La Historia según Hugo Chávez
Por Venezuela Real - 31 de Octubre, 2008, 9:43, Categoría: Testimonios
Ricardo Villasmil Bond
TalCual 31 de octubre de 2008 El Gobierno concibe la historia nacional mediante una visión bucólica de la vida precolombina y la epopeya en la cual ha convertido nuestra Independencia. Afortunadamente, en una lectura más amplia del pasado, sobran las experiencias positivas. Podríamos recordar la lucha contra enfermedades como la malaria y el paludismo y la aprobación de la Ley Petrolera de 1943, entre ellas En la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz I, se puede leer, en polaco y en inglés, una frase escrita por el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana: "Quien olvida su historia está condenado a repetirla". Tomando este ejemplo, se me ocurre que la próxima vez que los venezolanos bauticemos una plaza o una estación de Metro, deberíamos olvidarnos por un rato de nuestra obsesión por los próceres de la Independencia para ponerle un nombre como "El viernes negro" o "Petróleo a ocho dólares". Para hacerla verdaderamente didáctica, la placa estaría acompañada por una crónica de los hechos, fotos, videos y estadísticas que nos permitan recordar lo sucedido y comprender las causas que lo provocaron. El objetivo, al igual que el del memorial de Auschwitz, sería el de mantener viva la memoria colectiva, particularmente en la de las nuevas generaciones, a fin de minimizar las probabilidades de que algo así pueda repetirse. LAS EXPERIENCIAS Afortunadamente, nos sobran experiencias para refrescar nuestra memoria colectiva. Algunas de ellas son positivas y dignas también de recordación. Así, se me ocurre que podríamos recordar la lucha contra enfermedades como la malaria y el paludismo, la expansión del sistema educativo en los años cuarenta, y la aprobación de la Ley Petrolera de 1943. El proceso de negociaciones que condujo a la firma del Tratado Comercial de 1939 entre Estados Unidos y Venezuela, por ejemplo, es un tema sobre el cual los venezolanos de hoy sabemos muy poco o nada, a pesar de que encierra grandes enseñanzas sobre nuestros dilemas como nación monoproductora, y por tanto, extremadamente vulnerable a las vicisitudes de la economía mundial. DIGERIR , APRENDER Digo todo esto porque creo que no hemos sabido digerir correcta y constructivamente nuestro pasado. El gobierno actual, por ejemplo, está claramente indigestado. Para él, apenas dos momentos de nuestra historia aparecen como dignos de recordación: la visión bucólica que tiene de la vida precolombina y la epopeya en la cual ha convertido nuestra Independencia. En esta versión mezquina, romantizada y maniquea, esta visión tan bien caracterizada por Carlos Rangel en Del buen salvaje al buen revolucionario, sólo figuras como Guaicaipuro y Bolívar son rescatables. Todo lo ocurrido entre la Conquista y la Independencia equivale a explotación y sumisión, y todo lo ocurrido entre la Independencia y la Revolución Bolivariana equivale a traición. En este sentido vale la pena citar a Cabrujas in extenso ( El Estado del Disimulo, ): "Me niego a pensar es que la realidad que destruye el sueño de la Gran Colombia es una simple sumatoria de mediocridades. Me niego a considerar al general Páez como un cretino patán que no supo entender la magnitud de un genio. A eso llamo la historia moral de Venezuela. Bolívar es genial. Páez es un imbécil. Santander es un cochino. Sucre era muy bueno Mariño, medio bueno. Piar un ambicioso, Bermúdez un matón; etc. ¿Qué es esto? ¿A dónde vamos con este catecismo? ¿Qué clase de historia es esta que comienza por etiquetar virtudes morales en los próceres? ¿Qué derecho tienen las `viudas del Libertador’ de despotricar del general Páez? Cometido ese pecado original, la historia de Venezuela se comporta como una estirpe. Este es un bueno. Este es un malo. Esta, pobrecita, es mala porque no le informaron. Vargas es bueno. Carujo es malo. Soublette es bueno. Guzmán robaba pero no se le pueden negar sus virtudes. A Castro lo perdieron las mujeres. Zamora era bueno y lo mataron los malvados en Santa Inés, Gómez era un vampiro, pero hizo la Trasandina, o Gómez es el mejor presidente que hemos tenido porque nos metió a todos en cintura. ¿Qué estupidez es esta? ¿Cómo le podemos enseñar a nuestros jóvenes semejante basura?" LA ECONOMÍA La debacle económica, política y social que se nos viene encima debería servirnos, entre otras cosas, para reflexionar y desechar estas visiones ridículas y sustituirlas por otras más críticas y equilibradas, ausentes de los prejuicios y de los juicios de valor de las que manejamos hoy. Esfuerzos como los emprendidos por la Biblioteca Biográfica Venezolana y por los trabajos de historiadores como Ramón J. Velásquez, Manuel Caballero, Germán Carrera Damas, Elías Pino Iturrieta e Inés Quintero, entre otros, intentan construir esta nueva visión, pero lo hacen en un ambiente en donde el Estado, a través de su inmenso aparato comunicacional, y más recientemente, a través de su control sobre el sistema educativo, avanza en sentido contrario al intentar adoctrinarnos con la visión maniquea antes señalada. Pero como dijo alguna vez Abraham Lincoln: "A parte del pueblo se le puede engañar todo el tiempo, y a todo el pueblo parte del tiempo, pero a todo el pueblo no se le puede engañar todo el tiempo". ¡Manos a la historia! |
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