La reforma (bis)

Por Venezuela Real - 18 de Diciembre, 2007, 10:21, Categoría: REFORMA CONSTITUCIONAL

David Ludovic Jorge
TalCual
18 de diciembre de 2007

Pese a los riesgos políticos de la iniciativa, Chávez está dispuesto a proponer una nueva reforma constitucional. La pregunta es si lo hará antes o después de las elecciones regionales

Las órdenes de Chávez no se cuestionan. Así lo entendieron miembros de la Asamblea Nacional (AN) que ahora impulsan, a través de la Comisión de Participación Ciudadana, la creación de una nueva reforma constitucional a partir de los sectores populares.

La decisión obedece a la reflexión del primer mandatario sobre su imposibilidad de presentar otra propuesta de modificación a la Carta Magna en este período presidencial. Así lo mencionó el pasado 5 de diciembre en comunicación telefónica con el programa La Hojilla, que transmite Venezolana de Televisión (VTV).

"Yo ya perdí el derecho a presentar una propuesta de reforma con iniciativa mía, pero el pueblo venezolano tiene la potestad y el derecho de presentarla si así lo quiere", explicó en esa oportunidad.

La "sugerencia" presidencial surtió un efecto casi inmediato. Al día siguiente, el diputado Darío Vivas anunció la celebración de reuniones con sectores populares, con el objetivo de profundizar el diagnóstico de los caminos que existen para relanzar la reforma constitucional".

LA CONSTITUCIÓN POR EL FORRO

Más allá de las inconsistentes reivindicaciones sociales propuestas en el proyecto presentado en agosto –defendidas a capa y espada y planteadas como el punto central de la reforma por el gobierno–, el objetivo de la insistencia oficial por volver a plantear la iniciativa es otro: la permanencia de Chávez en la silla presidencial más allá del año 2012.

El propio mandatario así lo entendió. En la misma edición de La Hojilla del 5 de diciembre explicó que si la Constitución no se reforma antes de cinco años, él entregará la banda presidencial en enero de 2013. Aquí es donde surge el primer problema: ¿Pueden volverse a incluir elementos de la propuesta presidencial rechazada en un nuevo proyecto de reforma constitucional? El artículo 345 parece dar una respuesta negativa a esta interrogante, pues reza: "La iniciativa de reforma constitucional revisada no podrá presentarse de nuevo en un mismo período constitucional a la Asamblea Nacional".

Así lo entiende José Vicente Haro, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), para quien la interpretación de ese artículo debe tomar en cuenta el resto de los principios y valores establecidos en la Carta Magna.

Por ello, según Haro, el primero de los valores que se debería respetar es el de la voluntad popular, que quedo expresada en la negativa a la reforma constitucional el pasado 2 de diciembre. "Como un todo, ese proyecto, que llegó al Consejo Nacional Electoral (CNE) y se llevó a referendo, no puede someterse nuevamente a discusión", explica.

A su juicio, ese "todo" del proyecto representa también cada una de sus partes, por lo que basta con que la nueva propuesta toque uno sólo de los aspectos ya abordados en la reforma rechazada el 2-D para que, desde el punto de vista jurídico, CNE y Asamblea Nacional estén obligados a ni siquiera estudiarla.

Sin embargo, miembros del gobierno insisten en la idea.Tal es el caso del alcalde del Municipio Libertador, Freddy Bernal, quien anunció: "Estamos revisando los mecanismos legales, constitucionales y apegados estrictamente a derecho para buscar que, efectivamente, en un tiempo mediano sea posible esa reelección".

La mención a tales mecanismos legales obliga a pensar en la solicitud de un recurso de interpretación del artículo 345 por parte de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Sin embargo, desde su mismo origen el máximo tribunal figura bajo control del oficialismo.

Más de un académico da por descontada la parcialización del TSJ –reflejada en el rechazo de las decenas de recursos de nulidad interpuestos contra la reforma constitucional antes del referendo–.

No es descabellado, en consecuencia, esperar que el máximo tribunal pudiera darle al gobierno nacional la razón y la posibilidad de introducir un nuevo proyecto de modificación constitucional igual o "simplificado" a partir de la propuesta que se rechazó el 2-D. Esto "sería un fraude constitucional, al desconocer la voluntad popular que expresó su rechazo a la propuesta" opina Haro.

¿CUÁNDO ENTONCES ?

Sorteado el problema de interpretación jurídica, se plantean dos posibles escenarios en que el oficialismo podría presentar una nueva reforma constitucional "basada" en los planteamientos presidenciales. En ambos casos se requiere la recolección de casi dos millones y medio de firmas (el 15% del padrón electoral) para respaldar un nuevo proyecto de reforma constitucional.


Para cada proceso, los grupos de ciudadanos que impulsen la nueva reforma, bien podrían formar parte de diversos sectores sociales, como los que desarrollan las discusiones impulsadas por Darío Vivas, o por la militancia del propio Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Para el diputado Luis Tascón, tal opción no sería viable inmediatamente, sino para el año 2009, una vez que se definan los resultados de las elecciones regionales.

"Es muy difícil presentar una nueva propuesta en el año 2008.

–opina– En primer lugar, porque la agenda política del año que viene estará marcada por las elecciones regionales y municipales. Además, el 2008 debe ser un año de reflexión, cambio y mejoramiento del aparato político en el chavismo".

