En frio
Por Venezuela Real - 6 de Julio, 2008, 20:28, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
Gustavo Linares Benzo
El Universal 06 de julio de 2008 Uno de los daños de la alianza de Chávez y las FARC es el olvido de las relaciones con Colombia Las escenas y las declaraciones del rescate de Ingrid Betancourt y los demás secuestrados son de lo más hermoso que se ha visto en el continente. En la opinión pública se mezclan el repudio a cosas viles y repugnantes, la FARC y el secuestro; la solidaridad con víctimas inocentes de tales crímenes; la admiración por una acción militar espectacular y, para muchos venezolanos, la reivindicación frente a la política más abominable del presidente Chávez, la alianza con esos "malsines". Chávez ha querido vender a las FARC, cosa obvia después de años de intimidad, como una versión colombiana de los insurgentes cubanos, de la guerrilla sandinista o de la subversión armada de los sesenta en Venezuela. Estando muy lejos de ser movimientos inocentes, al menos en el imaginario ni Fidel ni los guerrilleros venezolanos fueron secuestradores de mujeres y niños, ni los sandinistas competencia del Cartel de Cali. En uno de los momentos más tristes de nuestra historia, el presidente Chávez, luego y antes de bailar hip-hop, guardó un minuto de silencio por un criminal rayano en genocida, Raúl Reyes, y como Mambrú movió batallones y tanques en TV contra todas las normas militares, vigentes y por decretarse. La vergüenza de tener un gobierno con esos aliados se transformó en alegría frente a la acción militar colombiana. Pero como otros ya han hecho excelentes apologías de Uribe y Padilla, corresponde a este lugar reaccionar con algo más de frialdad a uno de los principales daños de la alianza entre Chávez y las FARC: el olvido del panorama completo de nuestras relaciones con Colombia, su historia y el lugar del Estado venezolano en América Latina, con el presidente que sea. Colombia tiene muchas razones para creer que Bolívar fue un tirano extranjero, al menos en sus últimos años, si comenzamos desde el principio. Mucho más grave, los venezolanos tenemos un tercio menos de territorio gracias a la hábil cancillería colombiana. Estos agravios se minimizaron mucho desde 1958 cuando nos convertimos en una democracia y en los 90, el lazo económico y cultural nos unió como nunca antes. Pero los intereses de un país y otro no son idénticos y debemos cuidarnos de que la emoción y la alegría por la derrota de las FARC nos lo hagan olvidar. |
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