Conspiraciones
Por Venezuela Real - 29 de Septiembre, 2008, 10:49, Categoría: Política Nacional
Armando Durán
El Nacional 29 de septiembre de 2008 La inmensa mayoría de los venezolanos tenemos la certeza de que, a muy pocas semanas de las elecciones regionales, el horizonte político del régimen se ha oscurecido ominosamente. De ahí que Hugo Chávez haya asumido a fondo la necesidad de actuar a tiempo para eludir los efectos devastadores de la tormenta que se avecina. Así sea desatando otra y más terrible tormenta. Su primera decisión en este sentido fue la aprobación del paquetazo de los 26 decretos leyes de la Habilitante y la puesta a punto de otro fajo de leyes, aun más radicales, entre ellas la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, que deben ser aprobadas rápidamente por la Asamblea Nacional en caso de urgencia política. La segunda ha sido resucitar la amenaza fantasmal del 11 de abril. Se trata, por supuesto, de revivir la vieja teoría fidelista de desvelar conspiraciones (da igual que sean reales o ficticias), y adjudicarle suficiente valor para justificar acciones represivas que en otras circunstancias resultarían muy difíciles o imposibles de aplicar. En el caso de Venezuela, por ejemplo, las expulsiones del embajador de Estados Unidos y la de José Miguel Vivanco, el conflicto latente con el Vaticano por el asilo de Nixon Moreno o el anuncio de una posible intervención militar venezolana en Bolivia para defender a Evo Morales. Reflejos condicionados de una impostura antiimperialista, entre paranoica y oportunista, que ha generado en Venezuela un estado de alarma general y que ha deteriorado sustancialmente la imagen de Chávez en el escenario internacional. Su derrota en Unasur a manos de Lula da Silva y la advertencia china de que sus relaciones con Venezuela son estrictamente comerciales, desprovistas por completo de identificaciones ideológicas o estratégicas, apenas son demostraciones muy palpables de las consecuencias que han tenido en el mundo sus acciones de intolerancia y provocación extremas. Ahora bien, si la experiencia de esta nueva y radicalizada etapa revolucionaria da la impresión de ser contraproducente, ¿por qué Chávez insiste en incrementar su nivel? ¿Por qué la actual escalada de agresividad en todos los frentes? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar en esta carrera desenfrenada contra el tiempo? ¿O por qué ha tenido la desfachatez de afirmar en China la semana pasada que el maletín con plata de Pdvsa para financiar la campaña de Cristina Fernández de Kirchner no existió jamás, que sólo es una infame patraña, un invento "del FBI y la CIA para intentar `dañar’ las relaciones entre Venezuela y Argentina?". ¿Por qué, dentro del marco de esta grosera falsificación de la verdad surge la acusación directa contra Alberto Federico Ravel, Miguel Henrique Otero y Andrés Mata de ser los presuntos cabecillas de un nuevo complot asesino del imperio? ¿Y por qué, sí, que alguien me diga por qué Diosdado Cabello y Freddy Bernal, furiosos y feroces como nunca, amenazaron públicamente a los tres con quemarlos vivos si al comandante en jefe le ocurre algo, aunque sea una simple raspadura en una uña, estímulo evidente para poner en marcha a los comandos de La Piedrita y hacerlos lanzar una granada trifásica de gases lacrimógenos contra el edificio de Globovisión? ¿Por qué, en fin, las declaraciones de Jorge Rodríguez explicando el carácter no violento del empleo del fuego contra los adversarios políticos y las de Isaías Rodríguez justificando la acción terrorista contra Globovisión ya que desde su pantalla no cesan de provocar al pueblo? Por último, y acaso anticipando órdenes de captura o prohibición de salida del país para impedir la presencia de ambos en la inminente reunión de la SIP en Madrid, ¿por qué Cilia Flores les advierte a Ravel y a Otero que "ya están pillados"? ¿Trapos rojos, cortinas de humo, disparatados autogoles de Chávez? Lo cierto es que las conspiraciones que Chávez se ha sacado del bolsillo persiguen otro propósito, mucho más inquietante y azaroso. Tensar la cuerda con la denuncia sostenida de conspiraciones imaginadas y con auténticas provocaciones, insultar a las Fuerzas Armadas bolivianas a ver si por fin dan un golpe de Estado, escandalizar a América y a Europa con el abierto acoso a Human Rights Watch, la redacción del discurso que pronunciará Nicolás Maduro en la ONU, el cierre de Globovisión o el encarcelamiento de Ravel y Otero. Esto, aquello y lo de más allá. Cualquier opción, por desesperada que parezca, con tal de impedir que los venezolanos acudan a las urnas el próximo 23 de noviembre. De todas las conspiraciones posibles, verídicas o falsas, esta es la única conspiración de verdad verdad. |
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