Venezuela Real
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Refuerzo
Por Venezuela Real - 6 de Junio, 2007, 15:04, Categoría: Testimonios
Omar Luis Colmenares
TalCual 06 de junio de 2007 En su concepción militarista de la vida, el jefe del proceso percibe la poesía en plena calle de la muchachada como una batalla más en la guerra particular y delirante que supone lo tiene a las puertas de la gloria.Y no conforme con el apoyo de sus acólitos que no pasan de repetir bobaliconamente los epítetos ofensivos que originalmente él lanza, se trajo un refuerzo del exterior, un importado, para decirlo en jerga que le gusta. El refuerzo, sin embargo, es como esos peloteros que en determinado momento de sus carreras parecen buenos prospectos, pero después se desvanecen en medio de sus propias inconsistencias y se convierten en estorbos para los equipos que los contratan, lo que de ordinario hacen cuando están en una mala racha y no saben como reaccionar. Esa posición fue la que vino a jugar Daniel Ortega en un equipo donde los uniformes lucen descoloridos y el jefe, que pretende ser manager, cuarto bate, novio de la madrina, lanzador y, sobre todo, cerrador, luce descolocado por una juventud fresca, irreverente, que sale de espacios abiertos al debate en los cuales él nunca estuvo a gritar libertad, con un derroche de imaginación que es precisamente la virtud más pura de quienes quieren ser libres. Daniel Ortega tuvo su cuarto de hora de gloria en los tiempos en que la revolución sandinista fue una utopía compartida, como dice con nostalgia Sergio Ramírez, y el fin de la tiranía somocista hizo revivir sueños de justicia en todo el continente. En ese contexto, fue visto con simpatías por una juventud que intercambiaba sentimientos y solidaridades, pero su discurso apagado y carente de sustancia nunca pegó y su envanecimiento en el poder lo convirtió en un personaje de vergüenza en la fauna de mandatarios latinoamericanos con conductas equívocas. De Daniel Ortega, artífice de La Piñata –ese reparto descarado de propiedades entre sandinistas una vez que fueron derrotados electoralmente por Violeta Chamorro–, no es de extrañar que en esta hora de oportunistas venga a unirse al coro que intenta descalificar al movimiento que en este mayo los estudiantes venezolanos han hecho brotar como una espiga. De este señor, que ve odio en las caras hermosas de las muchachas que entregan claveles a los policías, hay cuentos escabrosos que no vienen al caso ventilar. Pero sí hay que recordar, para que no se hagan los locos los seguidores de este gobierno militarista que dicen ser de izquierda, que su vuelta al poder es el resultado de una componenda inescrupulosa que ha mantenido durante años con el derechista Arnoldo Alemán, el máximo exponente en vida del somocismo; que una de sus prácticas más recurrentes fue atacar con toda clase de vituperios a sus opositores a través de Radio Ya; y que, bueno, es difícil que se vaya de aquí con los bolsillos vacíos. |
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