Unión cívico militar tendrá rango constitucional
Por Venezuela Real - 10 de Septiembre, 2007, 15:00, Categoría: REFORMA CONSTITUCIONAL
Alejandro Botía
TalCual 10 de septiembre de 2007 Para el experto Alberto Garrido, analista del chavismo y del proceso bolivariano, el proyecto de reforma presentado por el Presidente consolidará jurídicamente la concepción del pueblo en armas. Esto, a su juicio, sienta las bases para la conformación de un Estado guerrero, pero no necesariamente totalitario Como la concreción jurídica de un proyecto formulado hace una década, califica el analista político Alberto Garrido, la elevación a rango constitucional la concepción del pueblo en armas, en el marco del proyecto de reforma a la Carta Magna presentado por el presidente Hugo Chávez. Garrido evalúa con cautela las implicaciones de la alianza cívico militar y la configuración del ciudadano como potencial combatiente. A su juicio, esta nueva filosofía de la defensa nacional no necesariamente entraña el germen de un Estado totalitario. La articulación de las fuerzas nacionales en previsión para una eventual guerra, no es nueva. El modelo se parece al que hubo en Vietman o el que existe actualmente en Cuba. También tiene similitudes con el de Israel y de allí que Garrido se pregunte: ¿a quien se le ocurriría decir que hay un estado totalitario en la tierra de David? Frente a lo que otros perciben como riesgos inminentes para la democracia: como la eliminación de la cláusula que prohíbe la militancia partidista a los militares, la consolidación de un sistema de líder único, o la pretensión de entregarle al presidente la potestad para decidir todos los ascensos en la Fuerza Armada, Garrido opta, sin embargo, por guardar silencio, y tan sólo atina a señalar: “prefiero dejar que camine un poco más el tiempo para poder emitir un juicio”. – ¿Cuál es el aspecto más importante del proyecto de reforma que presentó el Presidente? – Podemos hablar de 20, hay una cantidad de temas y parece que sería arbitrario mencionar uno, porque además están todos estrechamente ligados. Si tu hablaras por ejemplo, de la elección continua como se está haciendo el símil con algunos países europeos, también debería agregarse la distribución real de poder. Pero en el caso nuestro hay una serie de reformas que van hacia un concepto que no tiene que ver con la democracia representativa sino con un criterio que se maneja de revolución, de líder único. – En el área militar cuál es la implicación más relevante de la reforma? – Creo que está llevando ahora sí a la letra constitucional el concepto de pueblo en armas, sobre el cual se hizo énfasis durante varios años sin que se le pusiera mayor atención. Este noción tiene raíces en una propuesta que surgió del Partido Comunista bajo una finalidad mucho más precisa, que era la de sostener que podían hacer una revolución cívico militar. Eso fue en 1957. – ¿Qué figura de la reforma concretaría ese concepto del pueblo en armas? – Si tú me dices cuál es el artículo, no lo sé. Te lo digo simplemente en la fusión fuerza armada regular-milicia. Porque la milicia es justamente eso: el civil, pueblo en armas. Chávez vuelve a proponer ahora lo que planteó ya en Yare, donde surgió un documento llamado Cómo salir de este laberinto, que firmaron todos los comandantes y fue sometido a discusión. El documento era una consecuencia, por otra parte, del proyecto Nacional Simón Bolívar, que es el que estamos atravesando. Desde entonces se hablaba de la creación de una nueva sociedad de base cívico militar cuya instalación podría llevar aproximadamente 20 años. – ¿Ese concepto del pueblo en armas es inédito o hay otros países donde funcione un esquema similar? – No similar. Parecido. Puede haber funcionado en Vietnam, puede estar funcionando en Cuba y lo tienen de alguna manera Israel. Entonces, digamos que tampoco estamos patentando eso. – ¿La fusión cívico militar de alguna manera podría sentar las bases para un estado totalitario? – Yo te preguntaría: ¿hay un estado totalitario en Israel? Es difícil que tu me respondas que sí. Hay un estado guerrero, pero no totalitario. – ¿Entonces no necesariamente la noción del pueblo en armas entraña una amenaza para la democracia? – No necesariamente. Tu tienes el caso de Israel que es digamos el caso opuesto.Tiene una población de 7 millones de habitantes y el 10% aproximadamente está armado y dispuesto para