Avances y rectificaciones

Por Venezuela Real - 10 de Junio, 2008, 14:53, Categoría: Imagen gobierno / Chávez

VÍCTOR RODRÍGUEZ C.
El Nacional
10 de junio de 2008

El presidente Chávez tiene la particularidad de equivocarse con frecuencia

El presidente Chávez insiste en imponer arbitrariamente un sistema político, económico y social que los venezolanos rechazamos definitivamente el 2-D y, desde entonces, en forma constante y decidida.

Sin embargo, los bolivarianos insisten en avanzar, en la búsqueda de la vía alterna, contra la voluntad popular, aunque muestren algunos gestos que aparentan rectificación.

La idea de proponer sin consulta, como le daba la gana al Presidente y a sus colaboradores situacionales, una ley de espionaje nacional no pudo ser sostenida en los términos en que se presentó. El rechazo generalizado a esta aberración legislativa, inconstitucional y violatoria de los derechos humanos fundamentales no podía ser ignorado por el régimen. La inmensa mayoría de los venezolanos no quiere vivir en una sociedad de espías, como, lamentablemente, la cubana desde 1959, en la que las denuncias, acusaciones y señalamientos vienen de todas partes y contra cualquiera, simplemente para poder sobrevivir en la miseria creada por el mismo régimen dictatorial.

La adopción de esa ley prototipo de las dictaduras comunistas de épocas superadas, de manera inconsulta y arbitraria, por un mecanismo acelerado inapropiado, era un paso más hacia el sistema que la inmensa mayoría de los venezolanos ha rechazado categóricamente. Venezuela no es Cuba, tampoco los venezolanos somos cubanos, aunque por la mente revolucionaria se haya paseado la idea de una república única, un disparate sin precedentes que rechazan aquí y allá. Los situacionales de Miraflores todavía no logran comprender las diferencias entre nosotros y ellos.

El presidente Chávez tiene la particularidad de equivocarse con frecuencia. A veces, muy pocas por cierto, cuando las cosas se le ponen demasiado difíciles, cuando comprueba que sus asesores lo han mandado al abismo y que no hay otra salida, asoma un gesto de rectificación para neutralizar el rechazo general. Pero esa rectificación no es más que un gesto insincero, como la mayoría de los actos y posiciones de los revolucionarios bolivarianos.

Detrás de ello alguna acción perversa se prepara. La aparente rectificación bolivariana no es para retroceder sino para consolidar y precisar sus posturas. No nos engañemos.

Desde el 2-D Hugo Chávez sabe que está derrotado e intentará por todos los medios alterar las reglas del juego para perpetuarse en el poder y evitar ser un ex-presidente, un ciudadano común, sin ningún poder ni privilegios, como lo son hoy los ex presidentes Caldera, Lusinchi o Pérez, y probablemente en la mira de algunos que se sienten víctimas de este oprobioso proceso y que no creen en la reconciliación nacional con impunidad.

Lamentablemente, para Hugo Chávez las cartas están echadas y en el 2012, a más tardar, tendrá que abandonar el Palacio de Miraflores y eso, lógicamente, le desespera.

Mientras los presos políticos se mueren física y moralmente en las cárceles políticas, en medio de la mayor injusticia, entre ellos los olvidados comisarios de la Policía Metropolitana, un clarísimo ejemplo que nos debe llenar de vergüenza a todos; mientras la miseria integral nos acorrala aun más; mientras la corrupción corroe como nunca antes las estructuras del poder, y el país, en pocas palabras, se despedaza, el régimen avanza atropelladamente, rectificando cuando cree que le conviene, con la mayor insinceridad.
 
 
 





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