El diputado tachirense no descarta la posibilidad de que la propuesta presidencial sirva como "referente" a una nueva reforma constitucional, planteada por el pueblo. "Tras un posible triunfo del chavismo en las elecciones regionales –asevera– podríamos entregarle la propuesta presidencial al pueblo, para que ellos, en asambleas populares, desarrollen su propuesta. Nosotros no podemos secuestrar la voluntad popular en las cúpulas del chavismo. Del pueblo deben emanar las propuestas y ellos mismos recoger las firmas".

Pero, las perspectivas posteriores a las elecciones regionales no son necesariamente positivas para el oficialismo. La consolidación de candidaturas unitarias por parte de la oposición (como han anunciado algunos de sus dirigentes) y el fardo de la derrota en el referendo constitucional serían dos lastres que podrían generar la pérdida de espacios en alcaldías y gobernaciones.

El impacto psicológico de los resultados del 2-D en cada uno de los bandos también podría influir en los resultados de los comicios regionales. Durante los próximos diez meses, las reflexiones del chavismo podrían girar en torno a la búsqueda de culpables de la pérdida. La sensación de la primera derrota después de nueve años y otros tantos triunfos electorales, auguran hacer lo suyo.

La oposición, por su parte, tendría 10 meses por delante para saborear su primera victoria electoral sobre el chavismo, reforzar la moral recién elevada de su electorado y disfrutar el espaldarazo dado a su carácter democrático, que en buena medida le permite despojarse del "sambenito" de golpista.

Bajo este escenario, esperar a las regionales sería como abonarle el terreno a la oposición, pues desmontaría la polarización y legitimaría a los sectores que adversan al gobierno. Además, se ataría el destino de la reforma a los resultados de los comicios para gobernadores y alcaldes.

TAMPOCO PARA YA

El planteamiento de una nueva reforma constitucional para los primeros meses del año que viene es, por descarte, el segundo escenario. Sin embargo, tal opción se enfrentaría a dos inconvenientes fundamentales, también condicionados por los comicios regionales.

El primero de ellos sería la conformación definitiva del PSUV. Luego de cinco postergaciones (originalmente estuvo pautado para el 15 de agosto) el Congreso Fundacional de la nueva tolda roja se instalará en enero, según confirmó recientemente el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional y miembro de la Comisión Promotora del PSUV, Roberto Hernández.

Aparte de esbozar su tesis fundacional, los principios políticos y los estatutos, de la realización del Congreso Fundacional depende el futuro de las candidaturas regionales del chavismo. De acuerdo con la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, el PSUV tendrá que estar constituido de manera definitiva a más tardar en abril (seis meses antes de los comicios regionales) para poder presentar a sus aspirantes a alcaldías y gobernaciones en junio.

Para José Vicente Carrasquero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar (USB), llevar esos tres procesos (PSUV, regionales y reforma) no es viable, como quedó demostrado en el transcurso de este año, cuando intentó hacerse coincidir la propuesta presidencial con la consolidación de la nueva tolda roja.

"Aunque no lo quiera admitir, el PSUV es uno de los grandes fracasos de Chávez. Con todo el poder y dinero que le ha inyectado, no pudo hacerlo arrancar este año. Mucho menos podrá el año que viene si coincide con las regionales y otra reforma", pronostica.

El politólogo, además, resalta la falta de activación de los votantes chavistas en las regiones durante el referendo constitucional. Por ello considera que, para que el gobierno pueda afrontar otra propuesta de reforma constitucional, primero debe apostar a la renovación de los poderes locales, a través de las elecciones regionales.

Sea como fuere, el gobierno parece convencido de la necesidad de volver a impulsar una reforma que mantenga el llamado a construir el "socialismo bolivariano" en Venezuela. Una posibilidad que se ve validada, al menos políticamente, con el apoyo de casi la mitad del electorado (49%) que votó por el Sí el 2 de diciembre.

Este es otro factor para impulsar de nuevo la reforma antes de octubre. Al fin y al cabo la diferencia entre el Sí y el No fue muy pequeña, con todo y que Chávez estuvo ausente buena parte de la campaña. La tarea del mandatario, en consecuencia, parece ser la de convencer a su electorado de los peligros de su salida de Miraflores para la continuidad del proyecto "revolucionario". Lo cierto es que Chávez, antes o después de las regionales, parece no está dispuesto a renunciar a la posibilidad de su reelección indefinida.

¿CONDENADO AL FRACASO ?

Antes o después de las regionales, presentar una nueva reforma constitucional tras el fracaso de la propuesta presidencial conlleva numerosos escollos políticos que deberá sortear el chavismo: desde problemas logísticos y de maquinaria electoral hasta problemas de sicología política.

Por ello, a juicio de Carrasquero, poco importa en qué momento temporal se plantee la propuesta, ya que considera que los venezolanos no darán más poder a Chávez, hasta que éste no resuelva sus problemas cotidianos como desabastecimiento, inseguridad, etc.

"El asunto no es cuánto poder tienes, sino qué has hecho por el bien de la gente con ese poder. Más allá de proponer la reforma antes o después de las regionales, el gobierno debería plantearla cuando le haya cumplido a la gente. Mientras no resuelva los problemas, el pueblo le va a volver a dar a Chávez con un bate", sentencia.

 Esperar hasta las regionales sería como abonarle el terreno a la oposición, pues desmontaría la polarización y legitimaría a los sectores que adversan al gobierno







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