la guerra en cualquier momento. – ¿Y en el caso venezolano? – En Venezuela lo que hay en este momento es una intención, yo creo que nadie ha dicho lo contrario, de ir hacia allá (el concepto del pueblo en armas). El ministro de la Defensa, como comandante de la Reserva, dio unas declaraciones que están en Internet, a este muchacho del canal 8, Ernesto Villegas, en las cuales dice: nosotros tenemos ya más de 100 mil reservistas, una fuerza equiparable a la fuerza armada regular, tenemos 600 mil en espera –se supone que para entrenamiento– pero dijo aspirar utópicamente (usó esa palabra) llegar con los años a tener 15 millones de reservistas. Aspirar no es tenerlos. – Pero hay un retraso evidente. La meta inicial cuando se fundó la Reserva era llevarla a un millón de miembros en el primer año y eso aún no ha ocurrido – Creo que ha habido no uno sino muchos retrasos y yo creo que Chávez lo ha definido una y otra vez con tres palabras, corrupción, ineficiencia y burocratismo. Eso explica los retrasos. – ¿A qué conducirá la concreción de este proyecto de fusión cívico militar y pueblo en armas? – Bueno, en el caso venezolano, indudablemente vas a tener un cambio fundamental en el modo de vida. Pasas de plantearte una sociedad en paz para plantearte una sociedad para la guerra. HAY MUCHA HIPOCRESÍA – ¿Qué piensa usted de la disposición que le permite al Presidente manejar los asensos militares para todos los grados? – Bueno, ya te dije que (las disposiciones de la reforma) están todas conectadas. Es un sistema de liderazgo único y creo que no ha sido negado. ¿Qué dijo el otro día (Francisco) Ameliach? Bueno, que hay un líder único y ese liderazgo único aceptado, dominante, se traduce a toda la propuesta constitucional – ¿Eso nos acerca a un sistema dictatorial o totalizante? No, yo no hablo de dictadura en este momento. En Venezuela vivimos una circunstancia muy especial y es que aquí no ha habido una revolución armada sino la toma del poder por la vía de las urnas. Eso ha llevado a Chávez primero, a proponerse inicialmente una transición de tres años que se fue a ocho años y ahora, el paso a un modelo socialista pero hay demasiados factores en juego. Tiene un tablero de ajedrez donde se movieron sólo algunas piezas, desde nacionales e internacionales que recién ahora están comprendiendo que no todo era retórica –como alguna vez dijo Maisto– sino que hay un proyecto en serio (...) Pero una cosa es lo que tu te propones y otra cosa es lo que la realidad te impone. – La cuestión es qué implicaciones tiene para la democracia un sistema de liderazgo único... –Lo que pasa es que hemos venido hablando desde hace años dos idiomas diferentes. Chávez ha dicho una y mil veces (y su entonces canciller, Luis Alfonso Dávila, lo afirmó en la reunión de Québec), que en Venezuela no había democracia representativa –esa que supuestamente defiende la OEA– sino una democracia participativa. Se le han dado muchos nombres: participativa, zamorana, directa, revolucionaria, pero no representativa. Entonces, ¿cómo la juzgas? Si la juzgas desde la democracia representativa, yo te digo: ¡tienes razón: aquí no hay democracia representativa!. Lo demás está por verse, porque Chávez está hablando de ir hacia un modelo de democracia directa, de base, con el poder popular, y por eso ha llamado a todos los ministerios del Poder Popular. Pero eso también hasta ahora es sólo un anuncio, que tiene embriones de realidad, pero no son realidades sobre las cuales se puedan formular (a criterio mío), juicios categóricos. – ¿Pero encierran un germen para la restricción de la democracia? – Depende de cómo se conduzcan. Yo creo muchísimo en la gente. No creo que actúen como borregos, Por eso te digo, vamos a ver cómo actúa la gente, esa gente, esté o no vestida de rojo. – ¿Qué implicaciones tiene para la institución militar el que una sola persona decida todos los ascensos? – La institución militar está definida de otra manera. Está definida ahora como cívico militar. La primera implicación es que no se puede hablar ya de institución militar sino cívico militar. – Entonces qué implicaciones tendrá para esa institución cívico militar el que una sola persona pueda decidir todos sus ascensos? Bueno pero ¿eso ya no lo teníamos antes? ¿Ya antes Chávez no decidía los ascensos de coronel hacia arriba? – Pero ahora van a ser todos – Bueno ¿y? Se esperaba una reacción antes y no