Cuatro reconciliaciones
Por Venezuela Real - 17 de Junio, 2008, 18:06, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
Michael Rowan
El Universal 17 de junio de 2008 El patrón es claro. Luego de las palabras de reconciliación vienen los ataques sorpresa Cuatro veces en nueve años, el presidente Chávez ha parecido reconciliarse con sus enemigos, pero en cada ocasión se estaba preparando para atacar. En 1999, después de una campaña amarga y polarizada en la que satanizó a la oposición, pronunció un grandioso discurso de toma de posesión sobre los horrores de la pobreza, especialmente el caso de los niños de la calle. Aquel año, contó con el respaldo de 90% de los venezolanos. Pero luego promulgó 47 controvertidos decretos para ejercer control sobre la vida pública y privada y su popularidad se desplomó. En abril de 2002, luego de ser arrestado por su propio ejército y puesto en la Presidencia nuevamente después de dos días de caos, Chávez dijo que no haber negociado con los trabajadores de Pdvsa que se sumaron a una huelga había sido un error -equivocación que provocó grandes manifestaciones, muertos y heridos y, en última instancia, su arresto. Pero después despidió a 18.000 empleados de la petrolera estatal y les negó a muchos de ellos reivindicaciones y derechos ciudadanos. <zb:brak> En 2006, después de la decisión de la oposición de abstenerse de participar en las elecciones parlamentarias de diciembre del año anterior -escenario que hizo lucir a Chávez como un dictador de facto en un mundo en el cual trataba de verse como el antídoto de la guerra, la pobreza y el terrorismo-, el mandatario convenció a la disidencia de participar en lo que prometió serían unos comicios presidenciales transparentes y justos. Pero entonces gastó millardos de dólares en dádivas políticas, amenazó a los empleados públicos y los militares con despedirlos si no votaban rojo y alcanzó un ventajismo propagandístico de 22 a 1 sobre el candidato presidencial opositor, Manuel Rosales. Y hoy, en 2008, cuando muchos en el mundo están convencidos de que su gobierno tiene vínculos con las FARC, el terrorismo, el lavado de dinero y el tráfico de armas, además de realizar transferencias de uranio a Irán -todo ello para gran frustración de las tradiciones castrenses de Venezuela-, derogó la "ley sapo", arrojó las FARC a los lobos y anunció una nueva alianza con un sector privado que está desapareciendo debido a las políticas económicas nacionalsocialistas de su gobierno. El patrón es claro. Luego de las palabras de reconciliación vienen los ataques sorpresa. Lo que se ofrece parece ser una pipa de la paz, pero probablemente sea una daga. Traducción: José Peralta |
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