Río revuelto - La conspiración
Por Venezuela Real - 17 de Septiembre, 2008, 11:25, Categoría: Política Nacional
El Editorial
El Nacional 17 de septiembre de 2008 Antes de partir para la conferencia de la Unión de Naciones del Sur en Santiago, el Presidente de la República le dijo a los venezolanos que le había expresado a la Presidenta de Chile que ya la conspiración venezolana estaba resuelta, y que, por tanto, él podía dedicarse, con los otros presidentes, a la solución de la crisis boliviana. El mandatario, en efecto, viajó a Unasur y logró que el organismo se ocupara a fondo del país de Evo Morales. La solución a la que llegaron los jefes de Estado fue la indicada, la que le conviene a todos, a Bolivia, y al resto de países: el diálogo entre las partes en discordia, con representación de ese organismo. El tema de la conspiración e, incluso, del magnicidio sigue haciendo ruido. Portavoces del Gobierno, desde el mismo Presidente para abajo, le han reclamado a los medios un supuesto silencio sobre el tema. Dado que a todos les conviene la claridad, es conveniente que el asunto sea abordado no solo por el reclamo oficial, sino porque es preciso que el país conozca la verdad y sólo la verdad, y no se le de al tema vueltas y revueltas que enrarezcan el panorama. Es preciso observar que una cuestión eminentemente militar como ésta, de pronto se convierte en fuente de especulaciones en manos de civiles y dirigentes políticos del oficialismo. Como es comprobable, cuando asuntos delicados se convierten en proyectiles electorales y se le da pie a la especulación, las aguas se enturbian. Entonces tienen lugar los "pases de factura", las intimidaciones. Vale la pena preguntarse si algo del supuesto silencio de la oposición no se deba al temor de pisar terrenos inciertos, sin saber a qué atenerse, ni con qué referencias contar. La gente sabe que algunos generales están presos, Millán Millán y Barroso, conjuntamente con otros militares. Pero no es mucho más lo que se sabe, aparte de que son oficiales sin mando. Un detalle relevante. Ahora bien, el país está comprometido en un proceso, y como sucede por lo común, los oradores de esquina no dejan de aprovecharse de estas cuestiones para arrojar sombras sobre aquellos que desean dañar de modo indebido. La tentación de confundir los roles de fiscales, acusadores e investigadores con políticos en campaña está al alcance de la mano, y sería lo peor que podría ocurrir. De pronto estos oradores, como el alcalde Bernal, se extralimitan y prometen "quemar vivos a los oposicionistas". Estas fueron sus palabras, están grabadas e impresas. En cualquier país medianamente civilizado, una amenaza de esa entidad, pronunciada por un funcionario gubernamental, no pasaría en vano. Esta guapetonería primitiva daña a cualquier gobierno, desprestigia a cualquier partido político. ¿Dónde se metería Bernal si en efecto algún venezolano "es quemado vivo"? ¿Qué podrán pensar de estos arranques en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos? Hay temas sensibles que no pueden ni deben ser parte de la fiesta electoral. Que deben tratarse con seriedad y responsabilidad y sólo por aquellos legítimamente llamados a ello. |
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