Vergüenza en Medellín
Por Venezuela Real - 7 de Junio, 2008, 12:16, Categoría: Política Internacional
ADOLFO P. SALGUEIRO
El Universal 07 de junio de 2008 La reunión, otra vez, transcurrió con el opacamiento de los temas de la agenda preconvenida La 38ª Asamblea de la OEA celebrada en Medellín da pie para preguntarse cuáles son los "logros" de la política exterior del Gobierno, ya que -según sus voceros- el modelo propulsado desde Caracas no sólo va cosechando éxitos sino que contagia a otros pueblos invitándolos a imitar tan singular proyecto. Nuestra percepción es que el tinglado tiene bases flojas y es propenso al colapso. La reunión de Medellín, otra vez, transcurrió con el opacamiento de los temas de la agenda preconvenida desde hace un año ("Juventud y valores democráticos") para centrarse en la crisis que vive esta parte del continente en la que pugnan por prevalecer dos visiones políticas irreconciliables . El muy publicitado incidente promovido por el canciller Maduro no puede sino avergonzar al colectivo nacional. Nadie afirma que Mr. John Negroponte sea una "mansa paloma". No lo es ya que -aun cuando nada se pueda probar- su presencia en diversos destinos diplomáticos ha coincidido con oscuros episodios que aun requieren explicación. Tampoco se puede afirmar que EEUU esté en condiciones de arrojar la primera piedra en su reclamo de cooperación para la lucha antiterrorista cuando son ellos quienes persisten en negar la extradición de Luis Posada Carriles, sujeto de nutrido prontuario criminal, prófugo de la justicia cubana y venezolana . Al mismo tiempo resulta difícil entender cómo EEUU envía para una conferencia continental a un señor que -con razón o sin ella- encarna la representación de todo aquello que es detestable de su política exterior y que, por lo tanto, irrita con unanimidad a América Latina. ¿No tendrían algún otro funcionario mas "potable" para representarlos en ese evento? Sin embargo, que un canciller se haya permitido expresar los epítetos que Maduro señaló sobre el representante oficial de un país con el cual -pese a las dificultades- mantenemos antiguas relaciones diplomáticas y altísima interdependencia comercial, es algo jamás visto en los anales del quehacer internacional, sólo empatado por el ruso Nikita Khruschev en octubre de 1960 en el marco de la XV Asamblea General de la ONU cuando en un momento de ira se quitó un zapato y lo utilizó para golpear repetidamente la mesa de la delegación soviética en aquel augusto recinto. Ni los sátrapas mas connotados han osado semejante conducta, entre otras cosas por que ello no es necesario para el avance y/o aceptación de puntos de vista por más polémicos que sean y que mejor se debaten dentro de las reglas de la convivencia a la que la "Revolución Bolivariana" parece haber renunciado. Desde Pedro Gual, primer canciller de la Gran Colombia (1821) hasta José Vicente Rangel (1999) muchos son los compatriotas que condujeron civilizadamente nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, algunos de lujo (Fermín Toro, Esteban Gil Borges, Pedro Itriago Chacín, Arístides Calvani, Efraín Schacht Aristeguieta, etc.) y aun cuando no compartamos todas las ejecutorias de dos siglos, sí podemos afirmar que nunca tuvimos que avergonzarnos por su desempeño público. ¡Y pensar que estos señores creen que se la están comiendo! ¡Qué bochorno para nosotros! |
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