LUIS ZAMBRANO : "La nacionalización es insostenible sin precios petroleros crecientes"
Por Venezuela Real - 14 de Abril, 2008, 16:41, Categoría: Política Nacional
OMAIRA SAYAGO
El Nacional 14 de abril de 2008 Ficha personal: Economista, Profesor e Investigación de la UCAB LUIS ZAMBRANO sostiene que la política oficial de vivienda fracasó por incapacidad del Gobierno y no por falta de cemento El economista considera más acertado invertir recursos en la diversificación y expansión productiva con la creación de nuevas empresas, en lugar de adquirir las existentes que controlan la innovación tecnológica, tienen músculo financiero y dominan el acceso a los mercados internacionales. Calcula que la inflación cerrará el año en 30% y que la tasa oficial de cambio está sobrevaluada en 72% Una tasa de cambio oficial sobrevaluada en más de 70%, una inflación descontrolada que terminará el año en 30% y la ejecución de un ambicioso plan de estatización, que tarde o temprano impactará negativamente las cuentas fiscales, son los temas económicos más urgentes que debería corregir el Gobierno en forma inmediata. Pero existe una regla de oro que difícilmente el presidente Hugo Chávez, hacedor de todas las políticas, esté dispuesto a violar: en años electorales no se toman medidas con un costo político importante. Se prefiere la vía de decisiones con dividendos políticos automáticos, aunque insostenibles en el tiempo por el deterioro que ocasionan en las cuentas fiscales. Las correcciones, con medidas tan impopulares como devaluación y aumento de precios controlados, quedarán para 2009, cuando se preparará el terreno para 2010, nuevamente año electoral. Luis Zambrano Sequín, economista y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, considera que lo más grave está en el plan de estatización que viene ejecutando el Gobierno, y que tomó un enérgico impulso en los últimos días con las empresas cementeras y con Sidor. Está convencido de que se trata de una política insostenible en el tiempo por la enorme cantidad de recursos que compromete a corto, mediano y largo plazo, no sólo por las empresas señaladas, sino por todas las que se han nacionalizado durante el gobierno de Chávez. "Al comprometerse importantes recursos futuros en la ampliación, mantenimiento y operación de todas estas compañías, el Gobierno depende no sólo de un precio elevado, lo cual es bastante ambicioso, sino de un precio creciente del petróleo, de modo de garantizarse cada vez mayores ingresos. Esto es muy preocupante porque, sin duda, terminará asfixiando las cuentas oficiales. Por supuesto, esto no obedece a una estrategia económica, sino a una estrategia política e ideológica". –¿A qué cree que obedece el nuevo impulso que ha tomado el plan de nacionalización? –A adelantar la meta de controlar, aunque no necesariamente poseer en su totalidad, los sectores que el Gobierno considera estratégicos, tal como advirtió el propio Presidente hace algunos años. Esto incluye energía eléctrica, petróleo, minería, insumos fundamentales para la construcción de infraestructura y vivienda, telecomunicaciones, el sector financiero y la industria productora y distribuidora de alimentos. En el caso específico de Cemex, Holcim y Lafarge, además, existe un elemento muy importante, más aun en período electoral: el Gobierno, a sabiendas de la sensibilidad del tema de vivienda, ha atribuido su fracaso en esa materia a la falta de cemento debido a las exportaciones, cuando en realidad se debe a su incapacidad gerencial. Las estadísticas indican que las exportaciones cayeron 60%, lo que evidencia que el grueso de la producción se coloca en el mercado interno. –¿A qué se debe entonces la escasez? –El congelamiento de precios que desde 2005 aplicó el Gobierno y sus claras intenciones intervencionistas desestimularon a la industria cementera que, por ende, redujo sus inversiones, por lo que no pudo atender el crecimiento de la construcción, de un promedio anual de 22% en los últimos 3 años, básicamente por las obras que implicaron los Juegos Panamericanos. Además, hubo dificultades en la producción de arena, piedras, tejas y bloques; algunas canteras y minas cerraron, hubo retraso en los permisos para la explotación minera y trabas en el acceso a divisas para importar los equipos pesados que se requerían. Muchas de estas trabas dependían del Gobierno. Los activos de las cementeras se calculan entre 1,8 y 2,2 millardos de dólares, por lo que si el Gobierno concreta su aspiración de poseer 60% del capital accionario de estas empresas, el costo para el Fisco estaría entre 1,0 y 1,3 millardos de dólares. Sería más acertado invertir