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Le sale etiqueta
Por Venezuela Real - 6 de Octubre, 2008, 11:40, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
Kico
TalCual 06 de octubre de 2008 La comunicación para Chávez es un proceso sencillo. Consiste en simplificar, repetir y etiquetar. La clave es ponerle pasión a lo que se dice. Eso hace que la gente sienta, consiga elementos afectivos en su discurso y se enganche con ellos. Ese fenómeno ocurre, entre otras cosas, porque nuestro querido y amado Presidente ha logrado colocarse en el terreno de la comunicación emocional y desde allí habla. Aun cuando mienta, exagere o manipule, las masas perciben honestidad, buenas intenciones en sus palabras. La simplificación funciona cuando se culpa de todos los males del mundo al imperialismo. Los gringos son los malos, los revolucionarios son buenos. El capitalismo es el infierno, el socialismo es el cielo. Esa pendejada repetida miles de veces, convertida en valla publicitaria, en afiche, en volante, en chisme es súper pegajosa. Dicha una y mil veces por cadena de televisión, termina convertida en un concepto, en un chip incrustado en lo más profundo del cerebro de los seguidores del comandante en jefe de la revolución. Acompañando, al lado de la repetición viene la etiqueta. Pitiyanqui, oligarcas, traidores, vendidos, escuálidos y demás epítetos completan la faena. Arman una sencilla pero devastadora y efectiva formula de comunicación. Tulio Hernández, sociólogo y columnista dominical del diario El Nacional, compara esta manera de actuar del Presidente con el choteador, ese perverso y hasta simpático personaje que se dedica a joder a los demás apunta de sobrenombres. El choteador repite y repite el sobre nombre hasta que lo pega. Si el afectado se pone bravo y reacciona, peor le va. Estos sujetos no tienen escrúpulos, pelean con cualquier arma y con ventaja. Les gusta la cayapa, son expertos en llevar a sus victimas al terreno donde son más fuertes. Les encantan los golpes y la violencia. Este tipo de liderazgo, decía Erich Fromm, no buscan llegarle a la razón, al cerebro de las masas. Su objetivo es el corazón y si no llegan por las buenas, buscan el dolor, la revancha, el odio y desde allí seducen a la fanaticada. Como Hitler, que no se convirtió en lo que fue sembrando flores sino convocando las frustraciones y el resentimiento del pueblo alemán. Chávez se nutrió del resentimiento, del odio de clase para llegar y mantenerse en el poder. Pero, por aquello de que no se puede cazar monstruos sin terminar convertido en uno, nuestro Presidente es hoy un ego implacable, un discurso excluyente y un liderazgo sin ningún tipo de afectos hacia los demás. Tal es su abominación que llevo a decir en estos días que los candidatos que pierdan en las elecciones del 23 de noviembre se irán del gobierno, serán sacados, expulsados de la revolución. Hasta Adán, su hermano, podría terminar en el paredón por ese camino. Para Chávez no hay lealtades, no existe la solidaridad. Todo gira en torno a su nombre. No hay espacio para otros protagonistas. Se ha vuelto un adicto al poder y preso de esa enfermedad ha devenido en un hombre muy despiadado. Es que no solo expulsó al embajador norteamericano y a Vivanco de nuestro territorio, la lista de sus antiguos amigos u aliados que han terminado siquitrillados, acusados de traidores, fuera del proceso, es la más grande de todas. La de Tascón es una bobería al lado de ella. A veces me preguntó que sentirá el liderazgo chavista cuando ve al general Baduel, el héroe del 13 de abril, detenido y maltratado por una comisión del DIM. ¿No se verán así mismo en el futuro? A Chávez hay que devolverle la pelota en sus mismos términos. Hay que etiquetarlo, ponerle un sobrenombre que lo describa tal como es. Algo que sugiera su capacidad de mentir, que les recuerde a los venezolanos su promesa de sacar de la calle a los niños abandonados o algo más reciente que en 3 meses iba a arreglar el problema eléctrico. Un sobrenombre que refleje de la división del país, los hermanos y familias rotas. Pero, algo que fundamentalmente que nos haga reír. La burla, el humor es el rasgo más sobresaliente del pueblo venezolano. Se oyen sugerencias... |
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