una separación entre el "delito" y el "miedo al delito", que no es otra cosa, como diría desde París Laurent Bonelli, que la ruptura decisiva en la medida en que la política, si bien no puede hacer nada contra la delincuencia, puede actuar sobre el "sentimiento de inseguridad" de la gente. Ciertamente existe una delincuencia que crea inseguridad, pero no en los términos dramáticos en que la presentan sectores que adversan al Gobierno. Esa criminalidad, distinta a la privilegiada, comenzó a percibirse en su gravedad en los años 90 del siglo pasado y la clase media se encerró entre rejas de puertas y ventanas, entre tranqueras y alcabalas privadas, en tanto el otro país, el vestido de barrios con sus cerros de pobreza quedó a riesgo limpio, sin una pizca de ley, sólo su miedo cercado por el delito. La violencia es uno de los fenómenos que se percibe con mayor fuerza. La prensa y la televisión le conceden a la violencia un alto valor como hecho noticioso y, por supuesto, dramatizan sobre ella, más allá de la información misma. Es por ello que la seguridad ciudadana se convierte en un bien jurídico de primer orden. Ahora, es bueno saber que no es la omnipresencia de la violencia en la vida cotidiana lo que está en discusión. Lo que importa es la forma y el modo en que percibimos la violencia y la actitud que tomemos frente a ella. Por ejemplo: ¿Por qué no comenzar, dentro de la aplicación de una política criminal y de una política de seguridad, con un vasto plan de desarme total de la población? |
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