No se equivoquen
Por Venezuela Real - 10 de Junio, 2007, 13:17, Categoría: Libertad de Expresión
MILAGROS SOCORRO
EL NACIONAL 10 de Junio de 2007 La velocidad y violencia con que el ánimo de Cilia Flores, presidenta de la Asamblea Nacional, trocó de condescendencia a furia –tras la salida de los estudiantes que habían acudido al Parlamento para exigir reparación de ese cuerpo por expresiones pronunciadas allí que, a juicio de los bachilleres, eran lesivas a su honor–, evidencia que la negativa de los jóvenes a persistir en el hemiciclo una vez cumplido lo que habían ido a hacer, quebró el esquema –el mismo de siempre, por lo demás– que el oficialismo había preparado para hacer la pantomima del diálogo y la tolerancia, lo tomó completamente de sorpresa, lo desarmó y lo dejó hundido en una rabieta. El libreto de la escenificación del pasado jueves pareció escrito por los estudiantes desde la primera línea hasta la última. Esa entrada en la que la diputada Flores hace de anfitriona amable, consciente, sin embargo, de que el balcón está repleto de jóvenes chavistas listos, como lo hicieron, para corear consignas y tachar a los visitantes de gusanos; ese saludo en el que Flores alude "especialmente al millón y medio de egresados de la Misión Robinson", una cifra que está por demostrarse y que ha sido cuestionada por criterios muy minuciosos; ese discurso del bachiller Douglas Barrios, donde alerta desde el principio que los parlamentarios no deben equivocarse porque ellos no han ido allí a debatir sino a reivindicar los derechos civiles y que el debate que están dispuestos a establecer "será en las universidades, en las calles y en los barrios de todo el país", no allí, no con ellos; esa intervención de Yon Goicochea desenmascarando el falso diálogo; esa retirada una vez completada la gestión; ese estallido de ira de la diputada Flores, quien se despojó de la máscara de aquiescencia para revelar su rabia y su verdadero sentir frente a los visitantes, a quienes dedicó insultos que redoblaron la apuesta de las afrentas por las que aquellos habían ido a procurar resarcimiento. En fin, la sesión recordó una de esas tramas predecibles en las que un personaje se estrena fingiendo simpatía por alguien que, al dejar en evidencia las auténticas intenciones del encubierto, provoca la pérdida de toda su mesura y lo deja barbotando su resentimiento. Así vimos a Flores, diciendo que los universitarios se iban porque no tenían nada que decir, porque sus acciones forman parte de una mampara, obediente a "otro" plan, porque detrás de sus manifestaciones hay un plan macabro donde están "los fascistas, la ultraderecha", y que habían ido a la Asamblea Nacional "para seguir desestabilizando". SI HUBIERA ESCUCHADO CON ALGUNA ATENCIÓN , la diputada Flores se habría enterado de que los estudiantes ya habían expresado su reclamo contra la criminalización que ha querido hacerse de ellos, ya habían rechazado toda injerencia internacional "venga de Estados Unidos, Nicaragua o Cuba", y que, en suma, ya habían establecido, nos confirman "una generación que no descansará hasta que no seamos el país que podemos ser y la sociedad que debemos ser". Así como habían dejado dicho que no estaban allí "para expresar sus posiciones políticas ni su proyecto de país", entre otras cosas porque, como agregaría el vocero, ellos no tienen "una línea de pensamiento único". Y habían advertido que cualquier diálogo debía "llevarse a cabo con una moderación imparcial", lo que esta Asamblea Nacional no garantiza y ni siquiera está dispuesta a ofrecer. Este jueves los novatos hicieron lo que han debido hacer los diputados del Congreso Nacional cuando Chávez, al juramentarse como presidente, dijo que lo hacía sobre una Constitución moribunda para referirse a un texto que entonces estaba perfectamente vigente; tanto, que en nombre de ella se le estaba confiriendo el mandato que ejerce hasta hoy. Esto es, pararse e irse. Y que la farsa siguiera sin ellos. Y lo que han debido hacer los diputados de la actual Asamblea Nacional, que suscriben el aserto según el cual Nixon Moreno es reo del delito de violación (cuando hay testigos que aseguran haberlo visto lejos de la supuesta escena del crimen), mientras escuchan impertérritos las condenas a estudiantes venezolanos proferidas por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusado mil veces de violación y torturas crudelísimas por Zoilamérica Narváez, la hija de su esposa. Los estudiantes, que escogieron su momento para llegar, han demostrado saber cuándo retirarse... y dejar que la pantomima siga sin ellos. Total, ya habían hablado al país, y éste sabe qué fue lo que dijeron. |
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