El caso Marisabel - Justicia y atropello
Por Venezuela Real - 10 de Mayo, 2008, 12:27, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
El Editorial
El Nacional 10 de mayo de 2008 De nuevo en el panorama de la colectividad venezolana, surge un enfrentamiento público entre un Presidente de la República y una primera dama, una cuestión que debería ser tratada con la mayor delicadeza y prudencia, para evitar el daño que una controversia como ésta pueda tener en los hijos de la pareja, en especial si ellos son menores de edad. En este caso en particular, se trata de la hija del mandatario nacional y su esposa para la época, Marisabel Rodríguez, cuyo resguardo de honor ha sido invocado en múltiples oportunidades por el jefe del Estado ante los tribunales y contra la prensa. Pero es esta vez el propio Presidente quien la coloca en el centro de la atención ciudadana, ventilando en los tribunales un pleito de pareja que, tomando en cuenta el alto perfil público que tienen las dos personas involucradas, no puede pasar por debajo de la mesa, ni para los medios de comunicación locales ni para las agencias internacionales. De hecho, ayer salieron hacia el exterior los despachos de prensa dando cuenta de los pormenores del hecho. El Presidente de la República, en vista del alto cargo que ejerce, debería rectificar sus actos y dar ejemplo de buena conducta y no persistir en sus arranques intolerables de machismo que no obedecen al socialismo del siglo XXI sino al XIX. Venezuela no necesita ese tipo de comportamiento sino uno muy diferente: el trato civilizado y de entendimiento que debe privar entre dos adultos que deciden separarse. Si algo padece Venezuela es de esas separaciones violentas en las que el hombre arremete pública o domésticamente contra su esposa, valiéndose de su condición de superioridad legal, política o económica. El respeto y la confianza mutua entre las parejas que deciden separarse resulta fundamental para la estabilidad emocional de las hijas e hijos. No hay otro camino que el diálogo y la razón. No olvidemos que en el pasado reciente un presidente de la cuarta república quiso imponer su voluntad en los tribunales, valiéndose de su condición de mandatario nacional, contra su señora esposa, una mujer digna y respetada, y el país se colocó al lado de esta mujer luchadora. Pero no porque querían evitar el divorcio, lo cual es una decisión personal de cada quien, sino porque deseaban apoyar los derechos de esa mujer a no ser atropellada por el poder político de su marido. Fue una batalla en la que los medios de comunicación fueron presionados desde Miraflores y El Nacional, casi en exclusividad, se batió dignamente por los derechos de la señora. Fue una dura lección para Miraflores. Hoy, la ex primera dama Marisabel Rodríguez denuncia "hostigamiento y persecución política" por parte del Presidente, y declara: "Se me está intimidando, porque, cuando el Presidente dice que no lo dejan ver a su hija, a quienes dirige ese mensaje es a sus seguidores. Quiere que asuman una conducta impropia hacia mí: puedo ser atacada por cualquiera". Y tiene razón. El malandraje rojo rojito, desde Miraflores, la acosará. |
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