Art 109. La muerte de un viejo autonomista

Por Venezuela Real - 20 de Octubre, 2007, 10:40, Categoría: Testimonios

Amalio Belmonte
Internet
20 de octubre de 2007

Con voz trepidante y seño fruncido, el diputado grita: "ha muerto el viejo claustro" y  explica,  ante  la cámara unicolor,   las razones para renunciar, de forma  irrevocable, a la condición  de profesor universitario.  Reniega, luego de   30 años de engaño, a todo vínculo  con la academia de la UCV: "es una farsa", sentencia.  Con bochorno diferido, confiesa  arrepentimiento por haber aspirado a cargos de dirección universitaria, que terminaban negociándose, según confiesa, en las casas de AD, COPEI y el MAS: "Las autoridades se cocinaban en esos lugares". En tanto sus compañeros de gobierno,  los profesores Trino Alcides Díaz Y Elías Eljuri, oían, indignados  tales denuestos. Menos emotivo, el  Doctor  Edmundo Chirinos lo observaba, con reprobación indulgente,  en la pantalla  azul  extraplana... Otro ex rector  de la UCV, afecto todavía  al gobierno, no salía de su asombro con las palabras  del viejo amigo, que le acusaban de converso y   enemigo de la universidad proletaria, por oponerse a extender el claustro a sectores distintos a los estudiantes, profesores y egresados.

En ese trance que producen las visitas a la conciencia,  continuó   expiando  pecados. Pedía perdón por haber pertenecido a organismos de cogobierno, poblados de oligarcas, manifestando reservas por el  título y  reconocimientos  obtenidos en la vieja Escuela de Periodismo, donde algo ominoso debió ocurrir cuando estudió y profesó, pero que no pudo percibir dada la inexistencia, para la ocasión, del faro luminoso del caudillo redentor ,en cuyo   nombre habla.  No  pertenezco a esa vetusta universidad, sostenía, en un intento fallido de borrar su propia historia.

Refugiado en sus nuevas convicciones autoritarias, condenó  a la digna trayectoria de la autonomía universitaria: es un privilegio medieval, espetó,   "más ahora, que no hace nada para estar  en sintonía con el país" (el país rojo del diputado). Duda y detiene las filípicas contra su alma mater,  porque el terrible recuerdo de batallas juveniles, libradas para evitar que la UCV sintonizara con los gobiernos de AD y COPEI, deviene en tormento de conciencia  frente   las cuales no cabe defensa alguna .Se sonroja cuando se recuerda, en el aula magna, increpando a los ministros de educación de anteriores gobiernos por cuestionar la vigencia de la autonomía.

Ahora, entregado al tándem de creyentes de la Reforma  Constitucional que desean ungir al Presidente con poderes imperiales, dice que   es necesario democratizar (?) a la universidad para librarla  de quienes le han secuestrado su libertad …"hay  que pulverizar al viejo claustro" afirma agresivo, para construir la autonomía socialista (sic) pensando en ese paradigma de libertad académica que es la Universidad de la Habana, o en las universidades de la era soviética, o en los guardias rojos de la Revolución Cultural China que tanta democracia   y autonomía prodigaron a los aterrorizados universitarios de los años 1967 – 1976 del inmenso país asiático.

Justifica todo ese giro copernicano de sus viejas convicciones ucevistas " porque el pueblo acudió en masa para exigir la nueva universidad que reclaman los tiempos revolucionarios". Esa evocación acomodaticia   y restrictiva de la noción de pueblo usada para  justificar desafueros  revolucionarios, le impide examinar la forma como se designan las autoridades universitarias en las instituciones de educación superior intervenidas por el gobierno, igualmente en la UNEFA y en Universidad Bolivariana. Al otrora humorista, le ocurre igual que a todos aquellos que quieren crear al hombre nuevo transformando a las personas   en súbditos del poder, les molesta la creación de conocimientos, saberes y cultura sin mediaciones ni límites distintos al talento.

Las revoluciones de todo signo exigen subordinación, obediencia y renuncia a la    capacidad   crítica. Ello explica que el orador haya  cambiado su noble y orgullosa alma mater por la Universidad de la Fuerza Armada Nacional, que haya proscrito de su vida al irreverente humorista para alojar a un incondicional militante del autoritarismo. Es un rapto  aceptado del alma,  como decían de Martín Heidegger (guardando colosales distancias), cuando decidió aceptar el rectorado de la Universidad de Friburgo, designado por el Gobierno de Adolfo Hitler, justificando tal ignominia para su notable trayectoria de filósofo porque   la Universidad  no podía negarse a sintonizar con los nuevos tiempos: "La construcción de un nuevo mundo espiritual para el pueblo alemán se convertirá en la tarea más importante de la universidad alemana. Constituye un trabajo nacional del más alto rango y significado". Así. La primera decisión que tomó fue  no convocar más al claustro "porque era una estructura medieval, superada y caduca, incapaz de dar nuevos impulsos"  Lo pulverizó como proclamó el diputado Herrera

Anoche en la sesión de la Asamblea Nacional, el discurso del diputado para fundamentar la modificación del artículo 109 de  la Constitución no provocó la muerte del  claustro ni de la autonomía universitaria Los santos óleos los recibió un antiguo autonomista.

Siempre con la Autonomía.  Impermeables al desaliento

Amalio Belmonte

Ahora, más que nunca unamos los esfuerzos y proyectos de quienes creemos en la democracia y la autonomía universitaria. Por encima de cualquier diferencia está nuestra Universidad





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