Adiós a la antipolítica
Por Venezuela Real - 2 de Noviembre, 2008, 12:34, Categoría: Política Nacional
RAFAEL ARRÁIZ LUCCA
El Nacional 02 de noviembre de 2008 ¿Cuándo comenzó este nefasto fenómeno? Se fue gestando a partir de la incapacidad de los partidos políticos para responder a las necesidades de los electores. Además, se profundizó justo después de que concluyera el gobierno de Jaime Lusinchi, que fue abrumadoramente una administración de Acción Democrática, cuando Pérez optó por el otro extremo del péndulo y gobernó con los profesores del IESA y algunos integrantes del grupo Roraima, al margen de su partido. Este error del veterano político, junto con la prédica de los Notables, fueron abriéndole camino a las intentonas militares de 1992, a la par que se cavaba la fosa de los partidos políticos y emergía un apagafuegos de último recurso: Rafael Caldera. Luego, la epifanía de este proceso ocurrió en los meses en que la élite dirigente, ya con la brújula totalmente enloquecida, pensó que Irene Sáez podía presidir la República. Las elecciones presidenciales de 1998 fueron el epítome de la antipolítica: Chávez ofrecía "freír la cabeza de los adecos en aceite" y Salas Rômer se erigía como el adalid de los vecinos. Los partidos estaban en el suelo. Han pasado diez años y la recuperación de estas instituciones consustanciales a la democracia, paulatinamente ha tenido lugar. No se habla de ello, pero la suma de votos de cada partido político democrático en estas elecciones regionales, alumbrará el camino del futuro. AD crecerá notablemente; PJ aumentará el número de alcaldías en su poder; Podemos mantendrá su influencia en dos estados y crecerá hacia otros; UNT incrementará su caudal electoral en Zulia, Miranda y Caracas; el PPT crecerá ostensiblemente, pudiendo alcanzar tres gobernaciones; Copei verá sus números subir. El crecimiento de los partidos democráticos tendrá lugar gracias al desmedro de la fuerza del socialismo autoritario chavista. En este y otros sentidos, el resultado de las elecciones del 23-N será ganancia para la democracia y pérdida para el militarismo. Por donde se le vea es así y Chávez lo sabe, por eso su desesperación. El antónimo de la antipolítica, es decir, la política organizacionalmente estructurada, es el descenso del chavismo y del protagonismo de los medios de comunicación que, para alegría de todos ( y en particular de ellos mismos), podrán desempeñarse en la sociedad de manera más equilibrada que la actual, donde el abuso gigantesco de los medios públicos por parte del Gobierno, obliga a la defensa de la dignidad por parte de unos medios valientes, que están arriesgando mucho en la defensa de la democracia. Otros no, y todos sabemos cuáles son y la manera como cancelarán sus deudas con la audiencia en el futuro cercano está por verse, pero es seguro que en el recuerdo del pueblo no ocuparán el lugar de la valentía. Eso tiene un costo: ellos sabrán lo que hacen. Los electores, ya alejándose del espejismo de la antipolítica, están reconociendo el trabajo de los líderes vocacionales. Ledezma en Caracas, Ocariz en el municipio Sucre, Pérez Vivas en Táchira, Dávila en Mérida, Salas Feo en Carabobo, Capriles Radonski en Miranda, Galíndez en Cojedes, todos, sin excepción, han entregado sus vidas a la política y esto la nación lo está reconociendo. Los electores sólo respaldarán a quienes han visto trabajar para ellos, con vocación de servicio público. En las buenas y en las malas. Si algo queda claro en esta oportunidad es que los liderazgos no se improvisan, que son fruto de años de faena, y que la ciudadanía ha aprendido a distinguir entre el canto de sirenas y la voz de los líderes legítimos. Diez años de ineficiencia, abusos, injusticias, corrupción y disparates no pueden pasar en vano. |
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