Situación e interpretaciones
Por Venezuela Real - 12 de Junio, 2008, 11:42, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
RAMÓN PIÑANGO
El Nacional 12 de junio de 2008 Pocas veces la sociedad venezolana ha estado tan enredada como ahora. Cualquier interpretación de lo que está pasando luce excesivamente débil como para ser convincente. Las explicaciones abruman y sorprenden tanto como los acontecimientos. Los hechos se mezclan con las interpretaciones, lo que complica más aun cualquier esfuerzo para comprender dónde estamos parados. Para ubicarnos y comenzar a poner en orden las ideas es bueno revisar lo que parece obvio. Como ejemplo, tomemos los sorprendentes virajes del Presidente y su gobierno. Echaron para atrás la medida de disminución de tarifas de las camionetas de transporte público, después de haber sido aprobado un incremento hace largo tiempo; hace meses suspendieron la aplicación de un nuevo currículo en las escuelas del país; recularon con la ley de seguridad, por la cual habían roto lanzas muy altos funcionarios públicos; y, más recientemente, el Presidente ha exigido a las FARC que deponga las armas, argumentando que la guerra de guerrillas hoy no tiene sentido. Ante estos inauditos virajes, hechos con la facilidad y el desparpajo de un poderoso histrión, emergen las voces de los expertos para dar cuenta de cambios tan radicales. Las interpretaciones van desde la simple atribución de los virajes a meras razones electorales, hasta la asignación de un peso decisivo a la información que supuestamente contienen los computadores incautados a las FARC, información que maquiavélicamente utiliza el presidente Uribe para, poco a poco, tomarle las medidas con las que está construyendo la urna política en la que ha de enterrar a Chávez. Pero, además de estas interpretaciones, por allí hay quienes argumentan que la personalidad escindida de este último fácilmente lo lleva a decirse y contradecirse sin que él mismo se percate de ello. Todas esas explicaciones pueden tener algo de validez. Pero la cosa parece ser más complicada. A algunos nos resuena en los oídos que, mucho después de haber aparecido las famosas computadoras, Chávez declaró que toda revolución debe radicalizarse cada vez más. Esto no se puede olvidar, porque el líder de la revolución bolivariana ha creado un grupo de seguidores radicales, para quienes esa afirmación no es una frase vacía, tal como lo demostraron cuando se apoderaron del 23 de Enero por casi un día. Además, repugna a la razón que nadie del Gobierno se haya percatado de que rebajar las tarifas de las camionetas por puesto era obviamente conflictivo. No se necesitaba ninguna encuesta para saberlo. ¿Cuál era el verdadero propósito? ¿Se trató de la simple improvisación de un despalomado revolucionario? Puede ser, pero si es así el Gobierno puede caer en cualquier momento, por desubicado, por despalomado, porque los mismos radicales bolivarianos pueden reaccionar en contra de tanta incompetencia. ¿Y qué pasa si el recular con lo de la ley de seguridad y lo de las FARC es mera hipocresía de relaciones públicas, cuyo significado es muy diferente para policías y guerrilleros? Y, a todas éstas, ¿por qué no atribuirle a los militares un peso significativo en lo que está ocurriendo? Nosotros, el común de los mortales, no sabemos nada del mundo militar, pero sería insensato e ingenuo pensar que allí no ocurre nada, y que su presión no pesa más que cualquier encuesta de opinión. Lo que los analistas están dejando fuera del cuadro preocupa, como otro síntoma más del simplismo que nos domina cuando tratamos de comprender la situación del país. Pareciera que el empeño en encontrar una salida sencilla, serena y no conflictiva al desastre actual nos lleva al fatídico error de confundir deseos con realidades, por lo que fácilmente despreciamos a los actores políticos contra los cuales luchamos y posibles alianzas. |
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