Cuatro "piedras" por el cobre
Por Venezuela Real - 24 de Febrero, 2008, 17:03, Categoría: Dimensión Social
JORGE CHÁVEZ MORALES
Ultimas Noticias 24 de febrero de 2008 Recicladores de metales entregan herramientas a indigentes para que roben obras de arte, barandas de puentes y cables, y les pagan con droga Camión con cobre robado llegó hasta Colombia sin problema Quienes compran metales de noche ofrecen un menor precio "Mire, mi don, yo aquí he robado de todo: semáforos, barandas de puentes, placas recordatorias, monumentos, cables y guayas de luz, cabinas telefónicas, avisos, lámparas de iluminación de Los Próceres y la avenida San Martín, rieles del Metro y hasta lápidas del cementerio. Todo lo vendo en las chatarreras y me gano limpiamente mi `piedra" porque ¿sabe? yo fumo mi droga pero sin hacerle daño a nadie". "Cuando se trata de robar las barandas de los puentes, los compradores nos dan las llaves para aflojar las tuercas y unas cuatro piedras para `endiablarnos" y tener fuerza. Ahí sí voy con la gente de mi `empresa", porque nosotros somos ocho y en una noche, desde las 11 pm hasta las 2 am, podemos sacar fácil unos 400 kilos de aluminio de los puentes y los vendemos a los mayoristas que los pasan buscando en sus camiones". Rafael tiene 25 años y desde hace cuatro vive en las calles. Trabajó en la Guardia Nacional (GN) dos años y la abandonó por las drogas. Ahora duerme en la calle, se fuma unas 60 piedras al día, come lo que encuentra en la basura y roba cables y todo aquello que tenga aluminio o cobre para venderlo y sobrevivir. Como él, hay cientos de indigentes en Caracas y otro tanto en casi todas las ciudades del país que sobreviven vendiendometalesreciclablesquegeneralmente son robados, salvo las latas de bebidas. Hasta allí, ésta podría ser una simple historia de personas que, debido a su dependencia de las drogas, cayeron en la indigencia y hacen cualquier cosa para sobrevivir, inclusive robar. Sin embargo, la realidad que se esconde detrás de cada uno de estos seres humanos es mucho más dramática, triste y muy peligrosa, toda vez que son utilizados por una mafia de personas totalmente inescrupulosas que manejan una industria basada en el robo y contrabando de metales. Utilizados por la mafia. "¿Usted conoce el puente `Bimbolandia", ese que está cerca del Terminal de La Bandera y al final de la avenida Los Próceres? Bueno, esas barandas que antes eran de aluminio me las tumbé yo. ¿Que cómo? Muy fácil. Cuando ya las tenía `visteadas" le dije a los compradores de La Morán que prepararan un camión,quelesdaríacomo800kilosdealuminioen la noche. Entonces como a las nueve fui a su local y ellos me dieron 20 piedras para mí y mi gente, para `endiablarnos" y tener fuerza, y también nos facilitaron las llaves para aflojar los pernos". "A las 11 pm todo estaba suelto y los llamamos para que estén pilas con el carro. A la 1 am pararon el camión debajo del puente, en plena autopista, y nosotros, que ya habíamos arrojado las barandas a la parte donde hay grama debajo del puente, las subimos muy rápido y asunto arreglado. Éramos cinco y nos dieron 15 piedras y BsF20acadaunoportodoelmaterial, y prendimos tremenda rumba", recordó Rafael. En Caracas existen negocios formales que compran varios tipos de metales reciclados. Éstos están ubicados en diversas zonas de la ciudad, principalmente entre las avenidas Morán y San Martín, en San Agustín en el sector denominado Vuelta del Casquillo, a 50 metros de la Disip, y también en el sector Los Hornos. Además de estos lugares, operan otros al final del elevado de la avenida Roosevelt, sobre todo uno al que los indigentes identifican como "el de la puerta azul". En Filas de Mariches la actividad es mucho más prolífica; sin embargo, las dos recuperadoras más grandes son las conocidas como "El Chucho" y "El Peruano". Cerca del centro comercial El Valle también se encuentra otro negocio ubicado en el sector Las Malvinas. Hacia Petare, en El Llanito está la recuperadora "El Gocho"; en Guatire, antes de llegar a la urbanización Valles de Guatire, funciona otro de estos negocios; otro lugar donde tienen presencia es Pinto Salinas, allí es muy conocida una señora que se hace llamar "La Mama". En Santa Rosa opera "La Cartonera". Compran lo robado. En todos estos negocios y muchos otros clandestinos compran metales que son productos del robo, aunque sus propietarios lo nieguen, tal como ocurrió tras la visita del equipo de Últimas Noticias a varios de ellos. "No compramos nada que sea producto del robo. Nuestro trabajo es totalmente legal, tenemos muchosañosfuncionando y nunca hemos tenido problemas con la justicia", expresó el representante de Cartonera El Pozo, ubicada en el callejón Sánchez, galpón 22, en el barrio Santa Rosa. Aseguraron que todo lo que puedan acopiar lo venden a la compañía Bracoven, cuya sede queda en Maracay (Ara). Casi todos ellos cuentan con maquinariacapazdeconvertirlosavisos de señalización, las placas de los monumentos y hasta los bustos de metal en pequeños pedazos de bronce o cobre cuya identificación posterior es casi imposible. La práctica. Los chatarreros tienen una práctica en común. Se nutren generalmente de pequeñas partes de metales que han sido robadas, como lámparas de plazas, semáforos, ángulos de aluminio y cobre de los cables eléctricos, que les son entregadas casi exclusivamente por