Granier cambió
Por Venezuela Real - 30 de Mayo, 2007, 15:07, Categoría: Testimonios
María Fernanda Fuentes
TalCual 30 de mayo de 2007 Claro que estamos mal. No sé tú, como canta Luis Miguel, “sin insomnio, yo me enfermo”. La noche larga del domingo y de amanecer lunes fue pesada de sirenas, una bulla de ollas y cornetas que parecían otro idioma de llorar, además de los miles de policías con ese toque de queda no declarado. El ambiente como de duelo por asesinato múltiple, le tuvo que pegar a todo el que tenga un mínimo de humanidad. Me flota la resolución sintetizada de la cuenta con el canal 2: buenos recuerdos de la programación a la que nunca se acercaron los otros –sobre todo 20 años atrás– y menos censura que en las demás televisoras siempre. Los periodistas sabemos que en la tevé siempre la hubo más que en otros medios, pero Radio Caracas fue la más crítica y creativa, con larga ventaja. A Marcel Granier nunca le abandonó su estampa de aristócrata porque no era pinta, de ahí viene él. Pero también los golpes lo fueron metiendo en el mundo real. Guarda una gran diferencia con otros empresarios de los medios: se paró a pensar en este demente proceso depredador y entendió la urgencia de cambiar a favor, moderarse y meter más las manos en el barro, tragar grueso y empezar a sintonizar buena parte de lo que desconocía del dolor ajeno. Entendió que cierta izquierda –seria, pero traviesa– de hace 20 o 30 años, estaba más cerca de él que lo imaginado, porque era democrática. Eso se ve clarito ya. Yno se le arrodilló a estos espantapájaros. No me hubiera imaginado defendiendo empresarios, así de prejuiciada y simple he sido. Pero todos cambiamos con las pérdidas. La gente como que se divide en dos: la razonable y justa y la que nunca podrá despetrificar su mente. Si algo no tuvieron los verdaderos golpistas –Chávez y estos últimos del 2002– fue cabeza política. El golpista es escaso de coco y pecho, burro; de lo contrario, no daría zarpazos. El buen político busca entender, cambiar hacia delante. Yeste “enemigo” cambió para bien. Todos sabemos lo poderoso que era el canal dos: en alcance, en historia, responsable de muchos desaciertos también, pero muy compensados estos últimos años siendo más crítico, resistente a las humillaciones y arrebatotes de este régimen. Ahí estoy viendo esa programación de medicina sistémica y reportajes en Groenlandia. Helados van a quedar. Porque, como en todo lo que se meten, carecen de gente apta. Salida encontraremos, no me cabe duda. Esta colección de torpezas y canalladas explotará en la cara de sus autores. Yel mundo no es ciego. Esta trampa, este accidente histórico cesará, no sé cuándo pero un vuelco viene. Mucha gente –gente– está haciendo lo correcto, tocando todas las puertas y las instancias que siempre son lentas para concretar. Vivimos un desamparo puertas adentro pero hay millones actuando en el canal lento, el de la legalidad, la puja, el trabajo indicado, los recursos disponibles. Ya vamos pa’ llá. Más temprano que tarde. Toditos los macabros de la historia terminan desenmascarados, tal vez no pagan sus deudas, pero su mal ejemplo y su miseria quedan siempre descubiertos. Sus quincallas de etiquetas cínicas siempre acaban achicharradas y los malogrados renacen con más sabiduría y sin rencor, la única manera que existe de reconstruirse. |
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