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Ramírez premiado - Reelección en Pdvsa
Por Venezuela Real - 8 de Septiembre, 2008, 11:45, Categoría: Política Nacional
El Editorial
El Nacional 08 de septiembre de 2008 Al igual que su jefe supremo, el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, es partidario de la reelección indefinida. Y siguiendo los pasos de Chávez, ya Rafaelito goza de una primera reelección, desde que en la Ga ceta Oficial del viernes pasado se publicó la renovación de su mandato. Esta ratificación como presidente de Pdvsa constituye una buena oportunidad para dar una mirada retrospectiva a su gestión. Una de sus características ha sido la de retener los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras en la caja de la industria, sin ingresarlos al Tesoro Nacional y, en consecuencia, sin que su uso esté sometido a los controles legales que contempla la elaboración del presupuesto de la nación. Este año, por ejemplo, Pdvsa paga impuestos al fisco sobre la base de un precio estimado de 35 dólares por barril, mientras que el precio real promedio (en lo que va de 2008) es de 103,98 dólares por barril. La diferencia la gasta el zar de Pdvsa como le da la gana, en comandita con el presidente Chávez. Tal abundancia y discrecionalidad le confiere un inmenso poder a la empresa que preside, al punto de que la convierte en un verdadero Estado dentro del Estado. Así Rafaelito Ramírez pasó a ser el líder de este poder "parachavista", con el peligro de que esta inmensa capacidad de gasto no está sometida a ningún control, ni siquiera de la fracción "lame botas" de la Asamblea Nacional. Hoy Pdvsa y sus jefes incursionan en los campos más diversos: desde el regalo de petróleo a los amigos extranjeros, pasando por el regalo de la faja del Orinoco a los países donde viaja el Presidente –el último, Sudáfrica–, hasta la producción y distribución de alimentos, electricidad y cemento. Además, financian tanto la campaña electoral como el pretendido gasto social del oficialismo, costean las expropiaciones y pagan el pasaje del maletín de Antonini. Dentro de este contexto, Rafaelito ha sido el ministro "rojo, rojito", campeón de la adulancia, que cubre con la imagen de Chávez todos los pisos del edificio sede de Pdvsa. Ha obligado a los trabajadores petroleros a convertirse en militantes activos, y hasta fuerzas de choque del oficialismo, ataviados de camisas rojas. Mientras tanto, la extracción de petróleo permanece estancada y han sido olvidados los planes de inversión para elevar la capacidad de producción al doble de lo que se tiene ahora. Sucede en Pdvsa lo que hemos visto en el caso de la electricidad –que también supervisa Ramírez–, donde la imprevisión, la desidia y el desvío de recursos desembocaron en los grandes apagones. Con el agravante de que el descuido de la principal riqueza nacional puede producir no sólo cortes de luz sino la quiebra del país. Como premio por este descalabro, a Rafaelito Ramírez se le ha reelecto en la presidencia del estado "parachavista" de Pdvsa, galardón cuyas consecuencias tendremos que pagar Venezuela y los venezolanos. Premio, además, innecesario, porque él ya cobró y se dio el vuelto. |
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