indigentes. Hay chatarreros que trabajan de día y otros de noche. Los precios que pagan estos dos grupos varían considerablemente. Mientras que los que operan por el día pagan el kilo de aluminio a BsF 3, los de la noche lo hacen a BsF 1,80 o 2; el de cobre durante el día es cotizado a BsF 18 o 20, mientras que los que compran de noche pagan escasos BsF 12 o 14. Sin embargo, en la mayoría de los casos los vendedores sólo reciben la décima parte del pago en dinero, mientras que el resto lo completan con "piedra". Los sectores que operan de noche y pagan con droga están ubicados en La Morán, San Agustín, Pinto Salinas y El Valle, tal como lo constató el equipo de Últimas Noticias en un recorrido de madrugada, durante dos semanas, por esos sectores. La matraca. Este negocio es conocido por efectivos de la Policía Metropolitana (PM) y también de la Guardia Nacional (GN), quienes se hacen de la vista gorda presuntamente a cambio de una tarifa que recogen generalmente los fines de semana en cada una de estas casas que compran material. "Nosotros no compramos nada robado, mi pana, estamos legalitos. Pero no pueden pasar a tomar fotos porque esto es propiedad privada. Además, váyanse pirando porque alguien puede comerse la luz con ustedes y no queremos pagar muertos feos", así respondió un sujeto desconocido, armado, que se encontraba con un grupo de ocho personas en un negocio de reciclaje en La Morán. (En la jerga hamponil, "pirando" es salir rápido y "comerse la luz" es matar a alguien). A escasos cuatro metros del lugar, una patrulla de la PM permaneció impasible, observando cómo llegaban varios indigentes con bolsas llenas de medidores de agua y partes de cabinas telefónicas a venderlos a las personas que nos pidieron que nos retiráramos. Otra parte del negocio comienza a funcionar de madrugada, cuando existe una menor presencia policial en las calles. Varios camiones pequeños y camionetas pick up visitan a los chatarreros y compran el cobre que luego trasladan hasta sus locales en Filas de Mariches, avenida Roosevelt, La Morán, El Valle y Pinto Salinas. Allí son inmediatamente acondicionados en camiones en cuya parte inferior colocan una delgada capa de latas de aluminio, en el medio va el cobre y finalmente, en la parte superior, vuelven a colocar aluminio de tal manera que da la impresión que todo el cargamento es de latas recicladas. Cada camión carga entre 10 y hasta 15 toneladas de cobre. El promedio de camiones que semanalmente parten sólo del área metropolitana de Caracas rumbo a Colombia es de 15 a 20. Esta práctica es común en todos los estados del país. Rumbo a Cúcuta. El camión color blanco de placas 56LGBE fue cargado con 10 toneladas de cobre durante la madrugada del jueves 14 de febrero en un local de Filas de Mariches. Al día siguiente a las 3 pm salió con destino a Colombia, pasando todas las alcabalas sin ningún problema, ya que en cada una de ellas los guardias nacionales que prestan labor de vigilancia presuntamente cobraron su respectiva "vacuna". Llegó el sábado 16 al mediodía a San Antonio, donde cambió de conductor y pudo entregar su mercancía en Cúcuta sin ningún problema, gracias a la "ayuda" que presta una mujer colombiana llamada Nancy. Su práctica es muy sencilla. Ella se adelante en un vehículo particular y cuando llega a un acuerdo con los efectivos de la GN, llama al chofer del camión y el vehículo pasa la alcabala sin ningún tipo de problemas. Continúa así hasta pasar a Cúcuta, donde el camión es recibido por los compradores del metal, que generalmente son personas ligadas al grupo paramilitar Águilas Negras, quienes cancelan la mercancía en San Antonio, antes de pasar al vecino país, tal como lo tienen acordado. "Nancy" no sólo se encarga de pasar los cargamentos de contrabando de cobre, sino también los de alimentos y de combustible, y cobra BsF 10 mil por cada gandola. En realidad es una red muy grande de personas coordinadas por esta señora que desde hace varios años mantiene esta práctica irregular. "Bueno, mi hermano, yo llevé varios carros hasta San Antonio y nunca tuve problemas. Nos dan cuatro o cinco millones para que paguemos en las alcabalas y no tengamos ningún problema. Esto no es nuevo y seguirán haciéndolo porque en Colombia el kilo de cobre lo pagan a BsF 45 mil. Mientras haya lateros y drogadictos, estos `manes’ seguirán llenándose de billete, al igual que los que montan las alcabalas. Es el puro poder del dinero, mi hermano", sentenció Juan Carlos, un ex chofer que ahora regenta una venta de empanadas y vive más tranquilo. Finalmente, los principales responsables del desmantelamiento de los espacios públicos, servicios y obras de arte de Caracas son la mayoría de comercializadores de chatarra, quienes no sólo se benefician de este irregular procedimiento sino que lo promueven y apoyan. Además, incitan a los indigentes a que cometan delito facilitándoles droga y herramientas para llevar de contrabando el material a su destino final, que es Colombia, con la silente complicidad de malos policías y guardias nacionales. Así, cada día algunos se vuelven más ricos sin importarles el perjuicio patrimonial que ocasionan a la ciudad ni el daño que producen en cientos de personas de quienes sólo saben que existen cuando les compran lo robado y les pagan con droga.
|
Temas
Calendario
Archivos
SuscríbeteSindicaciónEnlaces
|