estos recursos en la diversificación y en la expansión productiva del sector con la creación de nuevas empresas, en lugar de adquirir las ya existentes que controlan la innovación tecnológica, tienen músculo financiero y dominan el acceso a los mercados internacionales. –De los sectores señalados por el Gobierno como de su interés estratégico se desprende que los siguientes en la lista de estatización serán banca y alimentos. –Con la banca, el Estado ha avanzado muchísimo para obtener su control, pero a través de regulaciones. Ha construido un sector financiero público muy grande, y tiene también una regulación bastante amplia sobre el uso del crédito y las tasas de interés, de manera que allí el Gobierno ha avanzado significativamente. No creo que esté planteado expropiar bancos. En alimentos, ha avanzado en el control de su distribución. Pienso que seguirán afianzando las conexiones entre Pdval, Mercal y las redes de empresas privadas. Sin embargo, no me extrañaría que traten de controlar la propiedad de algunos sectores muy importantes en la producción de alimentos básicos. Con la compra de Lácteos Los Andes inició esta estrategia. Votos y política cambiaria. Una de las medidas con efectos más nefastos en términos de popularidad para cualquier presidente es una devaluación monetaria, y es la que Zambrano cree, sin ninguna duda, que el Gobierno acometerá en 2009. Por ahora, son más importantes los votos para asegurar las gobernaciones, el próximo 23 de noviembre, que la política cambiaria. "Teniendo en cuenta la evolución de la inflación interna y externa, el tipo de cambio oficial está sobrevaluado en 72%. Este rezago genera distorsiones en los precios, estimula la demanda de productos importados e incentiva la corrupción para poder adquirir divisas con tasa oficial. El otro problema en materia cambiaria tiene ver con el colapso de Cadivi, organismo que ha tenido que afrontar un alza de 300% en el valor de las importaciones en los últimos tres años. Esto significa un volumen de solicitudes que ha rebasado la capacidad administrativa de Cadivi". –¿Esta situación de colapso, a la que se suma ahora la tarea de atender a las más de 60.000 personas citadas para que demuestren cómo gastaron los dólares, podría impulsar la implantación de un cambio dual, posibilidad que mantiene al mercado en expectativa? –El Gobierno está tratando de corregir el tipo de cambio para un importante número de rubros. Ha diseñado un mecanismo que podría terminar en un régimen múltiple de tipos de cambio. Mediante la entrega de bonos pagaderos en bolívares, pero denominados en dólares, se entregarían divisas a empresas con solicitudes pendientes en Cadivi, oficina que se descongestionaría y se aumentaría el flujo de divisas. Además, con esto se está empujando el tipo de cambio paralelo a la baja, y el Gobierno percibirá utilidades cambiarias al estar vendiendo dólares a un tipo de cambio superior al oficial. De manera que estamos ante una devaluación de facto, pero que el Gobierno no asumirá de manera formal como tal. Estamos en la transición hacia un cambio múltiple que se asentaría el año entrante: una tasa oficial para bienes prioritarios, una tasa superior para bienes no esenciales y para viajeros, más un mercado paralelo para los sectores que el Gobierno no considera importante atender. Inflación fuera de control. "El gasto público, que siempre se acentúa en años electorales, presionará la inflación al alza con mucha fuerza. De nada servirán las estrategias oficiales para tratar de evitarlo, como ha sido, entre otras, el aumento de las tasas de interés para las tarjetas de crédito con el propósito de disminuir el consumo; el retiro de los fondos de los bancos privados para concentrarlos en la banca del Estado y reducirles así su capacidad crediticia; el congelamiento de precios y de la tasa de cambio, y la reducción de la cotización del dólar paralelo. Los cálculos permiten pronosticar para el cierre de este año una inflación de 30%, muy por encima de 19,5% proyectado por el Gobierno". Zambrano sostiene que la inflación permanecerá alta mientras subsistan los desestímulos a la oferta interna, y el gasto gubernamental creciente siga presionando la demanda. Sus pronósticos inflacionarios para 2009 son menos alentadores: cree que el Gobierno aprovechará ese año, no electoral, para corregir los rezagos en los precios controlados y para devaluar el bolívar, lo que causará altos índices de inflación. "No me extrañaría que traten de controlar la propiedad de algunos sectores muy importantes en la producción de alimentos básicos" |
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