Ráfaga de paz, paz, paz
Por Venezuela Real - 1 de Octubre, 2008, 11:39, Categoría: Temas Militares
Maye Primera Garcés
TalCual 01 de octubre de 2008 Las compras militares de Venezuela de los últimos tres años superan los 6.700 millones de dólares. Debido al veto de EEUU, nuestra dependencia con Rusia en repuestos y mantenimiento es cada vez mayor E s como si Venezuela hubiese dedicado el ingreso de todo un mes de su renta petrolera –con un barril a 103 dólares y una producción de 2,3 millones de barriles diariosa la adquisición de armas. Es decir: es mucha plata. En los últimos tres años, las compras militares del Gobierno venezolano a países como Rusia, Bielorrusia, China y España han superado los 6.700 millones de dólares. Con cada viaje del presidente Hugo Chávez, crece la lista del mercado bélico, pero no así el número de proveedores que están dispuestos a venderle. El Kremlin confirmó la semana pasada que las compras de armas de Rusia a Venezuela, entre 2005 y 2008, se calculan en 4.400 millones de dólares. El paquete de esta negociación incluye 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov, 24 aviones Sukhoi SU con su armamento, 5.000 fusiles Dragunov de alta precisión y la construcción en Venezuela de centros de adiestramiento para el personal y de mantenimiento para los equipos, entre otros aparatitos. A este monto se suma la línea de crédito de 1.000 millones de dólares que extendió Moscú al Gobierno de Caracas la semana pasada para la adquisición de más material militar (y eso que la anunciada compra de submarinos todavía no está incluida en el carrito). Bielorrusia ocupa el segundo lugar de importancia entre los proveedores de Venezuela, con ingresos de 1.000 millones de dólares por la venta de sistemas electrónicos para la defensa aérea y el adiestramiento de oficiales venezolanos. China también vendió a Venezuela 10 radares de búsqueda de largo alcance, valorados en 350 millones de dólares. El intercambio con España fue próspero hasta 2007, cuando la Secretaría de Estado de Turismo y Comercio reportó que había vendido a Caracas 4,2 millones de euros en bombas y vehículos militares, y 1,6 millones de euros en material de uso civil con aplicaciones militares. El veto de los Estados Unidos, que prohíbe la venta de armas o piezas militares norteamericanos al Gobierno venezolano y fue aprobado en mayo de 2001, truncó los negocios futuros con España y otros vendedores, que hasta entonces habían dotado de equipos bélicos a Venezuela. El primer país en dar un paso atrás fue Suecia: en agosto de 2006, la empresa Bofors (subdiaria del grupo Saab) anunció que no podía venderle equipos antiaéreos ni contra tanques a Caracas, en acatamiento de la decisión de Washington; fue así como se vino abajo una relación comercial de 20 años, de ventas de misiles antiaéreos, lanzacohetes y rifles contra tanques por unos 150 millones de dólares. El analista militar Carlos Hernández recuerda que desde que comenzó su gobierno, Hugo Chávez prohibió la compra de armamento de Estados Unidos, incluso aquellas que ya habían sido contratadas por el gobierno de Rafael Caldera. Los helicópteros Blackhawk, fabricados y rotulados por encargo de Venezuela, fueron las primeras piezas que Chávez devolvió al imperio. "Luego comenzó toda esta verborrea en contra de los Estados Unidos –dice Hernández-, que ahora presiona a otros países aliados para que no nos vendan armamento. También han presionado Colombia, Brasil, Francia, Holanda y Gran Bretaña, que tienen intereses geopolíticos alrededor de Venezuela. Esa situación nos ha cerrado los mercados". Rusia es el único país que parece estar dispuesto a venderle armas a Venezuela. El 26 de septiembre, el Gobierno de China puso énfasis en negar que hubiese llegado a acuerdos de cooperación militar con Venezuela, un día después de que el presidente Chávez anunciara que compraría 24 aviones de entrenamiento K-8 a Pekín. A este paso, ya la defensa pasará a ser un problema menor: el gran peligro será, para el ex ministro de la Defensa, Raúl Salazar, la dependencia de un proveedor único: "Por estrategia, en el pasado no dependíamos de un solo proveedor. Hoy en día prácticamente entre Rusia y Bielorrusia está todo lo que se ha comprado. Esto nos hará vulnerables el día que Rusia no nos quiera suministrar repuestos". Sería entonces otra comprobación de que por la vodka es que muere el pez. |
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