Cobrar el desamparo
Por Venezuela Real - 22 de Octubre, 2008, 12:19, Categoría: Política Nacional
Antonio Cova Maduro
El Universal 22 de octubre de 2008 El país protesta por todo, en todas partes y a toda hora En medio de la peor crisis financiera que haya vivido el mundo desde el Crash de 1929, Venezuela, que por obra y gracia del espíritu revolucionario permanecerá absolutamente indemne y de espaldas a todo lo que pase -realizando un milagro sin par: flotar cuando el precio del petróleo se hunde- ha tenido el placer de recibir a la mayor colección de sordos y ciegos -algunos de ellos con un montón de años encima- que puede proveer la izquierda en estos tiempos difíciles. Al parecer, ninguno de ellos se hizo una incómoda preguntica: ¿cómo hace un régimen revolucionario como este para que la gente no estalle cuando se ve en medio de una crisis que pone los pelos de punta, y sus líderes regalan los cada vez más escasos dólares a troche y moche? La verdad es que, más que las necedades que la izquierda exquisita -la que viaja y se da vida- repite hasta el cansancio desde hace mucho, hubiéramos querido oírle preguntas insólitas e inquietantes. Pero ya se sabe, no es de buen gusto hacerla a los culpables de tanto dispendio. ¿A alguno de estos golosos visitantes se le habría ocurrido pasearse por las páginas de la prensa de esos días? ¿O, si su apretada agenda les daba un chance, oír algún que otro programa de radio o ver noticias en la televisión no oficial? Les hubiese sido muy beneficioso. Después de todo, la izquierda, no sólo parece sumida en un vacío moral, sino algo peor: no logra producir ideas que le den un nuevo aire. ¿Imaginan ustedes a alguno de estos visitantes escribiendo artículos y/o dando charlas y conferencias sobre una increíble innovación: pasar del capitalismo rentístico (que también ha caracterizado el economista Asdrúbal Baptista) al socialismo rentístico, a punta de votos? Díganme si no es una innovación digna de llenar páginas y páginas de nuevos manuales que hagan el esfuerzo por explicar proceso tan singular. Súbita variable ¿Y no sería una deliciosa travesura introducir en esa propuesta del socialismo rentístico una súbita variable: el cese rápido de la sed de petróleo por parte de los desgraciados capitalistas, siempre tan ávidos y tan irresponsables? Al lado del "paso del feudalismo al capitalismo y de este al socialismo", sabemos que China produjo la primera innovación: ¡el paso en reversa! Del comunismo al capitalismo& de la mano del Partido Comunista, creado para garantizar justo lo contrario. Lo que nadie imaginó, empero, es que un militar en un país que poco figuraba en la gran prensa, iba a lograr la primera gran innovación del nuevo siglo: ¡el rentismo socialista! Venezuela no sería "madre" socialista, sino ubre. Pero esta fenomenal innovación no quiso presentarse sola. Quiso mostrar una contradicción más a lo que textos y manuales repiten machacones: el nuevo Estado socialista se despega, definitivamente, de su modelo comunista. Sí, del mismo que tanto horror generó en Rusia, China y Cuba, donde nadie disputaba al aparato policíaco partidista, que con tanta rapidez y eficiencia instalaron, el control absoluto de la violencia: sólo al Estado socialista tocaba ejercer la violencia, a nadie más. En la revolución venezolana, no. Es a los hampones, malandros y antisociales a quienes corresponde el monopolio de la violencia, mientras los revolucionarios contemplan& ¡y se protegen con esbirros! Lo que sí nunca se propuso el régimen revolucionario es lo que ha generado con fuerza de huracán: la sublevación generalizada y sin miedo de la población. Como no pega una, como ni lava ni presta la batea, el país se cae a pedazos& y queda a oscuras a cada rato. Ante la manifiesta sensación de desamparo, la gente sale a cobrar y a cobrar duro. El país protesta por todo, en todas partes y a toda hora. Las autopistas se han vuelto intransitables porque de súbito se transformaron en plaza pública; pero ya la gente se desplaza a donde debe, como lo mostraron los familiares de los presos: abandonaron autopistas y se fueron casa de los culpables, por eso no salían de la vecindad del último pasante del Ministerio de Interior y Justicia. La gente ya va sabiendo a dónde y por dónde. Y justo entonces, burócratas, alcaldes, gobernadores y/o ministros revolucionarios brillan por su ausencia: nadie es responsable. ¿No les parece a estos ilustres y bien cuidados visitantes de izquierda que lo que no puede brillar por su ausencia son sus análisis? A Venezuela se los deben. Quedamos en la ardiente espera de sus brillantes trabajos, que, a no dudarlo, compensarán la manguanga de tanta conversa inútil con cenas exquisitas. |
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