La victoria de Obama y la derrota de Chávez

Por Venezuela Real - 7 de Noviembre, 2008, 11:33, Categoría: Imagen gobierno / Chávez

Marcos R. Carrillo P.
El Universal
07 de noviembre de 2008

Justo en el momento en que Barack Obama empezaba a forjar un giro crucial en la política mundial, la reportera de Radio Nacional de Venezuela que cubría la arenga presidencial en Petare afirmaba consternada que, según había dicho el Presidente, si la oposición ganaba espacios en las elecciones regionales venezolanas, el siguiente paso sería "ir por la cabeza" de Chávez. Trágica diferencia.

El triunfo de Obama puede tener muchas lecturas e implicaciones, pero una que sería antidemocrática y falaz sería la de argumentar que la victoria implicaría la decapitación de Bush. Ni siquiera como lenguaje figurado sería aceptable tal expresión. La derrota de uno de los presidentes más opacos que haya habido en la historia norteamericana, y uno de los más nocivos de la contemporaneidad, únicamente implica que en el país del norte hay un sistema democrático que es admitido como simple conjunto de reglas de juego que deben ser respetadas. Nadie en su sano juicio podría afirmar que el triunfo de Obama es un atentado a la democracia, una maniobra golpista o un intento de defenestrar al Presidente. Y ello es así porque el principio de alternatividad democrática  se da por sentado  en cualquier comunidad democrática.

Por el contrario, en este país de institucionalidad decadente, la victoria en buena lid de una persona que piense diferente al militar que gobierna circunstancialmente se asume a priori como una provocación, como una forma de subversión. Es esta una percepción generalizada en los seguidores radicales del oficial que truncó su carrera, no sólo por dar un golpe sino porque no pasó los exámenes. Y esta apreciación, además de prejuiciada  (más bien, en razón de ello), es absolutamente errada.

La derrota de Chávez y de sus fantoches electorales sólo significaría que los candidatos que de una forma u otra disienten del régimen han sido mejor evaluados y tienen, tanto desde el punto de vista legal como de legitimidad, el derecho de ejercer el cargo para el que sean elegidos sin que ello implique que formen parte de grupos "subversivos", (¡a diferencia de las FARC, quienes han sido catalogados por el gobierno como luchadores sociales!).

Esta diferencia es la que delimita la frontera entre un Estado democrático y tolerante, de un proto-Estado totalitario en el que no tienen cabida ideas distintas a las de quien dice gobernar.

Así como Obama ganó, Chávez tiene  la posibilidad  cierta (y hasta el derecho) de ser derrotado en el foro democrático, sin que ello implique una situación anómala o violenta que pueda ser utilizada para proteger intereses antidemocráticos propugnados por el gobierno.

Es esa la diferencia entre demócratas y tiranos. Los primeros dan por sentada la alternabilidad. Los segundos la asumen como una decapitación, Lo que implica que para un autócrata,  vivir es sinónimo de  ejercer el poder sin control alguno. Dentro de esta lógica perversa los que propongan pluralismo y tolerancia pueden ser catalogados, incluso, como objetivo militar. Para retomar la senda democrática en nuestro país no sólo hará falta votar, sino cuidar los votos y rescatar la institucionalidad democrática.





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