Esfumación
Por Venezuela Real - 12 de Marzo, 2008, 15:46, Categoría: Política Internacional
Antonio Cova Maduro
El Universal 12 de marzo de 2008 ¿Por qué una tan "estudiada" indignación del señor Chávez ante un problema "ajeno"? Quizás desde aquel abril del 2002 no se habían vivido momentos tan intensos como los de estos inicios de marzo. Y como aquellos, estos dejarán correr mucha tinta, que no necesariamente arrojará mucha luz. Los acontecimientos que produjeron esta crisis de marzo del 2008 no se harán claros sino cuando pasen los días. Hoy, lo que más aparecen son preguntas, y eso es bueno, porque sólo cuando hay preguntas pertinentes pueden -es más, deben- aparecer algunas respuestas relevantes. Veamos algunas de esas preguntas. ¿Era un mero aliviadero -como se estila llamar a esas guaridas- el "campamento" de las FARC en suelo ecuatoriano? Y si lo era ¿qué hacían por allí ese flujo de visitantes extranjeros? Si, además, se encontraron allí instalaciones que permitían hasta entrenamiento y seminarios para subversivos extranjeros, ¿cómo podrían llegar hasta allí sin el conocimiento y hasta complicidad del Gobierno ecuatoriano, o por lo menos de algunos de sus miembros más destacados y autorizados? Y los cambios de humor y hasta de lenguaje y tono en el señor Correa, ¿a qué se debían? O si ustedes prefieren ¿quién los imponía, o por lo menos, los patrocinaba? Y ya de fronteras adentro ¿por qué una tan "estudiada" indignación del señor Chávez ante un problema "ajeno"? Habremos de preguntarnos, ¿ajenos realmente? ¿No sería, más bien, por la ruina de un plan que sólo él y los suyos conocían? El ajusticiamiento de Raúl Reyes y la insólita muerte del otro miembro del Secretariado de las FARC casi que marcan el epitafio de esa organización. Su proyecto es un cadáver que no se sabe donde sepultar y ello obliga a esa izquierda a buscar otros derroteros. Y a sus patrocinadores y casi que voceros salir a otros caminos. Lucen ya tan lejanos e imposibles los deseos de ver a ese grupo terrorista transformado en "beligerante", que la política chavista frente al problema colombiano necesariamente tendrá que dar un vuelco. Estas y otras preguntas que en el transcurso de los días irán apareciendo denotan la riqueza de matices que hoy se expanden por todo nuestro continente; tanto como para dar una segunda mirada a lo que sucedió en la Cumbre de Santo Domingo. Era la primera vez en mucho tiempo que los propios latinoamericanos lograban imponer un arreglo a sus problemas, que no fuese logrado por presión extracontinental. Un arreglo que no tendrá que ser definitivo -seríamos ingenuos de creerlo- pero que significa un paso histórico en el tortuoso devenir latinoamericano. Esto ya, de por sí, es un triunfo del cual deberíamos estar orgullosos, tanto como para que nos sirva en el porvenir. Cuando un arreglo fracasa -como cuando triunfa- siempre es muy útil, si no queremos que nos dañe, que se escudriñen las razones. A estas alturas sólo podemos aventurar algunas hipótesis. Desatada la crisis -y visto el carácter de fuego incontrolable que parecía tener- fue obvio que rápido se movilizaron fuerzas estabilizadoras. En primer lugar, los presidentes de países no directamente involucrados, ya sea "marcando distancia" con aliados que sí lo estaban (vgr. el dúo Kirchner-Lula), como promoviendo y proponiendo una reconciliación. En segundo lugar, el papel importante de quien presidía la Cumbre, el dominicano Leonel Fernández, quien como buen caribeño sabe pasar el brazo a quien tenga que pasarlo. Y quizás lo más importante, la atmósfera, el clima de la reunión. Allí se respiraba un ambiente bomberil ante el fuego amenazante, que se impuso a los tres contendientes y al asomado de Ortega. Y dentro de cada país, en la medida en que el tono de la confrontación aumentaba, se hacía claro a todos quiénes terminarían siendo los "paganos". Eso se vio muy bien en una de las fronteras más vivas del continente, la del eje San Cristóbal-Cúcuta, donde el rechazo a la confrontación bélica fue contundente. Pero también en los medios ecuatorianos y en los distintos sectores que tuvo que consultar Uribe: tanto los empresarios afectados, como los ex presidentes y ex cancilleres. Para Chávez, la realidad de un ejército reticente y mal preparado, aunado al fantasma de un desabastecimiento general, terminaron imponiéndole la extraña moderación del final en la Cumbre. Ni contó con los aliados internacionales que esperaba (ya no hay solidaridad automática, por más chequera que muestre), ni logró transmitir a Correa que le respaldaba hasta el final. Esa factura será cobrada, como las que se acumulan en Venezuela, donde las elecciones estudiantiles en la Universidad de Los Andes (ULA) mostraron un adelanto. |
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