La camorra
Por Venezuela Real - 14 de Diciembre, 2008, 17:40, Categoría: Imagen gobierno / Chávez
Manuel Caballero
El Universal 14 de diciembre de 2008 "La camorra": un buen nombre para la pandilla que manda el Héroe del Museo Militar Así titula nuestro amigo el poeta Rubén Osorio Canales una crónica doblemente sabrosa: por la prosa y por la receta de cocina que nos regala. Nos dona como postre la mejor definición del actual régimen venezolano: "la camorra". Habiendo vivido en Italia, sabe que, al pasar de Sicilia al continente, la Mafia (que en EEUU llaman también Cosa Nostra) cambia de nombre aunque no de contenido: en Nápoles se subdivide en dos organizaciones criminales, una de las cuales se llama N'dragheta y otra, la más importante, Camorra. Como según el DRAE, en nuestro idioma esa palabra significa también riña, le calza como un guante a quien no puede vivir sin buscarle pleito a la gente de paz como es normalmente la venezolana. Y le calza entre otras cosas porque con eso hace que lo vean como un "H de P" (Hombre de Poder), cuando no pasa de ser un "C de M" (Camorrero de Malamuerte). ¡Zape gato, ñaragato! Quisiéramos agradecer por igual a quien no es ni poeta (aunque se las eche de tal en algunas de sus interminables peroratas semanales) ni amigo (porque no lo es de nadie, como no sea de sí mismo). Nuestros desocupados lectores habrán adivinado de quién se trata esta vez. El susodicho (pero no nombrado: ¡zape gato, ñaragato!) ha pretendido responder a quienes citan el Discurso de Angostura con la advertencia que allí hace el Libertador de lo desaconsejable de dejar permanecer a un mismo hombre en el poder, diciendo que él puede citar muchas otras frases de Bolívar que dicen lo contrario. Gracias, muchas gracias, por dar así razón a quienes nos oponemos a la transformación del culto popular del Libertador (espontáneo y sincero) en un fundamentalismo religioso, intolerante, fanático y, llegado el caso, criminal. Eso demuestra que Simón Bolívar no es un dios (y ni siquiera "el semidiós de América" de que hablan los cursis), sino un hombre, y que como tal, por muy genial que haya sido, no siempre tuvo la razón: como todos los mortales, a veces se equivocaba. Se le ve el bojote Pero por la forma en que presenta esa refutación, al varias veces innombrable "se le ve el bojote", para emplear una de las expresiones favoritas de los porteros de burdel. Se le ve cuando acusa a sus contendores de estar citando al Libertador sin tomar en cuenta el contexto en el cual dijo determinada frase. Empleando esta vez una expresión zoonómica del gracejo popular, con eso se sitúa en el caso del cachicamo que acusa al morrocoy de "conchudo". Porque, para emplear una palabra cara a los pedantes, ¿quién "descontextualiza" más a Bolívar: quien lo hace hablar contra el continuismo o quien (como este señor de cuyo nombre es mejor olvidarse), lo pone a militar en un socialismo que, con el Manifiesto de Marx y Engels, nació 18 años después de su muerte en San Pedro Alejandrino? Si eso fuera todo, ya sería bastante. Pero no le basta, y el bojote, además de vérsele, se le cae al suelo. Porque lo que el Libertador propone para Bolivia no es una reelección cualquiera, sino una presidencia perpetua y (pensando, profético, en una niña Rosinés que nacería dos siglos más tarde) con derecho a nombrar su sucesor. Al son que le toque Entre la fauna sisiísta que baila al son que le toque el mandón (y que nuestro amigo Elías Pino Iturrieta nos perdone por "fusilarnos" su magnífica definición), se recita una letanía que trata de disfrazarse de argumento, recordando aquello de que "lo que es bueno para el pavo es bueno para la pava": que en Europa existe la reelección permanente; que, en los mismos EEUU Roosevelt no llegó a gobernar dieciséis años porque "lo arrebató la Parca"; y que, en Colombia, Álvaro Uribe anda buscando sin buscar pero buscando una tercera presidencia continua. Pasemos, en el primer caso, por encima de la deshonestidad intelectual de amalgamar un régimen parlamentario con uno presidencialista: quizás ese sea un argumento comprensible sólo por especialistas. Tanto en el caso de la reelección de los primeros ministros europeos como en el de los presidentes norteamericanos, ellos proponen su reelección sobre la base de resultados, porque lo que se pone en juego no es un nombre, un hombre, sino un gobierno. Por muy malo que sea En cambio, lo que el tenientico está tratando de imponer es que lo reelijan y contrarreelijan independientemente de cómo gobierne: bien, muy bien, o mal, muy mal ¿Estamos haciendo con esto un proceso de intenciones? No: recordemos que al tomar posesión en 1999, casi la primera frase de su discurso fue "voy gobernar diez años", a contrapelo de la Constitución que, por muy "moribunda" que fuese, acababa de jurar. Como si eso fuera poco, al proponer que desde ahora se le reelija hasta la consumación de los siglos, está actuando de igual manera: quiere que lo hagamos, así su gobierno y él mismo sean, como se decía desde el siglo XIX, "más malos que Guardajumo". En cuanto al ejemplo de Uribe, si yo fuese neogranadino, me opondría a eso por una sola razón: en el contexto latinoamericano, reelección significa continuismo, personalismo y al final tiranía terrorista. Como en África: Mugabe rompió las cadenas británicas para imponer las suyas de crimen, hambre y epidemias. Para rematar, constatamos que, como en diciembre del 2007, los estudiantes han encontrado ahora la consigna justa para oponerse al continuismo con el Discurso de Angostura en la mano, diciendo sí al anticontinuismo del Héroe de la Campaña Admirable y no al continuismo del Héroe del Museo Militar. |
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