Redundancia marxista
Por Venezuela Real - 1 de Septiembre, 2007, 15:33, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
RAMÓN HERNÁNDEZ
El Nacional 01 de septiembre de 2007 Como ciudadano de un Estado libre, todavía no socialista, quiero expresar mis quejas. No pretendo emular a Emile Zola ni a Jean-Jacques Rousseau; primero, porque es muy corto el espacio, y segundo, porque le temo más al anacronismo que al ridículo. Deseo sí, como ciudadano de a pie, que no aspira a un Hummer H8, the Earth Fucker, ni a un puesto en la nómina de la fecunda burocracia, hacer del conocimiento de la nomenklatura que me he dedicado a revisar con atención los textos del "marxismo-leninismo", como recomiendan los perifoneadores oficialistas, y por ninguna parte aparece alguna frase que sirva para explicar, justificar, aminorar o aguantar la escasez de alimentos básicos que como la epidemia de dengue y el blablabá interminable nos azotan con saña y malaleche. El lugar común señala que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Peor, mientras más grande menos esperanzas hay de que no ocurra la colisión. En el experimento soviético, que es la palabra rusa para denominar "los consejos comunales", la hambruna generada por las políticas socialistas-colectivistas causaron millones de muertes . El afán de colectivizar, de eliminar a los pequeños y grandes productores, de controlar la producción, de establecer los precios y de prohibir el comercio significó hambre y desolación. Cuando décadas después la receta se repitió en China, Cambodia y Cuba, los resultaron fueron peores. En la patria de las ocho estrellas, la escasez de alimentos se acrecienta. A la camarilla gobernante le gusta llenarse la boca con Gramsci y George Lukacs, porque les suena muy intelectual y moderno, pero a quien le siguen los pasos es a Koba, a Yósif Vissariónovich Dzhugashvili, que pasó a la historia como Stalin y que con su terribles errores condenó a morir de inanición a los campesinos, ancianos, mujeres y niños si guardaban silencio, y en el paredón si se atrevían a reclamar un mendrugo de pan. La planificación socialista centralizada, una de las peores equivocaciones de Marx y la causa de que los soviéticos produjeran la computadora portátil más grande y pesada del mundo, es la vía al socialismo que ha escogido la intelligentsiya criolla. Una fórmula que impide la producción, pero incrementa la burocracia. El Coba de aquí, obvie la similitud gráfica, ordenó con factura estalinista aplicar medidas de fuerza para "combatir" la escasez y los altos precios: prohibió dar alicientes y facilidades a los productores y comercializadores, aunque los más pobres paguen las consecuencias. Los matará de hambre, pero no aceptará su pifia. Insisto, entre socialismo y muerte no hay diferencia sino redundancia. Saco la piedra y pago con guariney y medio. |
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