Con la "P" en la frente
Por Venezuela Real - 26 de Agosto, 2008, 13:38, Categoría: Política Nacional
José Toro Hardy
El Universasl 26 de agosto de 2008 El fenómeno "Chávez" derivó de una coyuntura petrolera que parece estar llegando a su fin El presidente Chávez tiene una "P" grabada en la frente. Por supuesto, me refiero a una "P" de petróleo. Pareciera existir una maldición bíblica que pesa sobre nuestros gobernantes cada vez que se producen alzas en los precios petroleros. Cuando estos suben, nuestros presidentes creen que tienen a papá Dios agarrado por la chiva y que el cielo es el límite. Se sienten dueños y señores del mundo y desatan en el país unos años de locura y borrachera que nos hace olvidar el ratón que vendrá después. Los momentos de auge del petróleo siempre han servido para propiciar un crecimiento desbordado del tamaño del Estado, que progresivamente se apodera de todo, que se torna más controlador, torpe e ineficiente, quedando en definitiva pocos beneficios permanentes para los ciudadanos. Eso es en definitiva lo que le ha pasado a este gobierno. Pero después, cuando los precios caen, viene el crujir de dientes. Durante cuatro años seguidos -del 2003 al 2006- los precios del petróleo aumentaron a niveles sin precedentes impulsados por un crecimiento raras veces visto en la economía mundial. Desde agosto del 2007 hasta julio del 2008 los precios crecieron montados sobre una ola especulativa que ya reventó. El fenómeno "Chávez" es, entre otras cosas, consecuencia política de una coyuntura petrolera que pareciera estar llegando a su término. Durante los años de vacas gordas el faraón dilapidó la fortuna del país lanzándola a la vorágine de su desmedida ambición personal de poder. Pero ahora los precios del petróleo están bajando y nadie sabe a qué nivel llegarán. Por eso el esquema en que se basa su poder ya no funciona. El problema está en que a la estructura de poder que creó este faraón no le bastan los precios altos, sino que además tendrían que ser indefinidamente crecientes. Si estos caen, ¿cómo financiará las misiones? ¿Cómo podrá satisfacer los compromisos internacionales asumidos con los países donde pretendió vender su revolución? ¿Cómo logrará que otros líderes lo respeten o apoyen cuando vaya a visitarlos con la chequera vacía? ¿Habrá comprado el pueblo el socialismo del siglo XXI, o se habrá limitado a recibir las dádivas? ¿Podrá seguir favoreciendo a Cuba, a Nicaragua o a Bolivia, por encima de las prioridades de los venezolanos? ¿Se habrán desteñido ya las franelas rojas? ¿Cómo seguirá funcionando esta economía sin inversionistas? ¿Cómo pagará las armas que ha comprado y las deudas de Pdvsa? ¿Alcanzarán los dólares para seguir importando los bienes que ya no se producen en el país? ¿Qué ocurrirá cuando la escasez se torne inmanejable? ¿Cuál será la reacción del pueblo cuando la inflación destruya sus ilusiones? ¿Qué daño se le habrá hecho a nuestro signo monetario? ¿Quién podrá explicarle el significado de la palabra estanflación? ¿En qué lugar del mundo se encontrarán sus enriquecidos adulantes cuando la cosa se ponga fea? ¿Qué ocurrirá con los humanos fenómenos digestivos del faraón? ¿Dónde estarán los aliados políticos? ¿Dónde la FA y dónde la milicia? Pues bien, es hora de que el faraón se formule todas esas preguntas, porque la tendencia alcista de los precios del petróleo se revirtió. En menos de un mes han caído de 147,30 dólares por barril a cerca de 113 dólares. Ni siquiera la invasión rusa a Georgia que amenazó a uno de los mayores oleoductos del mundo -que transporta un millón de barriles diarios desde el Mar Caspio hasta el Mar Negro- sirvió para detener la caída. Los altos precios del petróleo sirvieron para destruir su propia demanda al contribuir -junto con la crisis financiera de los créditos "subprime"- a una brusca desaceleración de la economía mundial. Además, el problema de los precios del petróleo se transformó en tema fundamental de las elecciones presidenciales en EEUU. Obama y McCain compiten con sus fórmulas para bajar el precio. En el Senado, el jefe de la mayoría Demócrata -senador Harry Reid- hará aprobar una ley que impedirá la especulación en los precios petroleros. ¿Qué querrá decir de ahora en adelante la "P" grabada en la frente? ¿Será acaso "P" de pava, o "P" de pobreza, o quizás simplemente será la primera letra de: "Por eso las inhabilitaciones", o "Por eso las 26 leyes para imponer a contrapelo lo que el pueblo negó el 2D", o "Por eso la autocracia". Pero quizás la "P" no sea más que la primera letra de aquel famoso joropo llanero: "Por si acaso yo no vuelvo me despido a la llanera. Despedirme no quisiera pero no encuentro manera" |
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