Factores decisivos
Por Venezuela Real - 13 de Noviembre, 2008, 11:07, Categoría: Política Nacional
RAMÓN PIÑANGO
El Nacional 13 de noviembre de 2008 ¿ Hacia dónde vamos? Esta es la pregunta que acosa a muchos venezolanos, sean intelectuales, personas de negocios, jóvenes, viejos, ricos o pobres. Responderla no es tarea fácil; demasiados factores imponderables configuran la circunstancia en que estamos. Por eso, llama la atención el pensamiento lineal de unos cuantos analistas y voceros de la oposición que centran todo su pensamiento y esfuerzo político en las elecciones del ya cercano 23 de noviembre, sin querer ver el complejísimo tsunami político que puede estarse gestando. Por supuesto, obtener una elevada votación es importante para la oposición y el futuro del país, pero no por ello hemos de olvidarnos del resto del panorama social y político. Para cuantos líderes, la historia política de los próximos meses la hará la oposición a punta de elecciones. Ojalá así sea; sin embargo, hay razones para pensar que las cosas serán mucho más complicadas que ganar en muchos estados y municipios. Tres factores pueden conducir el futuro del país por sendas muy complicadas: la debilidad postelectoral de la oposición, la protesta social y la insurrección del chavismo contra el Gobierno. Veamos. La oposición puede triunfar en un alto número de gobernaciones y alcaldías, pero tal éxito electoral no se ha de traducir automáticamente en fuerza política para enfrentar un gobierno central que hará todo lo posible para que los gobernadores y alcaldes oposicionistas no puedan gobernar; es decir, para que no puedan cumplir con sus promesas. Es más, como las necesidades y problemas del pueblo no sólo continuarán sino que se agravarán, probablemente, más pronto que tarde, los gobernantes oposicionistas se convertirán también en blanco de la población víctima del mal gobierno. En una situación de ira popular, será difícil explicar hasta dónde llegan las responsabilidades de uno u otro nivel de gobierno en la atención de asuntos tan angustiantes como la inseguridad personal. Ante la vista de todos, la protesta de la población crece día tras día, por razones tan diferentes como la escasez de viviendas, la acumulación de la basura, el mal estado de los hospitales, las bajas remuneraciones de los empleados públicos, los abusos de los cuerpos de seguridad y el asesinato de conductores de transportes colectivos o de personas atrapadas en balaceras entre malandros. Parte importante de estos problemas es consecuencia de una pasmosa ineficiencia administrativa, difícilmente mitigada por la abundancia de recursos. En una situación de disminuidos precios del petróleo y de incontrolada inflación, los efectos de esa ineficiencia no podrán ser mitigados y ni siquiera disimulados. Pocos recursos quedarán para programas compensadores como las misiones. Inexorablemente, la protesta popular será cada vez más grave. Finalmente, consideremos que ha existido y existe un chavismo sinceramente creyente en promesa de justicia popular y de superación de vicios como la corrupción. Por el agravamiento de problemas como los señalados, ese chavismo, que ha tenido y tiene su razón de ser revolucionaria, está sufriendo una cada vez más profunda frustración, cuyos efectos se manifestarán abiertamente después de las elecciones. Es probable que parte de ese chavismo desilusionado se incorpore a la llamada disidencia, pero también es posible que el chavismo radical tome el camino de la agitación de los sectores más pobres, profundizando la protesta popular, creando anarquía y haciendo más difícil la tarea de gobernar. La conjunción de los tres factores señalados puede replantear la historia del país en términos insospechados, de acuerdo con los cuales el éxito electoral de este año no será tan determinante como muchos creen. Por eso hay que ver más allá de las elecciones. |
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