ocurrió. – Algunos estiman que la FAN se convertirá en una guardia pretoriana, en un sistema de castigos y premios para los más sumisos y afectos con Chávez – Mira, no sé, porque en todo esto hay una subestimación absoluta con respecto a lo que se está moviendo.Yo prefiero creer muchísimo en la gente, en la dignidad de la gente, en el sentido común, en cierta racionalidad. No creo en el catastrofismo al cual nos tienen ya acostumbrados. – ¿Qué sabe sobre el cambio de la Guardia Nacional por Guardia Territorial? – Tampoco sé porque fíjate que hasta en eso estamos en ascuas. Se ha anunciado pero ni siquiera tenemos claro todavía cual va a ser la conformación de la Guardia Territorial. Tenemos un enunciado, vamos a ver qué pasa con la realidad, como mucha gente que tenía años quejándose de la actuación de la Guardia y ahora sale ha desgarrarse las vestiduras porque hay que defender la institución de la Guardia. Mira. Hay mucha hipocresía en todo eso. – De hecho la propuesta ya fue reformulada. Ya el presidente dijo que se seguirá llamando Guardia Nacional – Es lo que te estoy diciendo.Tenemos anuncios pero faltan las realidades. El anuncio no significa que tú automáticamente decretas una realidad. – ¿Sabe por qué el Presidente cambió de posición? – Ni idea, porque para mí el mundo militar hacia fuera es más un mundo de rumores y de chismes que uno del cual realmente uno pueda atenerse. EL TIEMPO DIRÁ – ¿Si se elimina la prohibición de militancia política par los militares, no se abren las puertas a la inscripción de uniformados en el PSUV? – Ya Chávez dijo que eso no era verdad, durante una discusión entre Müller y Ameliach. – Pero eso fue antes de presentar el proyecto de reforma – Si se llega a un sistema cerrado, que todavía no lo tenemos, la Fuerza Armada será no sólo bolivariana sino revolucionaria. Pero no sé si estamos ahí todavía. Honestamente yo prefiero dejar que camine un poco más el tiempo para poder emitir un juicio. – ¿O sea que eliminar ese precepto, a su juicio, no es suficiente para llegar a esa conclusión? – No. Hasta que no lo vea, no lo creo, porque hasta ahora lo que hay ya claramente establecido es un propósito ideológico y político pero no partidista. – Pero muchos altos oficiales, terminan su servicio activo y pasan a engrosar el aparato político chavista. –Eso es muy factible también que ocurra en la milicia, Recuerda que es una fuerza armada única y vas a tener algo que se aplica a la fuerza Armada regular pero que no puede aplicarse al sector de las fuerzas armadas irregulares (...) Hasta ahora lo que tenemos es una formalidad, vamos a esperar el resto. Es muy prematuro en este momento. (...) Chávez está desarrollando un proceso revolucionario sui generis, que como él mismo ha dicho es pacífico y es muy difícil tener cambios radicales, como los plantea Chávez, por la vía pacífica, porque toca intereses no sólo nacionales sino internacionales de manera muy profunda. Y Chávez lo está haciendo, pero tenemos que ver el final de la película que no es precisamente este. – ¿En relación con las zonas militares, qué función tendrían? – Yo supongo que como el alto mando ha estado discutiendo hipótesis de guerra durante años, en función de esas hipótesis se crean las zonas militares para un eventual incidente de distinta índole. Recuerda que se habla de dos enemigos: el enemigo externo y el enemigo interno. – ¿Hay algún elemento en el área militar que en su criterio deba analizarse con más detalle? – Chávez está desarrollando una experiencia con un modelo militar híbrido, de fortalecer fuerzas regulares, cada vez más profesionales –como si fuera a prepararse para una guerra convencional– mientras sostiene que es imposible dar esa guerra convencional contra el enemigo principal que viene a ser Estados Unidos. Entonces, habría que verlo en términos más bien de guerras de mediana intensidad con países vecinos. Y eso lo ha combinado con el concepto de guerra asimétrica y ahora se ha incorporado en concepto de guerrillas. Vamos a ver que sale de todo eso. – ¿Todos estos elementos de la reforma en el área militar son, a su juicio, positivos o negativos? – No me pongas a mí a opinar sobre si estos elementos son positivos o negativos, si estoy de acuerdo, si estoy en contra, porque no es mi papel. Entiende, el defínase me lo han dicho mil veces y no es mi papel. |
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