Chávez asume plenos poderes para controlar la economía
Por Venezuela Real - 29 de Octubre, 2007, 17:10, Categoría: REFORMA CONSTITUCIONAL
ANDRÉS ROJAS JIMÉNEZ
El Nacional 29 de octubre de 2007 Entre ellas, fijar tasas de interés, evitar la devaluación y administrar las reservas Modificaciones de la Constitución eliminan el contrapeso entre las políticas fiscal y monetaria Los cambios en la Carta Magna dan al Presidente 27 atribuciones en materia económica. La macroeconomía de cualquier país es una combinación de políticas fiscales, monetarias y cambiarias, al menos eso es lo que dice la teoría. También los textos de economía señalan que corresponde al Gobierno -sobre todo en naciones con tradición presidencialista- la responsabilidad en materia fiscal, que básicamente se refiere a la administración de impuestos, la elaboración del presupuesto, la definición y ejecución del gasto público, además de contraer operaciones de deuda. No es por azar que prácticamente en casi todos los países de América Latina -incluida Venezuela- se incorpore entre las atribuciones del Presidente de la República que, en materia económica, se le asigne el área fi scal. En el artículo 190 de la Constitución de 1961 se indica que al jefe del Ejecutivo nacional le corresponde administrar la hacienda pública nacional y negociar empréstitos. Esa misma norma se repitió textualmente en el artículo 236 de la Constitución de 1999. La excepción es Cuba, cuya Constitución tajantemente indica que corresponde al Estado organizar, dirigir y controlar la actividad económica, y por tanto compete la administración de los bienes que integran la propiedad socialista. En la propuesta de reforma de la Carta Magna se modifi ca el artículo 236 con el fi n de que el primer mandatario asuma nuevas tareas, un total de 27 atribuciones, entre las que se incluyen competencias como controlar las reservas internacionales y lograr la estabilidad de precios, es decir, controlar la infl ación. También le corresponde preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria, lo que implica evitar cualquier devaluación, y se le asigna la competencia de participar en la acuñación de nuevas monedas, como está planteado con el programa de la Reconversión Monetaria. Igualmente, el jefe del Estado, con la idea de eliminar la autonomía del Banco Central de Venezuela, pasará a tener competencia en la regulación de la política monetaria, lo que implicará que tendrá la facultad para fi jar las tasas de interés y determinar las medidas que deben adoptarse para disminuir el nivel de dinero que circula en la economía. "Ahora en Venezuela la política económica la dicta el Ejecutivo y la dirige el Presidente de la República", ha señalado el ministro de Planificación y Desarrollo, Jorge Giordani, quien aun cuando es director del BCV, ha sido un ferviente defensor de la eliminación de la autonomía. En cambio, el ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, ha sido más reservado en sus declaraciones sobre las facultades que tendrá el jefe del Estado en la política económica, pero no ha dudado en cuestionar la independencia que, al menos sobre el papel, se le dio al BCV en la Constitución de 1999. "El tema de la autonomía del Banco Central es tremendamente relativo y no debe haber ningún órgano autónomo frente al Estado", comentó el titular de Finanzas, quien evoca como en el gobierno de Jaime Lusinchi, en los años 80, hubo un control sobre el organismo. Hay defensas con menos referencias políticas, las cuales se dirigen a señalar cómo el BCV está imposibilitado para ejecutar una política monetaria y cambiaria con efi ciencia. "Difícilmente se encuentra en América Latina un banco central que no tenga el control sobre los agregados monetarios, porque el Gobierno central y Pdvsa mueven 90% del agregado monetario casi a su voluntad", explicó Guillermo Ortega, economista de la Universidad Central de Venezuela. Dentro del gremio de economistas se ha intentado explicar que debe existir separación entre los organismos a los que compete la ejecución de la política fi scal y de la monetaria que tradicionalmente asume el Banco Central. "La independencia de las políticas fi scal y monetaria no es un capricho, es simplemente la razón fundamental de la estabilidad económica de cualquier país", ha señalado Efraín Velásquez, presidente del Consejo de Economía Nacional. "El BCV debe servir de balance y por eso es que en términos generales esa independencia entre ambas políticas es el contrapeso propio del sistema", añadió. Mirada al sur. En América Latina, el impulso de la autonomía de los bancos centrales más que por una tendencia del movimiento neoliberal de los años noventase dio principalmente como un freno a los gobiernos de Argentina, Brasil, Perú y Bolivia, que en la década de los ochenta recurrieron a estos organismos para financiar al gasto público. En esas naciones, los gobiernos emitían papeles de deuda pública que se los compraban sus respectivos bancos centrales y de esa manera cubrían las cuentas defi citarias, situación que generó cifras de infl ación de tres, cuatro y hasta cinco dígitos como ocurrió en Bolivia, donde el incremento de precios a mediados de esa década estuvo sobre 90.000%. "La nueva Constitución lo que plantea es la eliminación del Banco Central", aseveró José Guerra, economista de la Universidad Central de Venezuela. "Lo que se pretenden con la reforma constitucional va en la dirección de lo que ocurrió en varios países del Cono Sur", agregó el experto, que formó parte del equipo de investigadores del BCV. Las autonomías de los bancos centrales ha permitido en buena medida que prácticamente todas esas naciones registren desde hace varios años niveles de inflación anual de un dígito; incluso hay momentos en los cuales la variación de precios de bienes y servicios no ha llegado a incrementarse 6%, mientras que en Venezuela a mediados de los años noventa se llegó a más de 100% y durante el gobierno del presidente Hugo Chávez no ha logrado colocarse en menos de 12%.
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