Chávez pretende convertir elecciones en plebiscito para evitar fuga de partidarios
Por Venezuela Real - 28 de Octubre, 2008, 9:25, Categoría: Electorales
HERNÁN LUGO-GALICIA
El Nacional 28 de octubre de 2008 PSUV confía más en la tarjeta que en los candidatos Chávez pretende convertir elecciones en plebiscito para evitar fuga de partidarios Expertos vaticinan que la izquierda romperá con el mandatario, en rechazo a la visión autoritaria Como la oposición no cayó en los "peines" (supuesto magnicidio, una intentona militar, la detención del general retirado Raúl Baduel) el Gobierno replanteó la estrategia electoral. Ya no es posible suspender las elecciones del 23-N, como temían en predios del PCV y el PPT, porque era necesario declarar un estado de conmoción si los estudiantes de oposición cumplían su amenaza de "incendiar el país". Hugo Chávez sale a la calle a inspeccionar o inaugurar obras, en su condición de presidente de la República, y a levantarle el brazo a candidatos que ni él conoce, en su carácter de máximo dirigente del PSUV. ¿El objetivo?: intenta aglutinar el sector radical y evitar que se repita lo ocurrido el 2-D, cuando perdió 3 millones de votos de quienes lo habían electo en 2007, señalaron Rafael Arráiz Lucca, John Magdaleno y Ángel Oropeza. El oficialismo busca convertir los comicios regionales en un plebiscito, entiende Arráiz Lucca. ¿El fin?: polarizar. "La gente espera que le solucionen los problemas; que haya gobierno. Así que esa pelea Chávez-oposición le causa ruido, más cuando los candidatos del PSUV se esconden, se arropan en el Presidente. Su psicología política afecta la campaña", añadió el escritor. Así se explica por qué expulsó al embajador de Estados Unidos y ataca a PPT, a Eduardo Manuitt y a su hija, candidata disidente. Sus seguidores celebran en Guárico. Willian Lara sonríe, pues necesitaba polarizar la votación con Lenny Manuitt. El perdedor, según las encuestas de Consultores 3011 e IVAD, es Reinaldo Armas. El cantautor baja. El objetivo se ha cumplido parcialmente, y será el 23-N cuando se conocerá cuál fue el verdadero efecto. Por eso, vocifera: "Hay que pulverizarlos". Las palabras tienen un fin: mantener el voto duro y evitar que quienes están dudosos cedan ante la disidencia. Actitud militarista. El discurso iracundo se repitió, posteriormente, en Carabobo, Nueva Esparta y continuó los días 10, 11 y 12 de este mes en Portuguesa, Trujillo, Barinas y Zulia. "Yo me voy a encargar de borrarlos del mapa, tengan la seguridad (...). Yo los acuso de contrarrevolucionarios y hay que barrerlos del mapa político venezolano, van a desaparecer", advirtió en Portuguesa. Chávez apela a la emoción y al lenguaje soez en un intento por tener ascendencia en los barrios, en el pueblo, su nicho electoral. La mejor muestra son los discursos en Carabobo, Sucre y Nueva Esparta. Sostiene que el PSUV puede ganar la mayoría de los estados si salen a votar los 5,7 millones que aparecen registrados como militantes del partido, pero esboza dudas y ordena a las patrullas buscarlos, como sea: "Por teléfono, por correo. No se dejen confundir", les grita a los seguidores. "El discurso tiene dos lecturas: una política, y otra psicológica –explicó el psicólogo y profesor de la USB, Ángel Oropeza–. Desde lo político, Chávez tiene un pensamiento militarista y trata de imponer el código castrense a la sociedad y, en esta oportunidad, a quienes les siguen. Entiende que sólo los militares tienen pericias y son herederos del Libertador, pero no es capaz de conocer las diferencias políticas. `Se acata y se obedece’, piensa. Los demócratas reconocen al otro, pero, en el caso de un militarista, no. Creen que cualquier posición contraria es traición o una falta de respeto. "En lo psicológico, exhibe intolerancia a la frustración y se muestra como un niño malcriado, llora y, a diferencia de quienes tienen madurez, no acepta las contrapartes. Esa mezcla (política-psicológica) lo afecta y lo expone como un militarista, algo que es contrario al socialismo. El socialista siente respeto por el otro, disa los dirigentes de izquierda que hoy son disidentes, como Octaviano Mejía (Trujillo), Bella María Petrizzo (Guárico), Eduardo Linares (Yaracuy), Manuel Arciniegas (Bolívar) y Gustavo Hernández (Carabobo). El discurso tuvo su efecto: los candidatos del PSUV se fortalecieron. Se logró polarizar con la oposición y pasar a otro plano a los disidentes, aseguró cute. Ejemplos: Salvador Allende, Michelle Bachelet (Chile), Fernando Lugo (Paraguay) y Tabaré Vásquez (Uruguay). Un militarista no puede ser socialista, como son los casos de Fidel Castro (Cuba), Kim Il-sung (Corea del Norte) y Augusto Pinochet (Chile). Sólo toleran a quienes actúan como sus espejos". "La reacción es por las candidaturas paralelas", afirmó Jorge Rodríguez, el 13 de octubre, cuando descartó la ruptura de la Alianza Patriótica. Sin embargo, en las filas del PCV perciben otro motivo. Alejandro Ruiz, en el artículo "¿A quién le sirve la sentencia anticomunista de Chávez?", publicado en Cantaclaro, indicó: "En dos pequeñas ciudades del interior del país, el presidente Chávez se ha jugado su prestigio de aglutinador de la voluntad del pueblo, de líder de la unidad continental, de referencia viva para movimientos revolucionarios en América, Europa, Asia, África y Oceanía, y todo por tratar de posicionar a dos de sus candidatos a la Gobernación en Portuguesa y Trujillo. ¿Y contra quién arremete? ¿Contra los partidos y grupos de la oposición golpista y fascista que lo derrocó el 11 de abril de 2002? ¡No! Arremete contra sus aliados electorales del PPT y los comunistas. No es sólo una confrontación contra los candidatos del PCV y el PPT, también conspiran contra los propios candidatos del PSUV de la corriente de izquierda, juegan a su derrota para derrotar a Chávez y presionar después de las elecciones del 23 de noviembre". La intención es afectar, pues, El escritor infiere que el PPT y el PCV están fuera del proyecto político y que surgirán nuevos liderazgos, como Bella María Petrizzo en Portuguesa y Lenny Manuitt en Guárico: "La izquierda evitará cualquier camino que lleve al autoritarismo; más cuando Chávez plantea el militarismo, en lugar de una convivencia democrática". Una fuente peseuvista. Rafael Arráiz Lucca considera que el verbo grosero demuestra debilidad y es un error político: "Cuando los santos se voltean, no hay retroceso. Pasó con Carlos Andrés Pérez, que era un mito. Chávez insulta porque está entrampado; ha perdido su caudal político, ya no es un portaaviones sino que limita a los candidatos que quieren brillar con luz propia". |
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