Descuiden, El Supremo está al frente
Por Venezuela Real - 22 de Noviembre, 2008, 10:27, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
Miguel Sanmartín
El Universal 22 de noviembre de 2008 De todas las malhadadas noticias divulgadas en días recientes, esta es, sin pizca de vacilación, la más inquietante de todas: El líder señero, el protector de los errantes y desposeídos del orbe, el visionario aguerrido y siempre dispuesto al sacrificio personal por el bien del terruño y sus moradores, la deidad infalible e insustituible nos devuelve, otra vez, el alma al cuerpo. Lo hace cuando, solemnemente, transmite a sus dominios que él -Dios mediante- está aquí, al pié del cañón, rodilla en tierra, con el timón bien empuñado, dispuesto a protegernos de la debacle-conspiración capitalista que viene. ¿Y como así? Después de mucho escurrirlo, de jurar que este, su coto-legado, estaba blindado, a buen resguardo, ajeno a influencias exógenas debido a sus eruditos oficios y pertinentes directrices, tuvo -no le quedó más remedio- que reconocer a regañadientes la vulnerabilidad del feudo ante la neoliberal crisis económica mundial, la golpista recesión y el terrorista desplome del precio del crudo. ¡Así las cosas! El auge de la crisis tenía semanas aquejando las economías más poderosas del mundo. Embestía fuerte, incluso impactaba ya por aquí. Expertos alertaban sobre su magnitud, intensidad e inexorables consecuencias. Y sugerían tomar las previsiones del caso. Pero, en el paroxismo revolucionario que arroba la cuna bolivariana -petulancia autocrática pareja- se desdeñó el inicial pronóstico optimista -"estamos blindados"-, pronóstico de cuyas masivas secuelas nadie -ni con tácticas socialistas deslindadas del capitalismo perverso- habrá de salvarse. Y fue así, entonces, que el Supremo, desde El Empíreo, tocado por la inspiración divina, finalmente reconoció la emergencia y lanzó su sentida proclama de guerra a muerte: "Camaradas, contad con que la crisis del petróleo nos va a afectar (&) pero tranquilos que yo estoy al frente. ¡Madre! La preocupación, tras la admisión oficial, es precisamente la conducción que se haga de la emergencia económica. ¿Qué previsiones están tomadas? ¿Qué medidas se aplicarán? ¿Existen recursos para compensar la caída de ingresos por la menor venta y depresión de los precios petroleros? ¡He allí el dilema! ¡He allí la angustia de la calle! El soberano teme que el tratamiento a la contingencia sea político-populista revestido de utilería socialista-revolucionaria y no técnico-económico como impone la magnitud del colapso. Es decir, acciones inoportunas e inefectivas. Lo mismo sobresalta la irresponsabilidad característica de quienes manejan el país como una hacienda particular, disponiendo de su recursos y bienes para regalarlo a terceros (por esa vía se han dilapidado 37 mil millones de dólares) o derrocharlo en caprichos irrelevantes ante las múltiples necesidades de la población. ¡Cuán tranquilizador sería saber que prevalecerá la mesura, entendimiento y cordura! |
Temas
Calendario
Archivos
SuscríbeteSindicaciónEnlaces
|