Mala jugada ante la SIP - Error oficialista
Por Venezuela Real - 31 de Marzo, 2008, 12:19, Categoría: Libertad de Expresión
El Editorial
El Nacional 31 de marzo de 2008 Cuando los militantes chavistas, adormecidos y adoctrinados por el opio dominical del programa Aló, Presidente, se enteran que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), reunida hasta ayer en Caracas, condenó a Estados Unidos por vulnerar "el derecho de los periodistas a mantener la confidencialidad de sus fuentes", y que como si fuera poco arremetió contra "los jueces federales estadounidenses que obligan a los periodistas a revelar sus fuentes y les imponen fuertes multas en dólares", de seguro no entienden nada o se les cae el breaker. Y es que no pueden aceptar que el poder político es susceptible de crítica y que nadie está exento de cometer errores. En el caso de Venezuela, la SIP trabajó su informe a partir de los testimonios recogidos e investigados tanto por los medios, los periodistas y profesores universitarios, como por diversas organizaciones no gubernamentales. En la reunión se trataron temas que son del conocimiento público y, en ningún momento, se trató de engañar a nadie, porque los ciudadanos no son gafos, ni están adormecidos ni son invitados oficiales comprados con petrodólares, que tienen una suite prepagada en el antiguo Caracas Hilton. Los asistentes a la reunión de la SIP no llegaron precipitadamente a Venezuela, ni se les convocó a última hora con la previa intención de condenar a un gobierno en particular: no son mercenarios que están al lado del teléfono para aprestar la maleta (no la de Antonini) y acudir a recitar un apoyo a un Gobierno rapaz y embustero, previo contrato dolarizado. Si algo caracterizaba a los intelectuales de izquierda en América Latina era su ética robusta e indeclinable. Hoy se les compra con una llamada telefónica. Y sin embargo, la reunión de la SIP en Caracas no significó un escándalo mayúsculo y propagandístico. Sus sesiones se caracterizaron por el análisis y la presentación de documentos que sustentaban las denuncias y los agravios a la libertad de expresión. No hubo un show, ni una manifestación prepagada hacia Miraflores, ni se promovieron actos de calle con la finalidad de hacer propaganda o crear problemas. Y era lógico: la SIP vino a sesionar en paz y no a ocuparse sólo de Venezuela. Su problema era otro, incluso mucho más importante que las acometidas de Chávez contra los medios: a sus miembros sólo les preocupa la libertad de expresión en su totalidad hemisférica y no en un país en particular. El Gobierno se equivocó y armó un escándalo público que sólo contribuyó a darle publicidad gratis a lo que era una reunión semestral sin mayores consecuencias. Ya los periodistas sabemos que en estas ocasiones los directores de diarios oficialistas tanto en Venezuela como en Cuba arman un negocio: logran hacerse importantes ante Chávez, y de allí sacan beneficios. Los cubanos aprovechan para remendar con hilo nuevo su disfrazada falta de libertad expresión, y los venezolanos se asocian para seguir chupando créditos y publicidad del Gobierno, cuando en verdad ni su familia los apoya. |
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