Venezuela Real
Información y Opinión
Con un golpe de martillo
Por Venezuela Real - 29 de Agosto, 2008, 14:01, Categoría: Testimonios
Myriam Obadía
Gentiuno.com 29 de agosto de 2008 Con un contundente golpe de martillo, el jefe de la "revolución" y sus cómplices, intentan colocar grilletes en los tobillos de un pueblo, que el 2 de diciembre, rechazó las pretensiones absolutistas del jefe "revolucionario". Todos recordamos, las horas de angustia y de tensión, en la espera del boletín oficial. ¡Al fin!... ya de madrugada, apareció una Rectora temblorosa, anunciando la victoria de la oposición. Al otro día, la ira del derrotado se hizo presente. Prepotente y destemplado afirmó, que iría por la revancha. ¡Y el desquite llegó!... El perdedor ha sacado la hoz… y de un sólo tajo ha cortado en 26 pedazos el texto constitucional. Impone su voluntad, violando descaradamente la Norma Suprema, al redactar leyes a la medida de sus ambiciones, con la complicidad de los Poderes que él nombra y controla. Se salta la letra de la Ley y desprecia olímpicamente, la voluntad del ciudadano. Hipócritamente vocifera: ¡todo el poder es para el pueblo!... y burlonamente susurra: "el pueblo soy YÓ". Pretende atrincherar sus apetencias de poder absoluto e imperecedero, con decretos que cercenan derechos y garantías constitucionales. Pérfidamente se burla de los ciudadanos, no admitiendo sus derrotas electorales. Se atreve a todo, porque tiene amarrados a exorbitantes salarios, a los que deben controlarlo. Éstos… encandilados por las luces del poder y del dinero, olvidan, que cualquier acto dictado en violación a los derechos garantizados por la Constitución, es nulo y acarrea responsabilidad penal, civil y administrativa, a los funcionarios que lo ordenen o ejecuten, "sin que les sirvan de excusas órdenes superiores". Más temprano que tarde, tendrán que responder por las violaciones u omisiones a la ley y por sus complicidades. Mientras el país colapsa, la deuda externa e interna crecen, los precios del petróleo y la producción decrecen, la inflación ahoga a los ciudadanos, el Mandamás alegremente, sigue repartiendo millones de dólares. Viaja a Honduras a conquistar al Presidente Zelaya. ¡Otro más!... atrapado en la telaraña Alba, tejida con hedor a comunismo rancio. Esperamos que la "ayudita" de 400 millones de dólares anuales, ofrecida por el más generoso y opulento magnate petrolero, al mandatario de Honduras, la invierta en beneficio de los pobres. Que no se asocie al Club de los Negociantes, de los que hacen fortuna con el petróleo de los venezolanos; de los vividores de los delirios de un hombre, que ostenta ser propietario de las riquezas de Venezuela, jugando con las necesidades de un pueblo, al que ha convertido en limosnero de su propia riqueza. Muy confortante en esta época de poca consistencia moral y ética, la actitud de la Ministra del Instituto Nacional de la Mujer, que renunció a su cargo, por estar en desacuerdo con la presencia del Presidente Incestuoso (Daniel Ortega) en Honduras. Loable el consejo dado por ella al presidente Zelaya: "porque en la vida no se debe tener doble moral". La Venezuela "revolucionaria" es oscura, sangrienta y tenebrosa. Los cortes de energía eléctrica dejan en penumbra a oriente, a occidente y a la capital. En la Morgue yacen apilados los cuerpos diariamente asesinados por la inseguridad imperante. Venezuela es hoy, una pobre nación destartalada, extenuada y roída por el óxido revolucionario. Descarrilada, por el desorden y el irrespeto. Desgastada, por diez años de incoherencias, de odios, de divisiones y amarguras. Un país desgarrado por la violencia. Un pueblo triste, que perdió sus sueños y sus risas. Para impedir que el dictador siga recogiendo ladrillos antiguos, rotos e inservibles, con color a opresión, para pegarlos con el cemento de las empresas arrebatadas a sus dueños, y construir el "Muro de la Vergüenza del Siglo XXI, debemos unirnos a los Profesionales y Técnicos, Intelectuales, Sindicalistas y demás gremios, que han asumido con coraje y compromiso, el rescate de las garantías democráticas y la vigencia de la Constitución. ¡Nadie vendrá a desatar el nudo de la camisa de fuerza que nos están imponiendo!... |
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