67% no sale de noche por miedo
Por Venezuela Real - 8 de Agosto, 2008, 15:35, Categoría: Seguridad/Inseguridad
MAYE ALBORNOZ
El Universal 08 de agosto de 2008 Las autoridades policiales refuerzan la seguridad en los centros comerciales por considerarlos "ciudades nocturnas". Sus recomendaciones se fundamentan en la prudencia Son más frecuentes los homicidios, los secuestros y los robos de vehículos No son leyendas urbanas ni historias inspiradas en las novelas de Agatha Christie, ocurren aquí. El repunte de la inseguridad nocturna y la ampliación del espectro de las modalidades que los antisociales tienen en su haber han hecho que cada vez más los caraqueños piensen si salir o no de sus casas, a horas determinadas. Según las autoridades, crímenes como el homicidio, el secuestro y el robo de vehículos, son más frecuentes en las noches. Roberto Briceño León, coordinador del Observatorio Venezolano de la Violencia, sostiene que las personas han limitado las horas que dedicaban a actividades nocturnas en un 67%, cuando en años anteriores el número no superaba el 59%, según arrojan los estudios del Observatorio. Según el experto, los números de delitos violentos nocturnos han aumentado en la misma proporción que los diurnos. 46% de los delitos violentos que se registran en el país suceden en la noche. Mientras, el día ocupa la delantera con un 52% de ocurrencia: "Sin embargo, el miedo a las noches es generalizado. Es una cuestión de percepción. Las personas sienten que, a diferencia de las actividades que realizan en el día, pueden escoger si realizarlas o no y así prevenir que les suceda algo". Carla Domínguez, de 23 años, lo pensó después. Mientras celebraba el cumpleaños de un amigo en un club nocturno en la avenida Principal de La Castellana, un muchacho se acercó para invitarla a bailar. Con unos tragos de más y las ganas de hacer algo atrevido, aceptó salir del local para conversar en un ambiente "más tranquilo", pero las cosas se salieron de su control cuando, en medio de la calle, el pretendiente mutado en antisocial la apuntó con un arma para exigirle que le entregara el reloj, la cartera, las joyas y hasta los zapatos. A Carla no le quedó otra que buscar a sus amigos y contarles el mal rato, a todos, menos a las autoridades. Al jefe de Policaracas, Antonio Pujol, no le extraña. Para él resulta difícil enumerar la incidencia de los hechos delictivos nocturnos cuando las víctimas evitan denunciar: "También es común la figura de la mujer que va sola a la discoteca, marca a su víctima, la embauca y la lleva a un hotel para robarlo. El hombre no pone la denuncia para protegerse del escarnio público y otros para cuidar su hogar". Para el comisario, la situación produce un sentimiento similar al de la violación, pues la persona afectada prefiere ahorrarse procesos e interrogatorios que pudieran resultar incómodos, de allí a que los cuerpos de seguridad coincidan en que de cada caso denunciado, se cometan otros cuatro que no se notifican. Entre tanto, el jefe de la policía de Chacao, Carlos Arreaza, explica que la noche ofrece el cobijo ideal a los delincuentes, pues las víctimas "bajan la guardia" bajo los efectos del alcohol. Mientras, el comisario Pujol agrega que la soledad de algunas zonas también influye. El riesgo de la diversión En la calle California, entre Mucuchíes y Monterrey, en Las Mercedes, se encuentra uno de las discotecas más exclusivas de Caracas. Un trago de whisky ronda los BsF 50, un servicio (botella) del mismo licor los BsF 500 y los parqueros exigen a los clientes cancelar un boleto de BsF 20 para el cuidado de sus autos, sin embargo, los altos costos no garantizan la seguridad a los clientes. Un usuario recuerda cuando una voluptuosa mujer se le acercó para hacerle una propuesta atrevida. Asumió que se trataba de "algo raro" y decidió rechazarla, aunque según las autoridades de la zona son pocos los clientes precavidos que logran advertir a los delincuentes que frecuentan ese lugar, bautizados por ellos como criminales de "vestido y cuello blanco". Mientras, los dueños del club, quienes prefirieron mantener su identidad en resguardo, desmienten estos testimonios, así como a los funcionarios policiales: "Tenemos vigilancia y somos bien selectivos en la entrada, pero uno no puede controlar todo. A mí me gustaría que el local se llenara de amigos míos, pero ¿cómo hago?", refirió uno de los gerentes. Sin embargo, tratan de cuidarse aplicando detectores de metales y revisión de carteras a los clientes. En otros casos, explicó el jefe de Operaciones de la policía de Baruta, José Duque, algunos efectivos se "infiltran" vestidos de civiles en la fiesta. Sin embargo, las medidas no son suficientes para reducir ni las cifras delictivas ni el miedo en la población. En las noches, vías despejadas, oscuridad y limitada presencia policial dejan la mesa servida a los malhechores. |
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