Libertad de expresión
Por Venezuela Real - 19 de Junio, 2007, 20:02, Categoría: Libertad de Expresión
Michael Rowan
El Universal 19 de junio de 2007 Los medios también están protegidos por el derecho a la libertad de expresión La libertad de expresión es una de las buenas causas del planeta. Todos la apoyan. La gente piensa como le parece y dice lo que piensa. Los medios de comunicación también están protegidos por el derecho a la libertad de expresión. Incluso si disentimos de lo que dice la prensa, luchamos por el derecho que ésta tiene de decirlo. Como almas libres, leemos, vemos y escuchamos los medios que nos hacen pensar. Cuando un gobierno ejerce presión contra la libertad de expresión, hay algo en el fondo del alma de la libertad que se perturba. Si somos parte de un gobierno que silencia los medios, sabemos que estamos apoyando el acto de un déspota, y nos sentimos mal por esto, ya que sabemos que estamos haciendo algo que está mal. El déspota usa palabras agradables para silenciar la libre expresión. Dice que es peligrosa, que es un error. También puede decir que callar los medios no es grave -silenciar un canal de TV es sólo un asunto normativo, como cambiar una señal de tránsito. Sin embargo, cualquier estudioso de la civilización, cualquier soldado o mendigo sabe que no es así. Cuando el déspota silencia la libertad de expresión, es el déspota y no la libre expresión quien se disminuye. Es así cuando todo el mundo o nadie concuerda con él en eso. No importa cuántos acepten cometer un delito contra la libertad de expresión, es un delito al fin y al cabo. Sólo porque un déspota pueda callarla con impunidad no significa que esté bien ni que sea democrático, tampoco que no tendrá que rendir cuentas. Un delito contra la libertad de expresión desata un clamor de justicia por siempre. El déspota que busca uniformidad en la expresión y conformidad de pensamiento tiene mucho que aprender sobre la naturaleza humana. Al igual los retorcidos predicadores que obligan a los no creyentes a confesar pecados no cometidos, el déspota se verá tristemente decepcionado por el ejercicio de su poder. La gente siempre pensará lo que quiera pensar y dirá lo que piensa -aunque no sea frente al beligerante déspota-, puesto que bajo el silencio de la libre expresión suprimida existe un espíritu libre. Como todos los déspotas aprenden en su momento, el deseo de ser libre e independiente es más poderoso que todas las bombas usadas en la historia para acallarlo. |
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