La devaluación
Por Venezuela Real - 20 de Agosto, 2007, 19:26, Categoría: Política Nacional
ILDEMARO TORRES
El Nacional 20 de Agosto de 2007 E s un fenómeno indeseable la caída del valor de la moneda nacional, pero no menos grave es la devaluación ética, cultural, educativa y política, a la que asistimos en buena parte de América Latina. Desde hace días pensaba referirme en una de estas notas a palabras como "millardo", "mediático", "imperialismo" y "magnicidio", que en manos del Gobierno se han vuelto moda, y las aplica en las justificaciones de sus trastadas e irregularidades, y para restarle importancia a hechos delictivos graves; así como a otras que uno se resiste a usar en razón de su ordinariez y fealdad, pero al mismo tiempo sintiendo la necesidad de ponerlas a circular por la precisión con que definen un determinado carácter personal, una situación o una conducta; pensaba entonces en el calificativo "lambucio" y en los presidentes Kirchner, Morales, Ortega, Correa y hasta Tabaré Vásquez, que bien lo merecen dada su actitud melosa, mendicante, y de impúdico aprovechamiento de los petrodólares a cuyo reparto está dedicado el comandante Chávez, benefactor de todos ellos. Mientras el mayor expoliador, aun agonizante se sabe jefe supremo y como tal se comporta. Cuando en eso estaba, leí la reciente columna de Alexis Márquez Rodríguez, dedicada precisamente a esa palabra. Una de las acepciones que cita del Diccionario del habla actual de Venezuela, dice: "Persona que actúa servilmente o halaga a alguien con el fin de conseguir algún beneficio", y otra: "Persona que continua e insistentemente pide, busca y aprovecha todos los beneficios, especialmente materiales, que pueda obtener de quienes se encuentren cerca"; ambas me confirman cuán apropiada es su aplicación a los mencionados jefes de Estado. Las circunstancias casi obligan a coincidir con el querido lingüista, en que se trata de "otra de las viejas palabras que debemos reivindicar y desempolvar". Señalar el anómalo desempeño de esos dirigentes foráneos, haría pensar que nuestra situación interna es mejor, pero nuestro tejado es de vidrio y son escasas las virtudes que podemos mostrarle al mundo en materia de ejercicio del poder. Venezuela es hoy una suerte de reino de la adulación rastrera, del saqueo voraz de los bienes de la Nación y otras formas de corrupción, de la mediocridad e ineptitud oficial, con una colección de personajes grises en cargos fundamentales y perceptibles solamente –en ausencia de ideas originales o de cualquier destello de inteligenciapor su atuendo carnavalesco de camisa y cachucha color sangre. Alguien comentaba con justificada añoranza, la calidad personal e intelectual, y el respeto de que gozaban por su valía profesional y los aportes que les hacían al país, quienes décadas atrás integraban el correspondiente Gabinete de cada Presidente; y la entristecedora comparación con quienes hoy ostentan el título de ministro en algún área del quehacer nacional, pues antes que miembros de un equipo calificado, conforman un club de fans asiduos de "¡Aló, Presidente!", que anotan las ocurrencias del caudillo y corren a ejecutarlas. Un ejemplo de tales gestiones bochornosas, lo es la del ministro de Cultura, ufano ganador de los títulos de "Fundidor de fundaciones", "Unificador de logotipos", "Orientador de la cinematografía nacional", y "Democratizador de ateneos". Creo que antes que aceptar como un hecho natural el evidente divorcio entre la realidad y la versión que de ella hace el Gobierno, nos corresponde definitivamente enfrentar y desmontar tanta mentira oficial. |
Temas
Calendario
Archivos
SuscríbeteSindicaciónEnlaces
|